Uno de los tesoros culturales y económicos mayores de la Región de Ñuble son las cepas patrimoniales y la cultura del vino de autor del Valle del Itata. Lo sabe muy bien el PTI de Enoturismo Ancestral del Valle del Itata, quien nos ha comisionado una investigación para un libro financiado por Corfo-Ñuble y ejecutado por CorpArauco Para asegurar una profunda experiencia enoturística, hemos popuesto en dicho estudio cuatro grandes rutas: 1ro. Ruta de la Historia Ancestral; 2do. Ruta de las cepas ancestrales; 3ero. Ruta del Arte Popular y Mestizo, y 4to. Ruta de las Fiestas y Concursos del Vino con terroir ancestral.
Con respecto a la “Ruta de la Historia Ancestral”, se impone diseñar una ruta referencial, un mapa nítido para atraer las visitas turístico-culturales,una síntesis de la rica historia del Itata. Lo increíble de ella es que está a punto de confirmar tres cepas autóctonas, únicas y genéticamente distintas a todas las conocidas en el mundo. Se propone entonces concatenar sitios históricos de interés, los que pueden partir –o desembocar- en un museo representativo. Para ello, sugerimos potenciar al mejor nivel una iniciativa ya existente, que es la del Museo de la Viña Prado, en el Fundo La Posada en Portezuelo. Proponemos convertirlo en “Museo del Vino y de la Memoria campesina del Itata”. Transformarlo en un museo modelo, didáctico, con una propuesta museográfica inspiradora y volverlo además en centro difusor de la cultura criolla-campesina del Itata.
El recorrido debiera darse en dos escenarios, el cerrado (de los objetos antiguos) y el abierto, donde -desde la centenaria bodega con lagares y cubas- se narre los ancestrales procesos de vinificación creados por la tradición colonial chilena; dispuesto de forma tal que la experiencia sea un enfoque vivencial e inolvidable para los sentidos. Asimismo, a la misma experiencia enoturística, desde el susodicho Museo del Vino y la Memoria Campesina, conectar otros dos importantes núcleos de la memoria histórica del Itata:el Museo Antropológico Comunal de Quirihue y la Casa- hacienda de la Viña Cucha-Cucha.
Y con respecto a las iniciativas coadyuvantes, proponemos al menos seis acciones: 1. Coordinar agentes culturales públicos y privados de las distintas comunas del Valle para definir dicha rutas y planes estratégicos de acción para obtención recursos que dignifiquen los hitos elegidos. Dicha mesa de agentes debiera definir los relatos de los hitos ya rescatados, y proponerlos a las autoridades locales, provinciales y regionales. 2. Una vez definidos los hitos o puntos claves de dicha ruta, incorporarlos en la agenda anual de actividades patrimoniales de cada plan comunal involucrado. Incorporar en dicha agenda la trilogía del Museo Antropológico Comunal de Quirihue, la Casa- hacienda de la Viña Cucha-Cucha y el mencionado Museo del Vino y la Memoria Campesina del Itata. 3. Motivar a cada alcalde a que incorpore los hitos históricos del vino en su Plan de Desarrollo Comunal. Levantar dicho hito comunal en paralelo al cuidado ambiental del lugar y con una intensiva campaña escolar de reconocimiento de su significado. 4. Destinar fondos FNDR para articular –y asegurar- algunos servicios básicos de la Ruta (gastronómicos, artesanías, muestras culturales, bodegas, etc.) encadenándolos entre sí con las potencialidades de las ofertas turísticas que ofrece cada comuna. 5. Diseñar y presentar el Proyecto “Museo del Vino y de la Memoria campesina del Itata” a las distintas instancias de financiamiento local, regional y nacional; particularmente a los concursos sectoriales. 6. Incorporar dichos hitos histórico-culturales como ejes identitarios de la malla curricular del Sistema Provincial de Educación o de las futuras corporaciones educativas. Adecuar el currículum provincial de las escuelas y liceos del Valle del Itata según en enfoque territorial; es decir, rediseñar el enfoque de las diversas asignaturas a partir de las riquezas patrimoniales del Valle del Itata.
