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Familia de coelemano muerto a balazos reclama justicia

La Discusión

Poco y nada es lo que la familia de Manuel Cabrera, sabe sobre su asesinato, ocurrido en horas de la mañana del 18 de junio del 2020, en el acceso de su domicilio, en la Villa Los Conquistadores, de Coelemu.

Sólo se conoce que cerca de las 07.10 horas de esa mañana de intensa lluvia (lo que impidió una buena captura de imágenes por parte de las cámaras ubicadas en el acceso de la villa), ingresó un vehículo con dos ocupantes.

La secuencia sigue con al menos uno de ellos bajando del auto, tocando la puerta y una vez que Manuel Cabrera, quien no terminaba de vestirse para salir a trabajar, le descargaron cinco tiros en diversas partes del cuerpo.

A las 07:16 horas, el mismo vehículo salía a toda prisa del conjunto habitacional, dejando el cadáver de Manuel en el suelo y la puerta de su casa abierta.

“Y desde entonces no hemos sabido nada más, nadie nos dice nada, sólo que se está trabajando y que no nos pueden dar detalles de sus diligencias porque se trata de una causa secreta”, dice Scarleth Cabrera, su única hija a LA DISCUSIÓN.

Y si antes no había querido hacer público su descontento, fue “porque pensé que de verdad estaban haciendo algo. Pero no hemos visto a la PDI por acá, no hemos visto ningún avance y, además, nos enteramos que desde el 7 de diciembre pasado, no se ha hecho ninguna otra diligencia”.

Es más, la familia de este operador de maquinaria, de 50 años, dice que “desde el primer día se partió mal. Vino la PDI, registró la casa de mi papá, y cuando se fueron dejaron la puerta abierta y su celular adentro. La familia de mi papá se lo llevó y cuando les avisamos a los detectives, ahí recién volvieron a buscarlo para incautarlo”.

Para Scarleth es relevante la fecha de la muerte de su padre, toda vez que ocurre en plena búsqueda del cuerpo de Carolina Fuentes, perdida el 25 de junio y asesinada ese mismo día por su pareja, lo que motivó una búsqueda que concitó la atención de la prensa nacional, PDI, Carabineros, Bomberos, Ejército y personal municipal.

“A lo mejor ese es el problema, que como mi papá era hombre, su muerte a nadie le importa. Nadie hizo protestas, nadie salió a marchar, a la prensa no le interesó el caso, y al parecer, ni a la propia Fiscalía, que es la misma que buscó a Carolina”, dijo.

Como colorario, sostuvo que “si papá hubiese sido mujer, los que lo mataron ya estarían presos. Yo también soy mujer, pero me duele que en estas ganas de reivindicar nuestros derechos, se nos pase la mano para el otro lado. Mi papá fue asesinado, y a nadie parece importarle”.

Ni teorías ni conjeturas

Para la familia de Scarlet no hay manera de explicarse lo sucedido.

Aunque lo recuerdan como una persona introvertida y que jamás le contaba sus problemas a su familia, sí destacan que los últimos días en que lo vieron, previo al 18 de julio, “estaba de buen humor, como siempre, no se veía preocupado ni nada”, dice su hija.

Tampoco se le asocia a amistades nuevas ni saben si había tenido problemas o rencillas anteriores.

“Pero mi papá no era una persona conflictiva, se levantaba temprano y salía a trabajar en una forestal, nunca se metía en problemas”, agregó.

Tampoco hubo robo.

“Revisamos la casa y no se perdió nada. La cosa es simple, es obvio que ellos fueron a eso, a matarlo y arrancaron. Nadie vio nada, sólo unos vecinos dicen que sintieron los disparos a lo lejos, y otros dicen haber visto a los dos tipos arrancando. Lamentablemente, con eso no basta”, finalizó.

Felipe Ahumada

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