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La Cordillera de los Andes en San Fabián sorprende con nueva especie entre sus riscos

La comuna de San Fabián de Alico es la cuna del descubrimiento de una nueva especie endémica de Chile, nombrada como Valeriana praecipitis (Caprifoliaceae) y encontrada por los botánicos Alejandro E. Villarroel y Kora Menegoz, para después ser estudiada a fondo junto a Carlos Le Quesne, Ricardo Moreno-González, todos investigadores de la Universidad de La Serena, quienes dieron vida a investigación y al respectivo artículo científico.

La Valeriana, como ellos le dicen, recibe su nombre por su hábitat muy específico: “esta planta crece en precipicios o acantilados, paredes de roca con orientación sur. No es una planta fácil de observar, ya que estos sitios son de difícil acceso. Este nombre se podría traducir por Valeriana de los precipicios”, comentó Kora Menegoz.

Hasta el momento está presente en cinco puntos distintos: Laguna Añil, Cuernos del Valiente, Cordillera del Malalcura, Laguna del Florido y el último en Laguna del Huemul.

Esta aventura para hallar la especie, a pesar de la distancia, comienza con un primer contacto visual con la planta por parte de Kora Menegoz. “En mi caso fue escalando por la pared sur del Cerro Malalcura en 2015, que vi la Valeriana por primera vez. Después la vi en varios sitios de San Fabián, siempre en paredes de roca, pero el que tuvo la intuición de que podía ser una nueva especie fue Alejandro”.

Con esta idea en la memoria, no es hasta casi cinco años después que pueden tomar una muestra mientras investigaban la flora y su distribución en el estero Bullileo, precordillera de Ñuble. “En terreno, en noviembre de 2019 (junto a Cristóbal y Daniela), recorrimos la parte alta del valle del estero Bullileo, sobre los 1.450 metros de altitud, ascendiendo vimos una planta de hojas plateadas no registrada para el valle, la que colgaba en un acantilado inaccesible”, afirmó Alejandro Villarroel.

“Luego, en enero del 2020, regresé junto a Eduardo, y con algo de irresponsabilidad, colectamos ejemplares de Rayenia (…) al descender más por la pared, vi nuevamente la planta de hojas plateadas, que con algo de esfuerzo logré colectar (esa es la muestra tipo que está en el museo)”, agregó Villarroel.

Aunque esta muestra no tenía la flor blanca y los frutos que la caracterizan, permitió confirmar que era una especie nueva para la flora de Chile y Argentina. De esta manera, “conversé con Kora y coordinamos nuevas salidas con el fin de colectar flores (en diciembre 2020) y frutos (febrero 2021), y obtener mejores fotografías. Ya con todo el material colectado, Ricardo Moreno y Carlos Le Quesne nos apoyaron en la producción del artículo”, afirmó Alejandro.

Al consultarles qué fue lo más excitante de la búsqueda, Villarroel señaló sin dudar que “¡encontrar el fruto de esta especie! Pues Valeriana praecipitis tiene un pequeño fruto, el cual se desprende o vuela fácilmente de la planta”.

En enero de 2021, continúo, “teníamos que colectar su fruto para realizar la descripción completa de la planta, pero días antes del terreno ocurrió una gran lluvia de verano. Ya en terreno, y luego de una larga caminata, llegamos a las paredes de granito donde crece la Valeriana, comenzamos a buscar sus frutos sin éxito, ya que la lluvia se los había llevado, pero de repente encontramos uno que había permanecido en una de las muestras ¡y permitió hacer la descripción!”.

De esta manera, descubrieron la Valeriana praecipitis, que alcanza hasta los 65 centímetros, no pierde sus hojas durante las estaciones, posee flores blancas, un fruto ovalado y, lamentablemente, se encuentra con estado de conservación como En Peligro (EN) bajo las categorías de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), ya que su área de ocupación es menor a los 500 kilómetros cuadrados.

