El rubro de las artes en Ñuble está contento y no es para menos. Por fin ven luces de esperanza, después del largo paréntesis de la pandemia. El avance de Chillán y Chillán Viejo a fase 4 motiva a los diversos talentos que se desenvuelven en la región, pues por fin se podrán reencontrar con su público de manera presencial.
Es cierto, todavía la noticia es muy reciente, pero por lo menos la alegría se nota entre respresentantes de diversas disciplinas.
Por ejemplo, las artes visuales se han mantenido activas en este extenso período, aunque en formato de exposiciones virtuales. Uno de los primeros en adherir a esta transformación fue el pintor Víctor Sepúlveda, quien administra la Sala de Arte Mercado.
Desde que fue inaugurado en septiembre de 2019, este espacio ha acercado el arte a un público diverso, que casi sin buscarlo, encuentra aquí una dosis de cultura local. A poco de la llegada del coronavirus a Ñuble, el gestor habilitó el formato remoto para sus exposiciones.
Si bien esto también le ha permitido llegar a público internacional a lo largo de estos 16 meses, el avance de Chillán a la apertura, incentiva la movilidad que espera recuperar en este espacio dependiente de la Dirección de Cultura Municipal.
“La apertura de espacios permite retomar la dinámica de interacción con la gente. Después de tantos encierros y restricciones, el arte y la cultura ocupa un rol fundamental, pues también esto va a asociado a una mirada que debe ir mucho más allá y tomarla como un polo de salud mental post-pandémica. La gente estará muy necesitada de consumir arte y regresar poco a poco a la normalidad”, anticipa.
Cara a cara
A su vez, el las artes teatrales también han reacondicionado su lenguaje para sobrevivir a este distanciamiento. Nicole Balmaceda, actriz y directora de la compañía Teatro del Alma, resalta que este período permitió trabajos conjuntos de artistas escénicos.
“Siempre hay ilusión por volver a los escenarios, pero hubo un período de aprendizaje y todos tuvimos que adaptarnos a lo digital. Se hicieron varias cosas acá, tuvimos muy buen acercamiento con la Seremi de las Culturas, así que logramos financiarnos. Nos unimos todos los artistas escénicos y tratamos de hacer proyectos en conjunto. A partir de la crisis hay nuevas miradas, nuevo lenguaje”, reflexiona.
En tanto, desde el área de la música, el distanciamiento propició la masividad del consumo de grabaciones online.
La Arrau Big Band de la Escuela de Cultura Artística acondicionó sus espectáculos a esta modalidad y así han ampliado su repertorio, que se caracteriza por la interpretación de temas de jazz, blues, swing o bossanova.
Andrea Silva es pianista y profesora de la Escuela Artística. Junto a Sergio Peralta crearon esta agrupación en diciembre de 2017 y, desde entonces, se han presentado en diversos escenarios de Ñuble y Maule, junto a alumnos y otros docentes que también integran la banda.
“Esta apertura me genera alegría, ya que se reactivan los puestos de trabajo y la posibilidad de volver a encontrarse con el público en vivo me motiva a preparar nuevas presentaciones”, proyecta.
Texto: Catalina Garcés
