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Sociedad civil pide mayor capacidad de escucha

Hubo quienes pelearon a brazo partido por la instalación de Ñuble Región. Algunos adquirieron protagonismo mediático en los últimos años, y otros han jugado un papel de silente caudillo, por casi dos décadas, cuando en Chillán se empezaba a esbozar la posibilidad de inicar gestiones concretas para un divorcio definitivo con la Región del Biobío.

Algunos de ellos, hoy son parte de las autoridades que forman parte del gobierno regional, “y otros que incluso se oponían, también están ocupando cargos públicos importantes”, dice Ulises Lari, dirigente del Comité Ambiental Comunal, y una de las voces que más se escuchaban cuando el proyecto Ñuble Región aún ni se discutía en el Congreso.

Sin embargo, el periodista y medioambientalista no hace mayores reparos a quienes hoy ocupan un cargo en las seremías o en la Intendencia, porque a su juicio, “hay gente capacitada entre ellos”, pero sí critica que entre las autoridades y las organizaciones civiles de la Región hay escaso diálogo, observación que se repitiría en las opiniones de dirigentes vecinales, adultos mayores, estudiantes de colegio y secundarios.

E incluso, desde parte de los encargados de la seguridad pública, como Gendarmería.

Si bien ninguno hace críticas lapidarias o panfletarias en contra de la actual administración regional, sí la sensación general es de “que se podría haber hecho más”, y en especial solicitan ser considerados en la toma de decisiones o creación de proyectos regionales.

Y como tercera observación crítica, apuntan transversalmente a un centralismo exagerado en favor de Chillán, en desmedro de las otras comunas, “que fue una de las cosas que con mayor énfasis dijeron que iban a evitar cuando Ñuble fuera Región”, apuntó Lari.

Pocos proyectos

La presidenta de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos, Cecilia Henríquez, dice que “en este minuto, los dirigentes estamos en un lugar en el que no esperábamos encontrarnos, porque la verdad es que no se nos ha considerado para casi nada, ni siquiera se ha reconocido el trabajo que todos los dirigentes vecinales hacen con tanto esfuerzo y de forma voluntaria. Teníamos la esperanza de haber sido parte de un equipo, de que se nos invitara a participar de reuniones y que se nos consultara al menos nuestro parecer, y nada de eso ha pasado”, comenta.

A modo de ejemplo cita los problemas y confusiones que hubo en torno a la entrega de las cajas de ayuda.

“Es a nosotros a quienes preguntaban los vecinos, es a través de nosotros que intentan informarse, pero cuando les decimos que se nos excluyó, no lo pueden creer”, dice.

También acusa que los proyectos que ellos han enviado para mejoras en los barrios, “están muy bien guardados en sus escritorios. Y no se puede andar culpando de todo a la pandemia”.

Antes nos venían a ver

María Ramírez, Presidenta de la Unión Comunal de Adulos mayores en Ñuble, es algo más benevolente y dice que “todavía sentimos que falta un poco más de ayuda, pero sí estamos mucho mejor de lo que estábamos antes”.

La dirigente plantea que dentro de lo positivo, es que algunos integrantes de la organización han logrado reunirse con algunos de los consejeros regionales, han sido visitados por algunos seremis y han conseguido financiamiento para algunos proyectos de implementación para sus sedes y para viajes recreativos.

“Pero esto ha sido poco, y nos gustaría que se repitiera más, que las autoridades nos visiten, que se nos hagan charlas y que se recojan nuestras opiniones. Se había dicho que de vez en cuando se nos podía mandar una enfermera para que nos venga a tomar la presión, un traumatólogo o algún podólogo, pero eso no ha ocurrido”, dice la dirigente.

De todas formas, admite que la pandemia ha frenado muchos de esos anhelos, porque “el 2019, en cambio, fue muy exitoso, ganamos hartos proyectos y algunos viajes, se hicieron seminarios y muchas otras cosas. Hoy en cambio, hay muchos que están solos, tristes y con depresión, a causa del tema del encierro”.

Sólo en lo administrativo

En la Asociación de Funcionarios Penitenciarios (ANFUP) de Ñuble, dicen que “en materia de avances, respecto a lo que es Gendarmería, sólo los ha habido a nivel administrativo, pero no en materia de recursos, logística, y menos en infraestructura”.

Las palabras son del presidente de la Anfup, suboficial Crisitian Montecinos, quien respecto al proyecto de la cárcel regional, advierte que “soy un convencido de que se trata sólo de un eslogan de campaña. La historia se repite una y otra vez, la anuncian cuando los gobiernos están terminando, luego abortan el proyecto cuando la gente del lugar escogido se opone, y todo vuelve a cero. Me voy a acoger a retiro y esa cárcel no se construirá”.

