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Combustibles al alza

El jueves pasado, los combustibles en Chile experimentaron alzas por trigésimo-primera semana consecutiva, impulsados por los precios internacionales y un dólar alto.

La última vez que el precio de la gasolina de 93 octanos registró una baja fue a fines de noviembre de 2020, mientras que el valor de la de 97 octanos y el diésel solo ha caído una vez desde la primera semana de diciembre. De esta forma, en los últimos siete meses, acumulan un aumento de $171 a $225.

La tendencia alcista que no parece dar señales de retroceder tiene inquietos a los gremios de Mipymes, que además de enfrentar mayores costos por variados insumos, ven que los combustibles y el transporte están amenazando su frágil equilibrio financiero.

En ese contexto, no son pocas las voces que están pidiendo desde hace algunas semanas al Gobierno que intervenga. Específicamente, gremios como la Conapyme, y a nivel local, la Cámara de Comercio de Chillán, han solicitado que se suspenda o se reduzca el cobro del impuesto específico, dado que, en la práctica, el Mepco (Mecanismo de estabilización de precios de los combustibles) no ha logrado amortiguar las fluctuaciones.

La rebaja es una idea que tiene amplio apoyo en la Cámara de Diputados: 143 votos tuvo la petición de la UDI al Presidente Piñera de otorgar suma urgencia al proyecto que rebaja en 50% el impuesto específico, cuando existan estados de excepción constitucional.

De hecho, un grupo de parlamentarios ingresaron una reforma constitucional que busca suspender durante un año la aplicación del impuesto específico.

Frente a este tema, el Gobierno no se ha pronunciado, lo que es clave, pues la Constitución faculta solo al Ejecutivo para crear o modificar tributos.

Los detractores de esta medida, además de criticar las debilidades del proyecto en aspectos de forma y de aplicación, han advertido que si se implementara una rebaja del 50% significaría una menor recaudación por parte del Fisco entre US$973 millones y $1.186 millones.

También han argumentado que la medida beneficiará principalmente a los sectores de mayores ingresos, porque el decil más rico consume 24 veces más gasolina que el decil más vulnerable y seis veces más que el de ingresos medios.

No cabe duda que la crisis económica derivada de la pandemia ha golpeado duramente las arcas fiscales, pero no se puede olvidar que las más golpeadas han sido las Pymes, por lo que cualquier medida que contribuya a mitigar estos impactos es bienvenida, ya sea a través de un ajuste del Mepco que logre una efectiva amortiguación de las alzas, o mediante exenciones focalizadas a segmentos determinados de contribuyentes, o bien, reduciendo temporalmente la aplicación del impuesto específico, entendiendo que si bien esta última medida beneficiará a los que más consumen, no por ello dejaría de ser un alivio mayor para un gran número de micro, pequeñas y medianas empresas, así como también para la tradicionalmente postergada clase media.

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