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Cinco exautoridades fundacionales de Ñuble son hoy candidatos(as)

En promedio dos años alcanzaron a estar en sus cargos las primeras autoridades nombradas en la naciente Región de Ñuble.

El 6 de septiembre de 2018 asumieron como intendente, Martín Arrau (UDI), y como gobernadores de Diguillín, Paola Becker (ex RN); de Punilla, Cristóbal Martínez (UDI) y de Itata, Rossana Yáñez (Evópoli).

Todos ellos renunciaron para emprender diversas carreras electorales. La primera fue la actual candidata alcaldesa de Chillán por Chile Vamos, Paola Becker, quien dejó la Gobernación de Diguillín a principios de octubre de 2019, a solo un año de haber asumido (antes de la creación de la región, había ejercido como gobernadora de Ñuble). En su lugar llegó Enrique Rivas, quien también renunció, el 16 de noviembre pasado, para competir por un cupo a diputado en noviembre próximo.

La gran duda que se plantea desde el análisis político es si corresponde que autoridades dejen sus cargos a poco andar, para usarlos como “trampolín” para alcanzar objetivos personales o de sus partidos.
Según la experta en Marketing Político, Paulina Pinchart, en el caso de autoridades designadas, no es un problema.

“Los cargos de intendente y gobernadores hasta ahora han sido designados, por lo tanto, ellos no se han sometido al escrutinio público de la gente, y si los partidos que los pusieron están de acuerdo con que renuncien para ir de candidatos a algo, no hay nada que decir. Lo terrible es al revés. Pienso que lo incorrecto, porque no se respeta la voluntad del electorado, es cuando estando en un cargo obtenido vía popular, se salta a otro. Eso no debe ser, porque no se está cumpliendo el mandato de los electores”, afirmó.

Según Pinchart, “obviamente, los exintendentes y exgobernadores que se postulan a cargos lo hacen porque creen haber tenido un buen posicionamiento, y efectivamente, dicho puesto les sirvió de trampolín para competir en elecciones. Es una buena forma de mostrarse, y así se ha utilizado en Ñuble y Biobío, quienes han sido autoridades quedan posicionadas como figuras políticas, lo que les facilita su postulación”, sentenció.

Experiencias

En el caso del exintendente Martín Arrau, quien hoy compite por un escaño en la convención constitucional, “no renuncié por motivos electorales, podría haber renunciado bastante después. En mi caso fueron cerca de 3 años de trabajo muy intensos y entretenidos, instalando la región, viviendo periodos históricos de pandemia, de demandas sociales. En fin, mucho aprendizaje en un tiempo más que prudente para este cargo. La intendencia la asumí con total compromiso, dedicándole siete días a la semana”, dijo.

Añadió que “más allá de mi persona, yo no creo en quienes se apernan al poder, ni en las restricciones de entrada para ir a elecciones directas, donde en definitiva ganan las personas con más votos de la gente, que evalúa sus cometidos, sus planes de trabajo, sus ideas y sus principios. Ni tampoco creo en sistemas enredados, complicados para las personas, con esa letra chica que tiene aburrida a los chilenos”, apuntó.

Paola Becker, quien luego de renunciar no ha vuelto a tomar responsabilidades en el ámbito público, sí cree que debería analizarse el éxodo desde los cargos designados hacia los de elección popular.

“Esto es una práctica de muchos años. Hemos tenido subsecretarios que han sido senadores y muchos otros ejemplos. Lo bueno es que hoy la ley regula esto y nos obliga a renunciar, porque antes no existía esta obligación con tanta anticipación”, aseveró.

Agregó que “efectivamente, la mayoría de los cargos públicos es una vitrina importante para quienes los ejercen, y dentro de las críticas que se le hacen a la clase política está precisamente esto, lo que podría perfeccionarse. Es un tema a analizar a nivel de Estado y congreso, porque quizás tener un cargo da visibilidad para demostrar gestión, lo que es una moneda de dos caras, pues también quienes lo han hecho mal pueden después incursionar a nivel electoral”, precisó.

Rossana Yáñez, hoy candidata a constituyente, manifestó que asumió el llamado de su partido Evópoli, para emprender un nuevo desafío.

“Lo importante es que cuando uno asuma una función, lo haga con un compromiso real. En los tres años que me tocó ser gobernadora, siempre velé por cumplir con la misión de mejorar la calidad de vida de los habitantes de Itata. Pero uno entiende que ese puesto es de confianza y se puede salir en cualquier momento. Mi partido me pidió participar en este importante proceso constituyente, y decidí dar este paso porque entendí que es la única forma de cambiar nuestro país”, manifestó.

Un año alcanzó a estar el cargo de gobernador, Enrique Rivas, quien cree que una regla esencial de la democracia es el derecho a elegir y ser elegido.

“Quienes hemos ostentado cargos de confianza del Presidente de la República debemos cumplir con nuestra misión y no ocupar dichos puestos con fines políticos. Sin embargo, una regla básica de la democracia es poder elegir y ser elegido, y en ese sentido, las reglas son claras. Existen fechas para renunciar, por lo que creo que la crítica está demás, pues independiente de quién gobierne, siempre habrá quienes cumpliendo la ley busquen acceder a dichos puestos”, afirmó.

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