La noche del lunes, el Consejo de Presidentes de la ANFP, tras recomendación de la Comisión Retorno del Fútbol Chileno, asesorada por un comité médico liderado por el doctor Fernando Yáñez, aprobó el 31 de julio como fecha tentativa, para la reanudación del torneo sin público y bajo un estricto protocolo sanitario.
Sin embargo, esa fecha tope para retomar la actividad competitiva, debe ser autorizada en su momento por la autoridad de salud, explicó el propio gerente de Ñublense Hernán Rosenblum.
“Es una fecha tentativa, que votó el Consejo, pero que finalmente está sujeta al avance de la pandemia”, reflexionó el mandamás administrativo.
“Tenemos que trabajar”
Enterado de la fecha propuesta por la ANFP, que exige el regreso a los entrenamientos a fines de junio, Miguel Jiménez, portero del Rojo, expresó que confía en los protocolos diseñados por los expertos médicos “para no exponernos ni a nuestras familias” y reveló la necesidad de volver a trabajar para recibir todos sus ingresos en medio de la crisis.
“De acuerdo a las fechas, deberíamos volver a fines de junio de manera parcelada, quizás tomando como referencia el protocolo de Huachipato que ya está entrenando en Las Higueras. Tendremos todo lo necesario para que el cuidado sea extremo en un comienzo. Durante el estallido social se puso al fútbol en primera línea para que no volviera, siendo que para mí era un discurso contradictorio. En esta pandemia que nos afecta a todos, todas las empresas están buscando una alternativa para una posible vuelta, aunque las cifras de contagios no acompañan. Pero lamentablemente la vida tiene que continuar, hay gente que necesita trabajar y otra que ya lo hace con los cuidados necesarios. Es una empresa y necesitamos seguir trabajando, así como ustedes los periodistas pueden hacerlo con teletrabajo, nosotros igual necesitamos hacer nuestro trabajo de manera presencial”, reflexiona en declaraciones a “Dimensión Deportiva” de Radio La Discusión.
Golpe al bolsillo
Jiménez recalca que una vez que vuelvan a los entrenamientos presenciales, la Ley de Protección al Empleo debería dejar de aplicarse en el club chillanejo.
En este sentido, revela que muchos colegas que juegan en la Segunda División Profesional, incluso en el plantel de los “diablos rojos”, han debido trabajar en otras cosas o generar emprendimientos porque se han visto perjudicados económicamente por la pandemia del Covid-19.
“Yo pasé por lo mismo, en clubes donde me pagaban lo justo para vivir y tenía que usar mi seguro de cesantía. En el plantel Nicolás Astete buscó una alternativa para tener más ingresos porque los necesitaba. No todos tenemos el mismo sueldo, ni trayectoria. Por eso a veces choca un poco escuchar a otros compañeros de actividad como Hugo Droguett de Temuco, que tiene una trayectoria mayor, quizás ahorros, decir que esta vez solo recibió 200 mil pesos del seguro cuando puede pasar este momento y cuando otros compañeros jóvenes apenas sacaron 65 mil pesos. Lo mismo cuando escucho a hablar a Esteban Paredes, por eso, hay que ser más empáticos. Nosotros tuvimos la fortuna de llegar a un acuerdo con nuestro empleador que nos está respondiendo el 100 por ciento”, cuestiona.
“Esa brecha o desigualdad social siempre existió y las autoridades no la veían. También se vive en el fútbol, donde hay clubes más dañados que otros y jugadores que la pasan mal, sobre todo los clubes de la Segunda División Profesional que no tienen ninguna ayuda del CDF, por lo que se podría hacer un esfuerzo para entregarles una ayuda”, concluye.
El golero aclara que no han recibido información sobre el formato en el que se retomará el certamen y que sería bueno que el campeonato se jugara bajo la misma modalidad.
