En la Municipalidad de Chillán piden claridad hacia la ciudadanía. “La responsabilidad nuestra es la de mantener las veredas, pero la mantención y los arreglos de las calles le corresponde al Serviu”.
La observación es de la concejala Brígida Hormazábal, en el contexto de la presentación de múltiples quejas vecinales por la cantidad de baches y fracturas que presentan las aceras urbanas y los caminos rurales de la comuna de Chillán.
[bg_collapse view=”button-orange” color=”#4a4949″ expand_text=”Leer más” collapse_text=”Menos” inline_css=”width: 100%” ]El tema se ha visto agudizado luego que las lluvias llenaran esos hoyos, haciéndolos invisibles para los conductores, quienes de esa manera caen en esas trampas causándole daños a sus vehículos.
Ejemplos de estos casos fueron evidenciados incluso con imágenes por otros ediles como Quenne Aitken y Rodrigo Ramírez, siendo el mismo alcalde, Camilo Benavente, quien siguiera con los ejemplos. “Efectivamente es un problema. Y no hay que salir del centro para encontrárselos, uno va aquí a Vega de Saldías y desde Carrera a Isabel Riquelme es intransitable”.
En respuesta, el jefe comunal dijo que la municipalidad está pronta a ejecutar un catastro a modo de primer paso hacia el objetivo de conseguir los recursos para poder darle una solución duradera a la destrucción de estas calles.
Quien asumió el proyecto es el administrador municipal, Richard Guzmán. “Hemos conversado con la gente del Serviu, y reparamos que en Chillán no cuenta con un catastro del estado real de las calles, más allá de lo que uno ve a diario cuando transita en vehículo. Lo cierto es que hay hoyos que llevan años, algunos daños que dejó el terremoto del 2010 siguen ahí, por esta razón lo primero que debemos hacer es este levantamiento de información para luego preparar un insumo técnico que nos permita saber cuál es nivel de inversión real que necesitamos para hacer un mejoramiento sustancial”, dijo.
El plan contempla tres opciones de desarrollo. El primero es abordar la totalidad de las calles con daños; un segundo priorizaría aquellas las avenidas troncales más transitadas; y como tercera opción, priorizar alguna etapa, lo que finalmente debería determinarse dependiendo de los recursos que cada opción demande.
Esto debería plantearse en la discusión presupuestaria del 2023, a realizarse entre los meses de octubre y noviembre de este año.
De todas formas, la opción de hacer un llamado a licitación para la reparación de las calles, asoma como la solución más viable.
“Aún no hemos ningún cálculo porque no hemos hecho el catastro, sin embargo, estamos hablando de un proyecto que sin ningún problema podría bordear los mil millones de pesos”, estimó el administrador municipal.
Solo en los días de sol
Durante la discusión del tema en el concejo, se aclaró que si bien durante la administración anterior, la Municipalidad de Chillán compró una máquina bacheadora, esta solo puede trabajar en seco, lo que restringe su funcionamiento a los meses sin lluvia, es decir de septiembre a abril, y no es posible utilizarla después.
Por tal razón, y solo como medidas provisorias se ha trabajado con cemento en frío y el uso de aplanadoras, “pero esto dura un par de semanas o hasta que pase un camión de alto tonelaje y lo rompa”, lamentó el alcalde.
Dentro de las arterias con más urgencias de reparaciones, a juicio de la concejal Aitken, asoman “Alonso de Ercilla, desde el sector de Sarita Gajardo hasta Las Mariposas, y los vecinos están bastante complicados con esa situación”.
El concejal Ramírez añadió que “en las calles Las Canoas con Los Copihues hay baches que ya han causado daños en los vehículos. Como este punto está en el límite entre Chillán y Chillán Viejo, se van primero a reclamar a la municipalidad chillanvejana y de allá los mandan a reclamar a la de Chillán y todo queda en el limbo”.
Consultas hechas por La Discusión en el Serviu dieron como respuesta que por el momento solo hay en el corto plazo reparaciones en veredas y los trabajos de ampliaciones de diversas avenidas contempladas en el Plan Maestro.
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