Analgésicos de venta libre en tu hogar ¿Qué necesitas saber?
El dolor es una respuesta de nuestro cuerpo para advertirnos que algo nos sucede, puede ser cansancio, el comienzo de un resfriado, la llegada del periodo, el resultado de un ejercicio mal hecho, entre tantas otras razones reales o potenciales, y hace sólo unos años que lo podemos relacionar incluso con el contagio de Covid-19.
Para aliviar el dolor, hoy encontramos una variedad de fármacos que en su mayoría se pueden comprar sin receta y que los chilenos por precaución suelen mantener en sus despensas. Estos son los llamados analgésicos, que actúan enviando sustancias hacia el tejido con problemas, los dos más comunes siendo el paracetamol y el ibuprofeno.
¿Qué significa AINE y cuál es su función?
Los AINE son antiinflamatorios no esteroides, los más conocidos son la aspirina (ácido acetilsalicílico), el ketoprofeno, el naproxeno, el ibuprofeno y el ketorolaco. Estos alivian el dolor, reducen la inflación y también comparten la propiedad antipirética (baja la fiebre). Aún así, se asocian con efectos secundarios como la toxicidad digestiva, renal o cardíaca.
Dentro de esta clase, el ibuprofeno presenta un mayor consumo entre la población que cualquier otro. Se usa típicamente para los dolores de cabeza, los menstruales y para aquellos que son resultado de un golpe o un mal movimiento durante la actividad física (esguinces, distensión muscular). Aunque para las cefaleas los expertos recomiendan siempre probar primero con tomar paracetamol y dejar los AINE como opción de emergencia.
Entre más tiempo se ingiera la medicina, la probabilidad de sus riesgos aumenta, por lo cual se sugiere administrar el remedio por no más de diez días, sólo en un máximo de tres días en la presencia de fiebre y finalmente, consultar a un médico si el estado febril continúa posterior a esto.
El ketoprofeno es especialmente conocido como un antiartrítico que disminuye la rigidez causada por la osteoartritis, el dolor escapular causado por la bursitis, los síntomas de la tendinitis, la artritis gotosa, artritis reumatoide, entre otros.
El formato a consumir de este medicamento dependerá de la causa a tratar. Existe el ketoprofeno en forma de solución líquida inyectable que viene de a 100 gramos por ampolla, pero para acceder a ella se necesita indicación directa de un doctor y se receta especialmente para el tratamiento de las afecciones nombradas anteriormente. Su dimensión general es en tabletas o cápsulas (de acción inmediata o liberación lenta) de venta libre.
Lamentablemente, este remedio puede causar daños durante el embarazo o la lactancia, por ello no se debe tomar ketoprofeno durante este periodo. Y es necesario evitar todo AINE si el paciente presenta enfermedades al corazón, presión alta, enfermedades renales, hepáticas, si es que se encuentra bajo tratamiento de anticoagulantes o si está tomando otros AINE (celecoxib, nabumetona, etc.).
Aun cuando el ketoprofeno, y otras medicaciones de tipo AINE, sirven para combatir las molestias dentales, las relacionadas a la gripe o resfrío común, los síntomas de la faringitis, y las ya mencionadas cefaleas, los especialistas siempre recomiendan emplear al paracetamol como terapia primaria de los dolores leves a moderados.
No existe un sólo medicamento universal que pueda resolver cualquier tipo de dolor que nos aparezca, pero sí hay unos pocos que deberían ser parte de nuestro botiquín casero.
Los analgésicos tienen varias clasificaciones, por ejemplo, están los de tipo narcótico y no narcóticos, no obstante, nos vamos a centrar en estos últimos ya que no necesitan de supervisión médica y son ampliamente seguros bajo las dosis correctas. A su vez, se dividen en tres grupos: tenemos los antipiréticos, los AINE, y los opioides que por su carácter adictivo se reservan para la administración de pacientes hospitalizados y más que nada en situaciones extraordinarias.
El paracetamol es el principal analgésico antitérmico, también llamado el “analgésico puro”; no es un AINE y no es un narcótico. Dado que presenta mínimos y casi nulos efectos secundarios, además de no ser gastrolesivo, es ampliamente utilizado en la medicina pediátrica, exceptuando a niños menores de 2 años.
Al igual que los otros analgésicos, se dedica a bloquear la síntesis y liberación de prostaglandinas desde el sistema nervioso, y así desinhibe la transmisión de las señales eléctricas que indican dolor a nivel periférico. Adicionalmente, actúa sobre el centro del hipotálamo donde se regula la temperatura corporal.
A diferencia de los AINE, el paracetamol no tiene propiedad antiinflamatoria y no tiene interacciones peligrosas con otros fármacos, así pues, en muchos casos se receta en compañía de otras medicinas que aumentan su actividad anestésica (como pasa con tramadol) o aportan con otras cualidades al tratamiento de una enfermedad.
Hay unas cuantas versiones de este remedio que vienen con pequeñas cantidades de codeína (un opioide de potencia moderada), o vitamina C, o antihistamínicos, o cafeína.
El acetaminofeno, o paracetamol por su nombre genérico, se vende en las farmacias en distintos tamaños, desde comprimidos recubiertos de 50 mg, 80 mg, soluciones líquidas o en polvo de 125 mg o 300 mg, tabletas de 500 mg, etcétera, y hasta su dosis máxima de 1g.
- Comprimidos, el más común
- Cápsulas, al igual que los comprimidos se ingieren por vía oral sin necesidad de beber o comer antes, ya que de esta manera el componente tiene mayor absorción
- Efervescentes que se disuelven en un vaso de agua y se toma este medicamento cuando cese el burbujeo
- Sobres de contenido en polvo que se deben tomar disuelto en agua
- Bucodispersables que se deben deshacer en la boca antes de tragar
- Solución oral, son gotas que pueden tomarse disueltas en agua, leche, zumo de frutas o directamente
- Supositorios (se debe usar el supositorio completo y no fraccionar antes de su administración)
A pesar de que sí está permitido durante el embarazo y etapa de lactancia, consumirlo en cantidades elevadas puede dañar el hígado en todo tipo de pacientes, con particular riesgo en ancianos, personas que sufren anemia, insuficiencia renal, insuficiencia cardíaca y alcohólicos crónicos.
El paracetamol en específico, fue ampliamente recetado y continúa siendo utilizado para aliviar los síntomas provocados por el Covid-19 en todas sus variantes conocidas, reafirmando su lugar como elemento de emergencia en nuestros hogares.