A exactos dos años del día reconocido como el inicio del estallido social en Chile, los casos de violaciones a los Derechos Humanos permanecen en una completa impunidad.
Así lo demuestra el escaso avance en la justicia, de las denuncias por apremios ilegítimos cometidos por agentes del Estado (policías y fuerzas armadas) contra miles de chilenos.
Según cifras del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), al 2021 suman 3.072 las querellas presentadas por el organismo a nivel nacional, con 70 de las cuales están formalizadas, con 136 imputados formalizados y solo cuatro sentencias condenatorias.
“Hemos avanzado muy poco, estamos más cerca de la impunidad que de la justicia, verdad y reparación”, afirmó el director nacional de la institución, Sergio Micco.
En la misma línea se mostró Daniel Concha, director del INDH en Ñuble, donde el organismo presentó 50 querellas en el contexto del estallido social en la región, registrándose solo dos formalizadas, mientras que 48 aún en investigación por parte de la Fiscalía Regional en Ñuble.
Las dos querellas formalizadas ante la justicia se tratan de apremios ilegítimos por parte de funcionarios de carabineros, resultando afectados dos personas en medio de manifestaciones ocurridas en Chillán.
En el primero, un carabinero está formalizado por el gaseo de gas pimienta a una joven manifestante. El segundo caso se encuentra sin imputados y la querella está dirigida contra quienes resulten responsable, informó Concha.
Entre los casos aún desformalizados, destacan dos que cobraron notoriedad pública, como el de Gloria Moraga, quien el 20 de octubre de 2019 recibió un proyectil en el pabellón ocular, lo que le causó la pérdida de su ojo derecho.
El segundo, es el caso ocurrió el 12 de noviembre de 2019 en San Carlos, cuando un grupo de personas se manifestaban en el frontis del municipio, momento en que apareció el entonces alcalde de la comuna, Hugo Gebrie, para ingresar al edificio municipal, lo que fue impedido por los manifestantes, quienes bloquearon el paso. Alrededor de las 15:00 horas apareció personal de Fuerzas Especiales desde Chillán, resguardando al jefe comunal.
Uno de los manifestantes, un joven de 17 años, fue repelido con un golpe en el rostro con un bastón de carabineros, para luego ser trasladado detrás de una estatua donde sufrió varias agresiones.
“Entre tres carabineros me tomaron y me llevaron detrás de la estatua que tiene un espacio escondido, me retuvieron ahí mientras me pegaban. Ahí no existía visibilidad para afuera y se aprovecharon de la circunstancia para pegarme, agarrarme del cuello contra la pared, doblarme las manos, torcerme los dedos, doblarme los brazos de forma desproporcionada”, declaró en la querella. El caso aún se encuentra siendo investigado por la Fiscalía de San Carlos.
