La crisis climática que está provocando incendios forestales cada vez más frecuentes e intensos en Canadá ha tenido consecuencias negativas para la calidad del aire y la salud de millones de personas en Estados Unidos. El humo de los incendios ha cubierto ciudades como Washington, Nueva York, Filadelfia y Charlotte, creando una atmósfera nublada, con olor agrio y cielos teñidos de naranja.
La Agencia de Protección del Medio Ambiente clasificó partes de la región del Atlántico medio en “Código Rojo Oscuro”, la categoría más alta del índice de calidad del aire y que advierte de condiciones peligrosas1. Esto ha convertido a algunas zonas de Estados Unidos en las más contaminadas del mundo, peor que ciudades del sur de Asia y China que normalmente dominan las clasificaciones mundiales.
El humo ha afectado también la movilidad y el transporte en el país. La Administración Federal de Aviación dijo que la baja visibilidad obligó a “gestionar el flujo de tráfico con seguridad en la ciudad de Nueva York, DC, Filadelfia y Charlotte”. Los vuelos al aeropuerto La Guardia de Nueva York y al aeropuerto internacional de Filadelfia se reanudaron tras una pausa. Además, se cancelaron actividades al aire libre, como un evento por el mes del Orgullo Gay, un partido de béisbol profesional, ejercicios físicos y competencias escolares1. El Zoológico Nacional cerró para cuidar “a los animales, nuestro personal y nuevos visitantes”.
Las autoridades sanitarias recomendaron a la población usar máscaras N-95 y evitar la exposición prolongada al aire contaminado.
