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Construcción enfrenta un escenario que amenaza la viabilidad de las empresas

Entre enero y noviembre de 2022 la superficie total de edificación autorizada en la región de Ñuble sumó 369.763 metros cuadrados, lo que si bien muestra una contracción de 4,9% respecto a igual periodo del 2021, da cuenta de la fuerte baja de las inversiones proyectadas en comparación con las cifras de prepandemia, de hecho, en enero-noviembre de 2019 los permisos de edificación en la región totalizaron 629.004 m2, según estadísticas del INE.

Obras paralizadas y varias que ni siquiera han podido iniciar sus faenas describen la situación del sector construcción en el país, y también en Ñuble. El escenario económico complejo, que en los últimos dos años viene mostrando un alza sostenida de los costos ha reducido notoriamente los márgenes del sector e incluso, ha tornado inviables numerosos proyectos y ha llevado a la quiebra a algunas empresas.

Aquellas compañías que tienen contratos con el Estado han sufrido en mayor medida, pues sin un necesario reajuste de los montos, las empresas tienen que trabajar a pérdida, poniendo en riesgo su viabilidad en el corto plazo. En ese sentido, la quiebra, en octubre, de la constructora Claro Vicuña Valenzuela, una de las más grandes del país con proyectos públicos de gran envergadura, encendió las alarmas de las autoridades sobre esta crisis, agravada por las excesivas restricciones de los bancos para otorgar financiamiento.

En Ñuble, el mayor deterioro se observa en el sector vivienda, con empresas afectadas en el desarrollo de proyectos con subsidio habitacional DS 19 y DS 49. Algunas han renunciado, otras han quebrado y otras siguen esperando incrementos de los subsidios, mayor disponibilidad de créditos y de mano de obra para comenzar.

“De la misma manera que la inflación afecta a las familias, nos descapitalizamos y perdemos caja y capital de trabajo para seguir funcionando. Sumado a los retrasos en el pago de las obras por el sector público, es una carga que se puede soportar transitoriamente, pero no por mucho tiempo o en más de una obra”, reconocen desde la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) Chillán.

Por mientras, con el objetivo de sobrevivir, las empresas están optimizando sus recursos, reduciendo personal y ajustándolo a los nuevos volúmenes de obras.

Ricardo Salman, presidente de la CChC Chillán, expuso que “las elevadas tasas de interés, sumado a las restricciones crediticias a las empresas constructoras, inmobiliarias y a clientes, han ralentizado las ventas y el inicio de nuevos proyectos”.

Explicó que “derivado de las restricciones crediticias y también por las alzas de costos de materiales y escasez de mano de obra calificada, varios proyectos que habían sido beneficiados con el DS 19 a comienzos de año no pudieron comenzar, así también otros tuvieron que renunciar producto de las mismas dificultades”.

Asimsimo. en noviembre pasado, los resultados del llamado a postulación a los concursos DS 19 del Ministerio de Vivienda revelaron que sólo resultaron beneficiados dos proyectos de Ñuble con 228 unidades, perdiéndose 5 proyectos con 942 viviendas, lo que según Salman, “significa entregar menos soluciones habitacionales, un menor nivel de actividad económica y menor empleo”.

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