Señor Director:
Antes del 18 de octubre los muros de las principales ciudades se tapizaron de rayados con un lenguaje provocativo feroz, creados por grupo anarquista, de ultra izquierda y cualquiera otra manifestación que quisiera subirse al carro de la violencia que avizoraba un clima de terrorismo que nadie percibió. Preparaba el ambiente para el estallido social con un fanatismo jamás visto:
“Paco bueno, paco muerto/ Fuego al capital/ Mata pacos, no animales/ Incinera, destruye, luego construye/ No a la paz burguesa/ no tengas hijo/ Carne es fascismo/ No a los milicos/ No a los empresarios/ Constitución feminista/ Evade tu facho interior/ Muerte a Piñera/ La patria es un invento/ Roba porfa/ Que arda tu sistema inhumano/ Bankeros a la horca/ No a la Iglesia/ Aborta al Estado Patriarcal/ Muerte al macho/ Menos paco y más lesbianas/ Hay que matarlos a todos/ Arriba el sakeo/ Menos pacos y más travestis/ Paca inflamable”(La democracia necesita defensores, Sergio Muñoz Rivero).
Son los anarquistas con mezcla de lumpen y narco-cultura, que están tras de la nueva Constitución que les permita transitar libremente por Chile. Los que están por el Apruebo no vislumbran el peligro, tal como no percibieron en el rayado de muros que llamaban al caos y la violencia.
Por otro lado, el senador Quintana, sin tartamudear declaró: “Chile no necesita una retroexcavadora, al menos necesita tres para cambiar la Constitución”.
Si a alguien le cabe duda la convicción democrática de la Constitución con Asamblea Constituyente, basta ver la experiencia de Venezuela.
Alfredo Schmidt Vivanco
