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Cuestionan sistema y cámaras de televigilancia por la poca capacidad preventiva demostrada

Hasta hace cuatro años, Ñuble figuraba dentro de las provincias (hoy Región) más seguras de Chile.

Bajas cifras de denuncias por robos violentos, robos con fuerza y una cantidad de homicidios que hacían entender que esos asesinatos eran, realmente, “casos aislados”.

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Fue entre los años 2016 y 2018 que, además, Chillán como comuna comenzaba a apostar por la tecnovigilancia como principal herramienta de apoyo a la labor preventiva de Carabineros, aunque en la institución uniformada, con algo de recelo, siempre advirtieron que la tecnología jamás reemplazaría a la logística humana.

La Oficina Municipal de Seguridad (OMSE) comenzó a realizar una serie de gestiones que significó pasar de apenas seis cámaras de seguridad (algunas de ellas en mal estado) a equipar a la ciudad con más de 60 de estos dispositivos, de alta generación, con un alcance de enfoque de más de tres kilómetros, merced de un moderno lente de alta resolución y capaz de registrar detalles en ambientes de muy baja luminosidad.

Con el decreto de Estado de Excepción por la emergencia sanitaria, y sus consiguientes toques de queda, cuarentenas y restricciones de movilidad, las cifras de denuncias bajaron incluso a más de un 14% respecto de la ya baja tasa de denuncias que caracterizaba a la capital de la Región de Ñuble.

De vuelta a la normalidad, todo lo anterior, según las mismas estadísticas policiales, parece haber quedado muy atrás.

Y con la gente volcada a la calle por las compras para las fiestas de Fin de Año, este mes muestra una de las cifras de denuncias más altas de los últimos años, respecto a la totalidad de robos reconocidos por el Código Procesal Penal.

Así, si del 1 al 19 de diciembre de 2020 los robos con fuerza sumaron 56 casos; en el mismo periodo de este año, los casos casi se triplican: 156. (Fuente: Stop.Carabineros.cl)

En este grupo se incluye el robo de vehículos, que subió de 10 a 28 denuncias; robo de objetos desde el interior de un vehículo (14 a 31); robo en lugar habitado (16 a 38) y el robo en lugar no habitado, que ha estado en la mesa noticiosa ya por segunda semana consecutiva (de 13 denuncias a 50).

Respecto a los robos violentos, y con base en la misma plataforma institucional de estadísticas, estos aumentaron de 16 a 27 comparando del 1 al 19 de diciembre de 2020 con el mismo tramo de este año.

Se especifica en la plataforma que los robos con violencia pasaron de 16 a 27 casos.

También se ha registrado más denuncias de robos con intimidación (6 a 11) y robos por sorpresa, o lanzazos (de 3 a 9).

Cuestionamiento a Cenco

Por justa o injusta que sea la premisa, en Chillán se ha instalado la idea que cuando se llama a Carabineros por alguna emergencia, ellos no asisten aduciendo falta de personal.

Así lo han comentado a La Discusión directoras de Cesfam, locatarios y víctimas en general. Y también, se lo han hecho ver a algunos concejales. El cuestionamiento es siempre el mismo: si hay más de 20 cámaras en el centro, por qué subieron los robos.

La concejal Quenne Aitken, presidenta de la Comisión de Seguridad del Concejo, objeta que “algo que ya está súper claro es que la metodología de llenar de cámaras y de drones, que supuestamente disuaden al delincuente, no ha servido de nada. Es algo que se venía ya diciendo, que si no hay una persona que esté mirando esto y que esté fiscalizando, no va a funcionar”.

Respecto a la falta de funcionarios, hecho público por la misma generala María Teresa Araya, frente al alcalde Camilo Benavente, la edil sostuvo que, “entonces la pregunta es que aquí, si debería el Ministerio del Interior replantearse el tema de Carabineros. ¿Debería existir otra institucionalidad que pueda ver este tema, porque si Carabineros no está dando el abasto, entonces tenemos que la gente luego se cuestiona por qué hay tantos carabineros cuidando ciertas instalaciones en Chile, y cómo no van a tener para cuidarnos en nuestros mismos barrios o en el mismo centro.”

Finalmente, plantea que “el tema es cómo generamos un cambio en la modalidad de ver la seguridad pública y cómo hacemos la prevención, porque al final aquí, con las cámaras, con la Cenco, que es donde mandan la información pero que nadie recurre al procedimiento, es porque tenemos que hacer un cambio de fondo”.

Para el coronel (r) Ricardo Asfura, actualmente jefe de las brigadas móviles de televigilancia (drones), “la verdad es que antes era mucho más fácil ser carabinero que ahora. Antes, tras cada procedimiento tenías que hacer un solo papeleo y volver a las rondas; en cambio, ahora la burocracia es mucho mayor, los papeles por llenar son 10 veces más y hay más casos porque hay cada vez más gente”.

Respecto a las brigadas de drones de Seguridad Pública, estas tienen monitoreo 24/7, sin embargo deben salir a patrullar a las 21 comunas de la región y escaso aporte pueden entregar por las noches al centro de Chillán.

Analizar y corregir

El coordinador regional de Seguridad Pública, Alan Ibáñez, es quien en los últimos días ha salido a enfrentar las críticas a la seguridad.

“No es cierto que no haya una autocrítica de Carabineros, la PDI o nosotros. Eso lo hacemos todas las semanas en nuestras mesas de trabajo. Allí analizamos todo lo que se está haciendo y si hay alguna estrategia que no está funcionando, se corrige”, advierte.

Junto con lamentar el aumento de más del 200% de robos en lugar no habitado en el centro, explica que “el problema que tienen algunas cámaras del centro es que no tienen autonomía de girar en 360 grados, alguien las debe operar para que hagan eso, por lo que esperamos cambiarlas lo antes posible”.

Por otro lado, afirma que “sí se han frustrado algunos robos en el centro este mes, gracias a las cámaras y respecto al asalto a las joyerías (el jueves pasado) ya hay personas detenidas, y el resto de la banda está identificada, por lo que ya hay órdenes de detención en su contra”.

Con la fe intacta en la televigilancia, el coordinador recuerda que se está próximo a adquirir más de 200 cámaras para todo Ñuble.

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Felipe Ahumada

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