Única en Ñuble

El hecho de realizar un hallazgo de este tipo es una gran noticia, pero queda dando vueltas la pregunta: ¿cómo es que se siguen descubriendo nuevas especies? Nicolás Villalobos, académico de la Universidad de Concepción, magíster en Cs. mención Botánica y Doctor (c) en Ciencias Biológicas área Botánica, lo explicó: “el descubrimiento de nuevas especies nos demuestra el inmensurable valor que posee nuestro país, siendo uno de los 34 hotspots de biodiversidad del mundo, territorios que ocupan sólo el 2,5% de la superficie terrestre y albergan una gran riqueza de especies endémicas y necesitan prioridad en su conservación”.

En concordancia, Ricardo Moreno aseguró que “en la última revisión de plantas vasculares de Chile realizada por el botánico Roberto Rodríguez y colaboradores en 2018, estimaron que nuestro país posee más de 5 mil especies de plantas vasculares de las cuales aproximadamente un 85% son nativas (viven en Chile y otros territorios), y de ellas, un 39% son endémicas (Chile es la única parte del mundo donde viven)”.

En este caso particular, “Valeriana praecipitis es la única Valeriana registrada en la región de Ñuble que presenta hojas basales divididas y carnosas. La especie es inconfundible y fácil de reconocer en primavera y verano, ya que forma una roseta de gran tamaño con hojas basales color verde plateado que se pueden observar a gran distancia, generalmente crece en grupos, y esto la hace más fácil de encontrar”, indicó Villarroel.

¿Cómo protegerla?

Encontrar una nueva planta es una gran tarea y conlleva una gran responsabilidad, en este caso está En Peligro, y aunque crece en paredes de roca subsistiendo del derretimiento de nieve sus amenazas son claras “cuando cae poca nieve en la cordillera, como el año pasado, la falta de humedad o sequía que enfrentan durante el verano, representa una verdadera amenaza para las especies que crecen en este tipo de hábitat”, afirmó Menegoz.

El ser una especie altoandina dificulta migrar buscando temperaturas más bajas, además de poseer un hábitat muy específico y que es muy escasa. Y agregó que “los megaproyectos (embalses y minería) representan una grave amenaza para la flora y fauna de San Fabián, y sumado al desarrollo turístico no sustentable”.

En este sentido, Ricardo Moreno señaló que estudiar la especie permitirá tener más información sobre los requerimientos ecológicos que necesita y así “de algún modo, ayudar al realizar programas de conservación más efectivos; difundir este conocimiento a través de programas de educación en las escuelas locales, sobre todo rurales, promovería procesos de valorización e identificación cultural, así como también aumentar el valor turístico del territorio”.

“Estamos muy interesados en postular a Valeriana praecipitis al sistema de evaluación de especies amenazadas, pero más aún en el fomento de una legislación que se haga cargo de la protección efectiva de la biodiversidad chilena. Sería un gran paso resolver la discrepancia de la ley de biodiversidad en el corto plazo”, afirmó Moreno.

Asimismo, el académico y botánico de la Universidad de Concepción, hizo énfasis que constantemente muchas especies se ven amenazadas, “lamentablemente, existen innumerables especies dentro de estas categorías afectadas principalmente por la destrucción o modificación de su hábitat, sobre todo, en la zona central del país, donde se concentra la mayor biodiversidad de especies endémicas, vida que no se encuentra en ninguna otra parte del planeta.

Por esto, añadió que la manera de protegerlas es “fiscalizar y sancionar acciones que atenten en contra de nuestra biodiversidad, también conocer nuestro entorno, conocer las especies nativas y endémicas que son parte de nuestra identidad y de nuestra cultura (…). Proteger, cuidar y regenerar los bosques y sitios prioritarios nos permitirá cuidar el tesoro inmensurable que posee nuestro país”.

Texto: Antonieta Henríquez

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