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Abordan nuevos desafíos para frutilleros y castañeros

Con la puesta en marcha del tercer año de funcionamiento del Programa Territorial Integrado (PTI) Frutícola del Laja Diguillín, se dieron a conocer las iniciativas del plan de trabajo para este año, que tienen como meta apalancar unos $320 millones.

El PTI es un instrumento de Corfo que apunta a mejorar la competitividad de estos dos rubros a partir de la disminución de brechas en la cadena de valor, en ese sentido, el objetivo principal del programa es generar escalamientos productivos y habilitantes, con el fin de incrementar rendimientos, disminuir costos de producción y mejorar la productividad general de las cadenas de valor tanto en los mercados nacionales como en las cadenas globales. Específicamente, al segundo año de gestión se había logrado beneficiar directamente a 76 emprendimientos de Bulnes, San Ignacio y El Carmen.

Entre las actividades previstas para este año destacan tres consultorías: una para generar nuevos productos con valor agregado a base de castaña para el mercado nacional, otra de evaluación de inversiones para el desarrollo de procesos de almacenaje de calidad en castañas y frutillas, y una de fortalecimiento de la calidad del agua (FSMA) para generar procesos de comercialización con la agroindustria nacional.

También está definida la visita de un experto para evaluar el manejo y la calidad de la frutilla local; la realización de un taller sobre nuevas tecnologías en el control y manejo eficiente del agua, un seminario de frutillas y una parcela demostrativa para el manejo sustentable de la frutilla.

Los socios el PTI en el año dos, además de Corfo, fueron la Seremi de Agricultura, Copeval, Comfrut, la Comisión Nacional de Riego, Sercotec, Inacap, las facultades de Agronomía y de Ingeniería Agrícola de la UdeC, INIA, FIA, ProChile, Indap, la UBB, Alimentos y Frutos y Manzi.

Brechas

El seremi de Economía, Roger Cisterna, indicó que las principales brechas identificadas sobre las que se concentrará el programa, son la calidad y condición de la fruta, su certificación, comercialización, exportación y los niveles de productividad de castañas y frutillas.

“Estamos optimistas ante los resultados que tendrá este programa, el cual tiene dentro de sus objetivos específicos la generación de escalamientos productivos y habilitantes con el fin de incrementar rendimientos, disminuir costos de producción y mejorar la productividad general de las cadenas de valor; la incorporación de nuevos procesos y conocimientos que permitan agregar valor a la producción por la vía de la sofisticación y diversificación de productos; la incorporación de procesos y acciones que incrementen la sustentabilidad de los productores de las cadenas de valor del territorio, a través de acuerdos de producción limpia, incorporación de fuentes de energías renovables y el uso eficiente del recurso hídrico y la incorporación de un modelo de gestión que garantice la gobernanza, la coordinación y articulación de los actores del territorio para la ejecución del Plan de Acción en el territorio”, enfatizó Cisterna.

Por su parte, el director regional de Corfo, Daniel Sepúlveda, afirmó que “el PTI nos ha permitido validar este instrumento, dado que ha generado transferencia y prospecciones e inversión, por consecuencia ha traído aumento en la productividad, la instalación de capital social y la creación de valor en las empresas. Estamos felices con este primer programa que se está desarrollando por tercera vez en Ñuble”.

Potencial de Ñuble

Chile exporta castañas por unos US$3,1 millones, equivalentes a unas 1.700 toneladas, de las cuales un 60% proviene exclusivamente de El Carmen, señaló el seremi, destacando la importancia de este cultivo, del cual el territorio Laja Diguillín posee 583.3 hectáreas, lo que corresponde al 45% de la superficie nacional (1.300 hectáreas) que se concentra entre el Maule y La Araucanía.

En tanto, las exportaciones nacionales de frutillas congeladas superan las 17 mil toneladas, por US$39 millones, con una producción cercana a las 55 mil toneladas en 1.498 hectáreas desde Coquimbo a la Araucanía, de las cuales Ñuble concentra cerca de 150 hectáreas y una producción de 4.500 toneladas.

“Tenemos un potencial tremendo en la región de Ñuble, por lo tanto, hacer las cosas bien desde su inicio con el apoyo de los servicios que corresponde, es un gran beneficio para todo agricultor que quiera emprender o hacer una reingeniería de sus procesos; la castaña y la frutilla son de especial cuidado e indudablemente los mercados que están abiertos para estos productos permitirán un escalamiento rápido en su cantidad, calidad y mejora en los precios”, comentó Eduardo Jeria, seremi (s) de Agricultura.

Texto: Roberto Fernández

Foto: Archivo

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