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Testimonios configuran perfil de abusos reiterados

Nuevas denuncias de atletas en contra del docente y técnico de atletismo Pedro Catalán llegaron a LA DISCUSIÓN.Los testimonios concuer-dan en un “modus operandi” similar para cada caso, y las descripciones incluyen casos de abusos sexuales, acoso sexual, abuso verbal, acoso psicológico y manipulación, configurando el perfil que, en base a los testimonios, personifica a un abusador en la amplia definición de la palabra.

“Me corrió la cara” “Yo llegué al club a los 13 años y estuve ahí hasta los 17. Al comienzo lo que él hacía era acoso. Se acercaba mucho y nos abrazaba, nos decía que estábamos gordas y caderonas porque ya no éramos vírgenes. Nos decía que estábamos gordas y por eso nos tomaba mensualmente los pliegues grasos y nos corría mano un poco.

Después comenzaba a decirnos que no éramos lo suficientemente inteligentes para quedar en la U y sacar una carrera porque decía que él era el brillante. Nos prohibía pololear y arreglarnos porque eso era de maraca”, señala una exatleta que optó por ocultar su nombre.

“Yo fui a buscar mi plan de entrenamiento a la oficina y él me corrió la cara. Y me dijo perdón. Yo le dije nunca más. Entonces me citó un sábado. No había nadie. Fui a buscar mi plan a la oficina y entonces me encerró. Me abrazó fuerte y metió sus manos debajo de mi ropa. Yo con fuerza le saqué el brazo y se molestó. Le dije con voz fuerte que me abriera la puerta y nunca más fui. Me cambié de entrenador y a él le decía que yo estaba loca. Que tenía trastornos alimenticios, que era bulímica y conflictiva. Yo no conté por vergüenza y porque nadie me iba a creer. Y preferí dejarlo como algo malo que olvidaría, pero ahora me ha afectado mucho en demasiadas cosas de mi vida”, complementa la exdeportista, quien sufrió todos estos episodios cuando comenzaba su carrera deportiva.

“No puedo tener intimidad”

Las consecuencias de ese abuso dañaron la vida íntima de esta denunciante.“Me afectó hasta en la inti-midad, hasta el día de hoy. No puedo tener relaciones con mi novio. No me dan deseos. Mi pareja sabe todo y me apoya. Relaciones sexuales casi no hay, fui al siquiatra, pero no le conté esa parte. No sé si habrá sido eso lo que influyó o si simplemente soy yo la que no tengo deseo sexual. No sé si seré un caso aislado, pero yo creo que igual abusó de otras de mis compañeras”, indica.

“La táctica del masaje”

La exatleta cuenta que solía aprovechar de hacer tocaciones argumentando que sabía hacer masajes, cuando deportistas presentaban lesiones.“Cuando a uno le dolía algo, él comenzaba a hacer un masaje y siempre se le iban las manos. Incluso, antes que ocurriera el incidente de la oficina, él nos decía ‘qué lindo sería verlas a ustedes tres correr desnudas en la pista”.

“Perdí todos los beneficios que tenía como atleta”

Otro relato de una exatleta de Pedro Catalán confirma los mismos procedimientos de denuncias anteriores.

“Cuando íbamos a campeonatos se quedaba en la pieza de las mujeres justificando que éramos más ordenadas y limpias. En ocasiones, me hacía masajes y ahí fue cuando empezó a tocarme por debajo del calzón, mientras que con la otra mano intentaba tocarme los pechos. Él supo que yo tenía una relación y me dijo que era una puñalada por la espalda y al corazón. Como yo no cedí a sus peticiones perdí todos los beneficios que tenía como atleta, y lo mismo le pasó a quien era mi pololo en ese entonces”, sostuvo.

La exdeportista de la UBB agrega que “siempre me decía que tenía que estar donde sus ojos me vieran. Muchas veces mis compañeros se daban cuenta y no hacían nada porque le celebraban todo. Tuve un real apoyo de quien fue mi pololo, y también le tocó ser testigo de situaciones. Me decía que no podía entrenar con él y tener los beneficios si yo no accedía a sus peticiones porque no podía estar cerca mío porque le hacía mal”.

“Me tomó por la fuerza y me apoyó en la pared”

“Una vez competimos en Santiago y viajamos solamente él y yo. Pidió un departamento y cuando estábamos en Santiago me di cuenta que era con una cama matrimonial. Esa noche no dormí y me acosté hasta con buzo. Me preguntaba por qué no me sacaba la ropa y me ponía pijama y yo le respondía que tenía frío. Durante la noche él lo único que quería era tocarme y que hubiera algo entre nosotros. Cuando se dio cuenta que yo en reiteradas ocasiones lo rechazaba se enojó, se dio vuelta y se durmió. Al otro día en la mañana, cuando desperté fui al baño, y en eso, él me tomó por la fuerza y me apoyó en la pared, con sus manos me afirmaba mis manos y quería darme un beso. Yo me negué y me puse a llorar pidiéndole que no lo hiciera. Cuando se dio cuenta que no lo iba a conseguir me soltó y me dijo que nuestra relación no iba a ser igual, que iba a ser netamente de entrenador a atleta, que le hacía mal estar cerca mío porque no podía separar las cosas, que era todo o nada”, sostuvo la exatleta sobre la situación que la marcó hasta el día de hoy. Los testimonios coinciden en muchos aspectos, donde queda reflejado el “modus operandi” y las formas de abuso que se le imputan a Pedro Catalán.

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