La criticidad de las emergencias vividas en la Región de Ñuble no ha dado respiro a los brigadistas, bomberos y autoridades en general, quienes han debido organizar nuevas evacuaciones por el riesgo que las llamas de los incendios forestales aún activos, lleguen a los sectores poblados. La última alarma que obligaba a una evacuación se generó pasada las 19.30 horas de hoy martes, en el sector de Ránquil, provincia del Itata.
Y mientras la tensión se centraba al máximo en esa zona vitivinícola, en Quirihue la preocupación rozaba la desesperación debido al rápido avance de las llamas hacia el sector del cerro Coiquén, donde se ubican las antenas de las empresas de telecomunicaciones de WOM, Entel y Movistar, infraestructura crítica que de ser incinerada dejaría totalmente incomunicado a los habitantes, servicios públicos y policías de toda la costa ñublensina.
La preocupación no era infundada, ya que desde las 17.00 horas que Bomberos había declarado que se trataba de un incendio “sin control”, por lo que las máquinas enviadas por la seremi del MOP para hacer cortafuegos, debieron ser retiradas y se ordenó la salida de los brigadistas, ante el riesgo de que por acción de los veloces y variables fuegos, pudiesen dejarlos atrapados.
Las condiciones climáticas tampoco dejaron que las brigadas aéreas pudiesen trabajar en esa zona, en contraste a lo que se vio en otras provincias de la región, donde operaron hasta que la luz solar se los permitió.
De los 24 focos que hasta la mañana de ayer se registraban en Ñuble, 18 de ellos seguían activos; y en cuanto a los que se combaten en la rovincia del Itata, “los más complejos son los de Ránquil, el sector El Barco y el sector Lomas Coloradas, donde tuvo que hacerse una evacuación preventiva para evitar desgracias”, precisó el delegado provincial, Luis Cisterna.
Conforme a lo informado desde esta delegación, en el caso de Quirihue, específicamente en el cerro Colquén, el fuego presentaba para las 20.00 horas, una marcha lenta y sobre pastizales, “así que no revierte un peligro inmediato, pero lamentablemente este siniestro no da tregua y hay otros focos activos en Coelemu y en Portezuelo, que aunque todavía no han podido ser controlados, son de menor magnitud”, confirmó el delegado del Itata, quien durante la mañana de esa misma jornada había calificado lo que vio en su última inspección a los sitios con focos activos como “horrible, dantesco y no sé qué otros calificativos agregar ”.
Segunda evacuación en Queime
Durante la jornada se debió ordenar evacuaciones en el sector de Las Perdices, El Peley y Santa Ana del Baúl en la zona de Huacamalá, ubicada a unos 20 kilómetros al surponiente de Quillón, que al igual que Chillán y sus alrededores, ha pasado con sus cielos cubiertos de humos y un casi metafórico sol rojo.
Otro factor de estrés para los vecinos del Valle del Itata es que, tal como sucediera en la noche del lunes, el sector de Queime debió ser evacuado por segunda vez y en esta oportunidad, unas 250 personas, aproximadamente debieron abandonar sus casas.
Tal como en Itata, lo espeso del aire hizo que las brigadas aéreas tuvieran poca acción durante la jornada de ayer, por lo que la mayor parte de las tareas de combate ha recaído en las brigadas terrestres de Conaf, Bomberos y en las de las empresas del sector.
Robo durante la evacuación
Fue en este contexto que se registró una situación delictual insólita. Uno de los vecinos forzados a evacuar, logró cargar sus materiales de trabajo y sus enseres básicos en su camioneta para viajar hasta Quillón y solicitar albergue a familiares.
Fue en este contexto que delincuentes robaron su camioneta con toda la carga a bordo. El hecho fue denunciado en Carabineros, sin que hasta la fecha se tengan resultados respecto a su recuperación.
Pese a esto, en Ñuble no se han denunciado delitos de mayor connotación, al menos en los sectores donde el trabajo del combate de incendios forestales se ha hecho más intenso.
