Señor Director:
Es sabido que la desconfianza hacia el sistema judicial está arraigada profundamente en la población y el descontento que este produce va aumentando.
Esta se debe principalmente a la negligencia y la corrupción que está presente constantemente en nuestro sistema, que se evidencia en la llamada “puerta giratoria” o resoluciones cuestionables.
Entonces, ¿cómo es posible que se menosprecie el sentimiento de desconfianza con respecto a la “justicia”? Considero indignante que se menosprecie a las personas que sencillamente han decidido no creer en la justicia.
Un sistema que aún tiene a cientos de familias esperando justicia y reparación frente a las violaciones a los Derechos Humanos que se cometieron hace 50 años pierde toda la credibilidad.
Según la Corporación Excelencia en la Justicia (CEJ), durante el 2018, 803.622 denuncias recibidas en la Fiscalía terminaron archivadas, equivalentes al 70% de 1.138.507 noticias criminales que registró la entidad.
¿Podemos reprimir a personas que han sido olvidadas por el sistema y han dejado de confiar en él? Dejo la pregunta abierta.