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“Camiseta parchada”

El bochornoso caso de la “camiseta parchada” con la que ingresó a jugar Mathías Pinto por Ñublense frente a Universidad de Chile, tras reemplazar a su compañero Maximiliano Torrealba, dejó en evidencia que el elenco de Chillán, en el plano institucional, aún no da el “salto de calidad” para funcionar como un club de Primera División.

Mientras el plantel, en un breve plazo, de la mano del cuerpo técnico dirigido por Jaime García, protagoniza una aplaudida campaña, tras un meteórico proceso de adaptación, hay “detalles” de logística y administración que tienen que ser desterrados porque pueden conspirar contra el proyecto deportivo.

No es posible que, independiente que un jugador intercambie su camiseta en cada partido, la que, por lo demás, se le descuenta de su sueldo, la empresa que dota de indumentaria a la institución no embale el pedido de reposición de manera correcta, y a su vez, Ñublense envíe un emisario el mismo día de un partido oficial, sin chequear lo que retira.

Pero lo que vino después, a nivel comunicacional, fue igualmente bochornoso. Con un comunicado de la marca deportiva que no asume el problema de fondo, que es la falta de reposición a tiempo de la indumentaria, y otro del club, tardío y a destiempo. Texto en el que el club pide disculpas a la hinchada, exculpa al jugador, pero no respalda al entrenador, a quien se le tilda como responsable de que la camiseta que llegó a Rancagua, cuando transcurrían 12 minutos del complemento, no haya terminado en el dorso de Pinto.

Y es que, además, Jaime García salió con un polerón propio con un escrito alusivo a la marca, sin ánimo de descalificar a One Fit, sino que, de demostrar que no cuenta con la ropa deportiva de su talla para ejercer su función de entrenador en el banco.

Es decir, otra vez, por falta de logística del club, no cuenta con una herramienta de trabajo y ahora, incluso, arriesga una acción legal por parte de la tienda curicana.

Para que este barco rojo no se hunda, no solo deben evitarse estos errores impresentables, que generan molestia en el plantel, sino que además, debe recuperarse una mancomunión entre los estamentos del club, que pareció quebrarse con esta vergonzosa anécdota que derivó en polémica.

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