Hace unos días, en Dimensión Deportiva, el director (s) del IND Ñuble, Marcelo Zapata, reconocía que el municipio de Chillán podría complementar o potenciar la gestión deportiva local, cuando logre crear la postergada Oficina de Deportes Municipal y la Corporación Municipal de Deportes.
Esto, porque en la actualidad, solo cuenta con una reducida Oficina de Eventos Recreativos, que responde solo a un criterio coyuntural y enfocada en la fase recreativa. Sin embargo, como lo recalcó Zapata, es vital que la gestión del próximo alcalde, considere la gestación de dos instancias vitales para consolidar el desarrollo deportivo integral de la comuna más allá del avance en infraestructura y la implementación de talleres recreativos o eventos esporádicos.
Resulta urgente que la gestión del futuro alcalde, que conoceremos en abril, pague esta deuda pendiente, estructurando una política deportiva que no siga descuidando las fases formativas, competitiva y del alto rendimiento, poniendo énfasis en el olvidado deporte escolar municipal, donde sobra talento, pero escasea la inversión, la especialización y la inversión.
Llegó la hora de que el nuevo alcalde haga la cirugía profunda que no se hizo en su momento, en medio, incluso, de sumarios por irregularidades basadas en pagos de servicios y contratos que nunca se concretaron. Para que arriben profesionales con experiencia en el área, especialistas con recorrido, pero esencialmente, con formación valórica y transparencia para trabajar y no servirse del deporte.
El desafío está planteado. La comunidad chillaneja y los amantes del deporte, fuente de desarrollo de una sociedad, lo están pidiendo a gritos.
