Durante las últimas semanas, se han recibido diversos requerimientos por parte del gremio de viñateros del Valle del Itata, quienes han sufrido un severo perjuicio económico debido a factores climáticos y al bajo precio que se está pagando por la producción de uva, así como también por la situación sanitaria existente en el país.
Al respecto, durante la sesión de la comisión de Agricultura del Senado, el parlamentario por la región de Ñuble, Felipe Harboe (PPD) estableció que hay una falta de asociatividad, pero también de oportunidad, ya que cuando se establece una posibilidad de exportar algunos productos, “esos son palabras para mediana y grandes empresas, porque la realidad que uno observa en algunos sectores es extremadamente difícil y mucho más precaria”.
Destacó además, que “ha habido un esfuerzo interesante en la Cooperativa Vitivinícola Cerro Negro, es un ejemplo que ha ido mejorando con el tiempo sus capacidades, pero luchan contra una barrera de entrada extremadamente compleja”, añadiendo que “es ahí que, nosotros como legisladores, no sólo tenemos que circunscribir nuestro actuar a modificar, aprobar o rechazar una ley; sino más bien a poner ciertas discusiones. Y creo que ésta es la oportunidad de poner una discusión en orden a ver cómo somos capaces de definir una estrategia nacional para potenciar a pequeños productores vitivinícolas: transformar centros de acopio de uva a productores de vino, en la medida que sean viables desde el punto de vista de la calidad y de su comercialización: cómo ayudar en el proceso de comercialización, cómo diversificar el poder de compra y, también -por qué no decirlo- cómo podemos establecer normativa moderna, para defender lo que son las ‘denominaciones de origen’.
Es en dicho contexto que expuso como ejemplo la industria vitivinícola de Francia, cuyas denominaciones de origen están determinadas a ciertas zonas, “pero no sólo donde se produce la materia prima, donde se extrae ese producto; sino que por ejemplo, un productor que no está radicado en esa zona y quiere utilizar esa denominación de origen, debe garantizar que una parte del proceso productivo se desarrolle en el área. Porque si no, lo que ocurre es que -por ejemplo-, la cepa país la compra Concha y Toro: la produce, la embotella y todo en Santiago y la exporta con cero beneficio para el valle del Itata, de donde es originaria esa cepa”.
Finalmente, Harboe anunció que la invitación es a iniciar una discusión, donde el Gobierno tenga la disposición para decir cómo ayudar, “por aquí tenemos muchos pequeños productores, estamos hablando de personas que tienen predios de menos de 2 hectáreas. Desde el punto de vista de la productividad, es bien difícil la situación del suelo del valle del Itata, es extremadamente dura. Hay suelo con escasa cantidad de agua y, por lo tanto, la capacidad productiva que tienen esos terrenos es muy baja”, adicionando que “si se toma la decisión, después de analizados los antecedentes, que hay una parte del sector que no es viable, bueno, hagamos un esfuerzo de reconvertir hacia otro sector”, concluyó.
