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Hospital de Chillán ha atendido 23 partos de madres con Covid-19

El coronavirus sin duda ha cambiado la realidad a la que estábamos acostumbrados y ese escenario se repite en todos los ámbitos de la cotidianidad, como puede ser una atención de salud y más la llegada de un bebé a la familia.

En el Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Clínico Herminda Martín (HCHM), desde marzo y hasta finales de junio, se atendieron alrededor de 700 partos, de los cuales 23 fueron de madres diagnosticadas con Covid-19.

Según la Gestora de los Cuidados de Matronería del HCHM, María Teresa Higuera en el Servicio se habilitó un sector exclusivo de aislamiento para pacientes diagnosticadas con Covid, cuya estadía en promedio es de 3 a 4 días. La matrona detalló que “gracias al incremento de la  dotación, en el sector de hospitalizadas y de urgencia, podemos contar con profesionales en dedicación casi exclusiva a cada caso de madre Covid-19”.

La idea en esta dependencia hospitalaria es mantener prácticas que favorecen emocionalmente al bebé y a la madre, como el apego seguro, la lactancia protegida, y el acompañamiento en el parto, aunque la mujer padezca Covid-19.

Aunque el acompañamiento en el parto se ha reducido de manera considerable, alcanzando actualmente un 42%, continua presente, permitiendo que tanto las mamás como el niño o niña por nacer disfruten de esta práctica.

Tras el nacimiento, e “independiente de si la madre tiene o no COVID, se realiza el apego temprano, acercando al recién nacido a su mamá y en el caso de una gestante positiva se toman todos los resguardos como por ejemplo que el contacto ya no se realiza piel a piel”, destacó Higuera.

Posteriormente, el bebé y la madre son hospitalizados en conjunto, aunque sin permitir colecho o estar los dos en la misma cama. Por ello, el recién nacido permanece en su cuna a dos metros de distancia de la cama de su madre, desde donde puede mirar a su mamá fortaleciendo así el vínculo entre ambos. La mujer, en tanto, es asistida en todo momento para lactancia y otras atenciones que requiera, dado el riesgo que implica el contacto físico en la transmisión del virus.

En la hospitalización, la madre por seguridad permanece en todo momento con mascarilla, para de esta manera también posibilitar la lactancia, siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, de la Sociedad Chilena de Pediatría y los protocolos del Programa Control de Infecciones del HCHM.

Higuera sostuvo que “aunque la mamá sea positiva para COVID, mantenemos la lactancia, porque no hay evidencia concluyente respaldada por protocolos nacionales del MINSAL,  sobre una posible transmisión mediante la leche y si la hay sobre todos los beneficios que reporta al recién nacido y a la madre. Por eso, la hemos denominado Lactancia Protegida, que significa que la paciente permanece con mascarilla todo el tiempo, especialmente durante la lactancia. El personal le acomoda su bebé, previo a un lavado de manos, una limpieza de la mama para que pueda estar en lactancia con él o ella”.

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