La instalación de nuevos reductores de velocidad, o “lomos de toro” anunció la Municipalidad de Bulnes, acogiendo, según afirmó, a las solicitudes vecinales.
La alcaldesa(s), Carolina Mendoza, informó que el municipio adjudicó la compra de reductores de velocidad con el fin de resguardar la seguridad de vecinos.
La profesional, indicó que la comunidad expuso al alcalde Jorge Hidalgo la necesidad de instalar nuevos elementos para bajar la velocidad con que transitan los conductores.
“La irresponsabilidad de muchos automovilistas que transforman las calles en pistas de velocidad, pone en riesgo la integridad de la gente en especial de niños”, indicó la alcaldesa.
Frente a este problema, fueron adquiridos reductores por un valor cercano a los 2.000.000 de pesos.
Los elementos viales serán instalados en diversas sectores de la comuna con la respectiva señalética, según compromisos del alcalde Jorge Hidalgo y la comunidad.
El director de Planificación Gerardo Contreras, destacó que la inversión municipal permitirá instalar 84 reductores en diversos sectores de la comuna beneficiando a vecinos.
Según el programa de trabajo del municipio, algunos sectores favorecidos serán la población O’Higgins, la calle José Miguel Carrera, Villa Las Palmeras, además de las localidades de Santa Clara y Tres Esquinas.
Comportamiento de conductores
Al igual que las ciudades grandes, la capital de Diguillín enfrenta problemas viales propios derivados de la conducta de los conductores.
Esta semana se conoció un estudio de la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito (Conaset) y Automóvil Club de Chile, sobre el comportamiento de los vehículos en avenidas de alto tráfico de Santiago.
El resultado, seis de cada 10 conductores no respeta el máximo de velocidad urbano permitido en Chile, de 50 kilómetros por hora.
En opinión de Johanna Vollrath, secretaria ejecutiva Conaset, “hace la diferencia andar a 50 o 60 kilómetros por hora. Por ejemplo, un peatón que está siendo atropellado por un automovilista, tiene el doble de probabilidades de sobrevivir cuando el automovilista baja de 60 a 50 kilómetros por hora”.
El problema es mundial. En España, desde esta semana la velocidad máxima en la ciudad es de 30 kilómetros por hora.
