Señor Director:
Personas con deseos de quemar el mundo han existido desde siempre. El verdadero drama en nuestra actualidad es que esta clase de discursos incendiarios —nunca mejor dicho que ahora— son proferidos por la presidenta de un partido político con representación en el Congreso Nacional. Las desafortunadas palabras de la diputada Catalina Pérez demuestran un alto grado de irresponsabilidad y un bajo compromiso con la observancia de la Constitución y las leyes que se espera de todo ciudadano. Si la “figura literaria” empleada por la diputada Pérez ya es impresentable en el rayado de una pared o en el diario mural de una universidad, lo son todavía más en el foro público en el que actualmente se desenvuelve.
Juan L. Lagos Fundación para el Progreso