Finalmente, respecto a la malla perimetral en la cárcel de Chillán y al proyecto de un penitenciario femenino en la cárcel de Bulnes, asegura que “eso fue porque en la Anfup insistimos e insistimos, de lo contrario no se hubiese hecho nada”.

Montecinos, de todas formas, también admite que “al menos hoy tenemos a las autoridades acá. Antes, cuando Ñuble era provincia del Biobío, ni siquiera nos pescaban”.

Más participación social

A diferencia de las solicitudes y recursos que implican vehículos policiales, una nueva cárcel, o visitas de profesionales a adultos mayores, los estudiantes de Chillán buscan simplemente espacios y oportunidades de debates y de expresión.

Desde el mundo universitario. Annais Barrera, expresidente de la Federación de Estudiantes de la UdeC, cuando se puso en marcha la nueva región, dice que “esperábamos que se nos dieran más espacios de expresión. Los universitarios queremos compartir con la sociedad lo que hacemos, discutir nuestros puntos de vista y nuestro aprendizaje, pero lamentablemente, esos espacios no están. No existen, y no hay un interlocutor en el Gobierno Regional para hablar de esto”.

Annais siente que los universitarios pudieron haber ayudado a las personas que estuvieron en campamentos, acudir a comunas rurales a ayudar a quienes lo necesiten, “o bien ayudar a impulsar el turismo en las comunas rurales de la Región, porque necesitamos colaborar para que la Región se desarrolle, de lo contrario, seguirá pasando que nuestros compañeros se titulan y buscan trabajo en otra parte, porque acá no hay”.

En tanto, la presidente del centro de alumnos del colegio San Vicente, Rachel Rubio, sigue esa misma línea y pide “más espacios de diálogo”, aunque aclara que no se refiere sólo a lo político.

“Nos gustaría que se nos ayudara en conseguir espacios para conversar de temas relevantes, como tecnología, medio ambiente, proyectos comunitarios o nuevos métodos de aprendizaje. Hay muchos jóvenes que tienen ideas o proyectos que van más allá de lo político o del concepto que se tiene de los estudiantes, que sólo les interesa jugar fútbol o andar en zumbas”.

Y agrega que “muchos de nosotros conocemos realidades distintas a las que se ven día a día por el común de la gente, y tenemos ideas para apoyar a la comunidad, lo malo es que no se nos ha escuchado ni se nos invita a participar de nada. Tal como pasaba antes que Ñuble fuera región”.

Medio ambiente

Ulises Lari, dice que si se considera el proceso de instalación de la Región, ya serían tres los años que celebrar en este nuevo aniversario.

“Y creo que fue un acierto habernos separado de Biobío, porque al conocer nuestras propias estadísticas, nos damos cuenta que existía una gran desigualdad en desmedro de lo que era la provincia de Ñuble”, plantea.

Pero dice que “el cómo se ha estado desarrollando la región, eso ya es otro cuento”.

Uno de sus fundamentos apunta a que las autoridades locales no ha podido deshacerse del modelo centralista que impera en Chile. Primero Santiago a nivel nacional, luego lo que pasaba con Concepción y Chillán; y ahora, lo que se ve en la capital regional, respecto al resto de las comunas Ñuble.

Para el dirigente, sigue siendo en Santiago donde se toman las decisiones para Ñuble, “y nuestros representantes aplauden en vez de reclamar, como si esta región no tuviera opinión propia, no veo una actitud que nos defienda de este centralismo injusto, lo que no hace sino ratificar que para muchos, Ñuble Región es un botín político, o un premio de consuelo para quienes perdieron cargos relevantes en Santiago ”, critica.

También recuerda que hubo demasiadas expectativas antes de crear la región, “y hoy lo que se debe debatir es hacia dónde iremos en los próximos ocho años, pero como lo dijimos en la Coordinadora Ñuble Sustentable,valoramos que haya una estrategia, pero pensamos que se quedó corta, y al final vamos viendo que tenemos más de lo mismo”, comenta.

No sólo desde lo medioambiental, sino que desde lo económico, Lari cree que falta una visión más ambiciosa.

“No hemos visto promoción al desarrollo sustentable, ni a la economía circular, ni el uso de las energías renovables, ni una mayor protección de los recursos naturales y al final terminaremos cojeando en esos temas que son muy importantes”.

Finalmente, desde la Cámara de Comercio de Chillán, su presidente, Alejandro Lama, dijo que el nivel de cumplimiento de expectativas de esta nueva región es “totalmente positivo”.

Lama plantea que “antes teníamos autoridades ausentes, muy lejanas, estábamos muy postergados. Antes los problemas de acá había que ir a solucionarlos allá, en Concepción, porque ellos no venían. Hoy, todo eso ha cambiado, con autoridades conscientes de todo lo que nos está pasando. Sigue habiendo nudos, pero se están destrabando”.

Felipe Ahumada

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