Señor Director:
En la reciente elección hay unos cuantos perdedores: los que llegaron a refundar Chile con soberbia, ignorancia y descriterio.
Los que se alzan en armas en la Araucanía contra el orden republicano. Los que pifiaron la Canción Nacional en la Convención Constituyente sin reproche de su directivo.
Los que incendiaron el metro de Santiago afectando a la gente modesta que más lo utiliza.
Los que han agredido a más de 300 monumentos y puntos patrimoniales agraviando la memoria histórica de la nación, incluido el Museo Violeta Parra.
Los que han hecho la vida imposible de los vecinos de Plaza Italia.
Los que incendiaron y saquearon a más de mil pequeñas y medianas empresas.
Los que patearon y escupieron una escultura de Cristo en la Iglesia de la Gratitud Nacional.
Los que incendian iglesias, escuelas, casas, maquinaria agrícola en la Araucanía. Los que en la Convención Constituyente quieren imponer el pensamiento único.
Los que incendian Comisarías de Carabineros y lanzan bombas molotov en contra de hombres y mujeres cuyo deber es proteger la vida y la bienes de los chilenos.
Los sindicalistas que se niegan a cumplir sus deberes en las escuelas públicas.
Los que agreden e insultan a bomberos que con generosidad infinita sirven gratuitamente a la sociedad.
Los que han destruido los grandes liceos públicos: Instituto Nacional, Carmela Carvajal, Darío Salas.
Los que han violentado las Constitución con acciones impresentables en el Congreso Nacional.
Los que guardan silencio frente a la violencia y piden indultar a los autores de los estropicios.
Los que guardan silencio frente a las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Los que maltratan la historia nacional y adoctrinan a los estudiantes en la lucha de clases.
Los jueces permisivos con manga ancha para los delincuentes.
Los que quemaron vivos al matrimonio Luchsinguer. Fueron los grandes perdedores.
Alejandro Witker
Historiador
