En la Sección de Encargo y Búsqueda de Vehículos (SEBV) de Carabineros advierten que “cuando se compra un vehículo usado, se debe comparar el número de la placa patente con el del motor, porque si estas no coinciden, con mucha seguridad se trata de un vehículo clonado”.
Sin embargo, a la pregunta “¿y quién realmente hace eso?” la respuesta sería un número muy exiguo.
Por eso, el fenómeno de comprar (y luego vender) vehículos clonados es una actividad que no ha menguado en Ñuble y no son pocas las ocasiones en que compraventas establecidas de la región se han visto querelladas por esta causa.
Dentro de los últimos afectados en Chillán se encuentra Miguel Lagos, un chofer de colectivos, quien tras años de trabajo logró reunir el dinero suficiente para poder conducir su propio vehículo y aumentar sus ganancias.
Le pagó cerca de 8 millones de pesos a una persona a quien describió como “ya adulta, y que se veía muy sencillo, muy normal”, por un Hyundai Accent año 2008 con patente de taxi, el que tiempo después sería incautado por Carabineros, por estar clonado.
“Yo estuve averiguando y me di cuenta que esta misma persona había estafado a otra persona más. Los dos escuchamos un aviso en la radio y fuimos a comprarlo a San Carlos, a la misma persona”, relata.
Lagos descubrió que su vehículo estaba clonado cuando el otro afectado llegó hasta la línea de colectivos en la que trabajaba a pedir un cartón de ruta para comenzar con su recorrido, “y llegaron los carabineros a detenerlo. Ahí le dijeron que estaba manejando un vehículo robado”.
Y de nuevo encuentra otra coincidencia. “Tanto el auto que yo compré como el que compró este otro caballero, figuraban como robado a la misma persona, que es el dueño de una línea de colectivos de San Carlos”, acusó.
Lagos se presentó voluntariamente en Carabineros para denunciar que había sido víctima de una estafa, y debió dejar su vehículo en calidad de incautado, mientras dura la investigación.
Lagos y la otra víctima decidieron presentar una querella contra quien resulte responsable, la que está siendo patrocinada por el abogado chillanejo, Nicolás Quintana.
“No realizamos peritajes”
Quintana, en la querella presentada, busca que “se incauten los vehículos reales, los que ellos compraron legalmente, para que la Fiscalía realice una investigación completa y se le pueda dar una respuesta a los afectados”.
Sin embargo, también hay una denuncia en contra de uno de los notarios en los que se celebró el contrato de compraventa, “por negligencia inexcusable”, argumenta el abogado.
Conforme a lo que explica el profesional, “la persona que firma como vendedor no es la misma persona que aparece en el carné que entregaron para hacer el trámite. Y la firma, evidentemente, no es igual a la de la cédula, tampoco. Creemos que esos detalles no pueden ser pasados por alto en una notaría”.
Los afectados hicieron sus trámites en las notarías Bustos y Cortés, indistintamente.
Considerando que hay una querella presentada optaron por no hablar hasta que esta se resuelva.
Sin embargo, Cortés dice que “es casi imposible para un notario saber si se está o no comprando un vehículo clonado, nosotros no somos expertos ni hacemos peritajes, solo tenemos contacto con las personas que vienen de buena fe a realizar sus trámites, nada más”.
