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Incertidumbre

Mauricio Ulloa

Tras el fin de la cuarentena en Chillán, el comercio y otros sectores volvieron a respirar. Aumentó el flujo de personas en el centro y el regreso a clases presenciales en algunos colegios le ha dado un cierto aire de normalidad a este mes. Sin embargo, el sostenido empeoramiento de los indicadores epidemiológicos ha vuelto a generar incertidumbre en la comunidad.

El temor es que así como ocurrió en Concepción y en otras zonas del país, la intercomuna pueda volver a una cuarentena, lo que en teoría permitiría frenar el avance de los contagios y el aumento de la presión sobre el sistema hospitalario. Sin embargo, la cuarentena también terminaría de ahogar a aquellas micro y pequeñas empresas que apenas están logrando subsistir, principalmente en los rubros más afectados, como el gastronómico. Además, demostraría que fue un error apurar el inicio de las clases presenciales, porque si bien no se han producido contagios -hasta ahora- en los establecimientos, es indudable que el proceso ha significado incrementar los desplazamientos.

En algunos sectores económicos, esta incertidumbre ha frenado la toma de decisiones de inversión y de contratación; y por ende, ha contribuido a mantener un desempleo alto. Ello, sumado a la incertidumbre de miles de trabajadores que no saben si seguirán con trabajo el próximo mes, así como los de aquellos emprendedores informales que dependen del día a día. Y como un círculo vicioso, los consumidores también han puesto una pausa a sus decisiones de compra de bienes durables, lo que reduce la demanda y también tiene un impacto en el comercio.

La fragilidad de muchas empresas queda en evidencia al verificar que 11 mil 268 trabajadores se encuentran con sus contratos suspendidos, mientras que a un total de 23.380 personas se les aprobó el seguro de cesantía entre septiembre y febrero.

Como contraparte, más de 2 mil 100 Pymes de la región (un 6,5% del total) han postulado a más de 20 mil trabajadores para recibir el subsidio al empleo, ya sea para recontratación como para nuevos empleos, razón por la que se valora el reciente anuncio del Gobierno, que aumentará los subsidios para contratar y reincorporar trabajadores y prolongará hasta el 30 de abril el plazo para postular, así como la extensión de la protección para los empleados suspendidos.

Con una economía local muy vulnerable a la evolución de la pandemia y a las medidas sanitarias, solo la expectativa que genera el rápido avance del proceso de vacunación y las estimaciones de una recuperación económica del país en los próximos meses emergen como fuentes de optimismo ante un panorama que sigue siendo incierto para este primer semestre.

Es de esperar que ante la constatación de esta nueva ola de contagios las autoridades de Salud sean capaces de implementar medidas más inteligentes y eficaces, que no signifiquen paralizar a una ciudad completa. La evidencia ha demostrado la ineficacia de las cuarentenas prolongadas y ciertamente, la población se muestra cansada y cada vez menos dispuesta a aceptar los confinamientos. Esta pandemia no es solo sanitaria, por lo que las medidas deben tener un enfoque integral que considere las particularidades de cada territorio y el impacto económico que éstas puedan tener.

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