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Una degustación de vinos hecho con cepas País y Cinsault marcó la presentación de los primeros “Vinos Patrimoniales de Chile”, elaborados bajo al alero de una iniciativa que busca contribuir a la sustentabilidad de un sistema productivo asociado a este producto tradicional de la agricultura familiar de Chile, como es el vino campesino, y que se desarrolla en las zonas del secano costero e interior de las regiones del Maule y Ñuble.
El proyecto, liderado por la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile y apoyado por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) del Ministerio de Agricultura, apuesta por mejorar la competitividad de los viñateros a través de tres ejes: vitivinicultura, elaboración y guarda y promoción.
Son 20 productores usuarios de Indap, de localidades como Sauzal, San Javier, Melozal, Cauquenes, Portezuelo, Ránquil, Coelemu, Quirihue, Quillón y Ninhue, que están trabajando en mejorar su tipicidad, valorizar su producción y carácter patrimonial, aumentando su competitividad y sustentabilidad productiva de los vinos.
Además del rescate patrimonial, en las regiones del Maule y Ñuble hay muchos aspectos de la producción vitivinícola que son sustentables, tales como el uso de variedades de bajo requerimiento hídrico que permiten una producción aceptable, lo cual en el corto-mediano plazo puede resultar un modelo a imitar considerando la escasez hídrica que ya se observa en el Valle Central de Chile, donde se desarrolla mayoritariamente la vitivinicultura hoy en día.
“En este proyecto se conjugan dos de los programas estratégicos importantes para FIA, como es el Programa de Innovación en Rescate y Valorización del Patrimonio y el Programa de Innovación de Cambio Climático, donde a través del rescate de estas variedades que se cultivan en el secano de estas localidades, se puede desarrollar un modelo interesante a seguir en el futuro en regiones que presentan menos precipitaciones”, comentó la directora ejecutiva de FIA, María José Etchegaray.
Para esto se fortalecerá la transferencia tecnológica y capacidad de difusión del vino campesino. Además se está capacitando a los productores en aspectos vitivinícolas, enológicos y de higiene en bodega.
Mejor calidad
Para el ingeniero agrónomo, enólogo y director de la iniciativa, Álvaro Peña, esta iniciativa busca mediante la capacitación “que los pequeños viñateros de Maule e Itata mejoren la calidad de sus vinos y la sustentabilidad económica de los productores. Pudimos degustar los primeros vinos embotellados correspondientes a la vendimia 2016, con un muy buen recibimiento de expertos, periodistas del sector enológico y dueños de restaurantes, por lo que esperamos incorporar sus opiniones en el último año de ejecución del proyecto”.
Se estima que la superficie de viñedos de secano interior y secano costero de las regiones del Maule y Ñuble es de aproximadamente 10.000 hectáreas, con un número aproximado de 8.000 productores. Las variedades más importantes corresponden a la blanca Moscatel de Alejandría y a las tintas Cinsault, Carignan y País, esta última con cerca de 7000 hectáreas plantadas.