Una querella por vulneración al derecho y a la vida privada, presentaron dos funcionarios de la Municipalidad de San Carlos, Mauricio del Río (director de Aseo y ornato) y Ricardo Parra, director de Control Municipal, en contra de los concejales Jorge Silva y Jorge Guzmán, más la directora de Jurídica, Lilian Ortíz; y el director de Seguridad Pública, Ricardo Asfura.
En rigor, los querellantes acusan que a través de las cámaras de seguridad que están instaladas en la sala de sesión de Concejo Municipal, se registró un diálogo sostenida por Parra y por Del Río, las que posteriormente, y a solicitud del concejal Silva, se extrajeron y grabaron en un dispositivo que Asfura le entregó al edil.
Con este registro, Silva pretendía demostrar que ambos estaban conversando respecto a los detalles con que buscaban arreglar un concurso público dispuesto para el cargo de director de Aseo y Ornato, que Del Río podría haber dejado en caso de prosperar su designación, por parte de Renovación Nacional, como candidato a alcalde.
La moción legal patrocinada por el abogado Alexis Marín, fue declarada admisible por la Corte de Apelaciones, por lo que se deberá realizar una investigación de carácter penal. En el documento, Marín expone que según los carteles expuestos en la sala de reuniones se advierte que se graban imágenes y no audios, por lo que fundamenta el delito en las leyes que prohíben la grabación de audios o imágenes de particulares en recintos no públicos, sin el consentimiento de ellos, lo que en teoría se castiga con multas de hasta 500 UTM.
Pelea política
Mauricio del Río, quien aclara que no milita en ningún partido plantea que “yo me desistí de ser candidato, porque dentro de la municipalidad hay un conflicto interno, un conflicto de esos mal llamados políticos, que en vez de proponer proyectos para la comuna, se dedican a ensuciar la imagen de sus adversarios. Esto es espionaje, no es cierto que estuviéramos arreglando ningún concurso y, además, los audios fueron editados, por lo que cualquiera puede entender cualquier cosa”.
En tanto Asfura, quien se tomó 50 días de vacaciones que le adeudaban, dice que “esas cámaras graban siempre, y yo ni siquiera estaba en la municipalidad cuando ellos estaban conversando”.
Además, advierte que “yo me voy a querellar por acoso en contra de Parra. No soy el único que pidió licencia por sus tratos denigrantes y groserías”.
