Está claro que la pandemia ha puesto a prueba de manera radical la salud mental de las personas. Al estrés que implica tomar conciencia de la gravedad de la situación y adaptar nuestros hábitos a una nueva vida, se le suma la incertidumbre generalizada respecto al futuro: sobran los interrogantes y escasean las certezas. Mientras tanto, hay que vivir, trabajar, estudiar y salir adelante.
La merma de los ingresos, la pérdida del empleo, niños y jóvenes sin clases presenciales y la preocupación por familiares o amigos enfermos, son apenas algunas de las situaciones con las que miles de personas lidian cotidianamente. A esto se añade cómo la disminución o ausencia total de actividad física impacta directamente en la calidad del sueño, por no mencionar los trastornos alimentarios que también se incuban o se agravan cuando ya existían.
La investigación “Termómetro de la salud mental en Chile ACHS-UC“, realizada por la Universidad Católica y la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS), buscó conocer la situación de la salud mental de los adultos del país en tiempos de pandemia. Para ello, encuestaron a 1.637 personas de entre 21 y 68 años; una muestra representativa de la población nacional.
A todos se les hicieron preguntas sobre su estado de ánimo y hábitos, durante finales de julio, el período de mayor confinamiento en el país. La evaluación arrojó que el 34,6% de los encuestados reconoce la presencia de problemas de salud mental.
Al ver las afecciones por separado, los resultados indican que el 49,4% de los adultos evalúa que su estado de ánimo es ‘peor o mucho peor‘ desde que inició la pandemia; el 54,8% indica sentirse más agobiado y en tensión, y el 48,9% reconoce que las preocupaciones actuales le han hecho perder mucho sueño, más que lo habitual, en las últimas semanas Otro hallazgo relevante del estudio es la brecha que existe entre hombres y mujeres: el 40,3% de ellas presenta problemas de salud mental asociados con la pandemia versus el 28, 8% de los hombres.
“Esto no es el futuro, es la realidad que vemos a diario en los establecimientos de salud de la Región”, confirma el psiquiatra del Servicio de Salud Ñuble, Jorge Fierro, en una entrevista publicada en la Edición Domingo donde él y otros profesionales admiten el incremento de la demanda de atención en el sistema público y advierten que llegó el momento de entender que la atención de la salud mental es tan importante como la de la salud física.
No se trata de un cambio pasajero en el humor social, sino de complicaciones que excederán en el tiempo a la emergencia sanitaria que hoy vivimos por el coronavirus, cuyos efectos en la salud mental son inciertos, pero demandan una respuesta urgente del sistema público y privado, a fin de evitar que se convierta en algo parecido a otra pandemia.
