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“Queremos que se establezcan herramientas concretas de participación ciudadana”

César Uribe

Días de profundos cambios ha experimentado César Uribe Araya (37), uno de los cinco convencionales elegidos en Ñuble para redactar la nueva Constitución.

Además de los 16.105 votos obtenidos en el distrito 19 (que comprende las 21 comunas de las Región de Ñuble), que le significaron ubicarse como el segundo candidato más votado (10,2%); los 32.382 votos alcanzados como lista Fuerza Social (parte de la Lista del Pueblo), que también los sitúa como la segunda fuerza más importante en la elección de constituyentes (20,6%); este arquitecto de San Fabián de Alico fue padre por primera vez de Pedro, el primer niño que nace este año en la localidad cordillerana, algo que para César, tiene un significado especial.

“Esta Constitución será para él, hay una razón aún más especial sobre cómo abordar esto. Mi hijo nació en casa, quizás bajo una fórmula no convencional, que pienso, también debe ponerse en valor en torno a la salud. Mi compañera, la madre de mi hijo tuvo la posibilidad de tener a nuestro hijo en casa, algo que resaltamos, un cambio respecto de cómo están naciendo los niños y cómo paren las mujeres”, dijo.

Estudió en el Liceo de San Fabián hasta segundo medio y luego en el Colegio San Vicente de Chillán.

Se tituló de arquitecto de la Universidad del Bío-Bío en Concepción; en 2012 se fue a trabajar a Futaleufú y a principios de 2013 ingresa a la Municipalidad de San Fabián, donde fue funcionario por cerca de seis años, renunciando en 2018 luego del proceso de desalojo de los vecinos por el embalse La Punilla.

“Fue una situación dramática que ellos aún viven, los sacaron de sus casas, las botaron y los dejaron en la calle, el Estado lo de dejó en la calle. En ese momento renuncié porque ellos (el municipio) hicieron vista gorda y fueron cómplices de ese proceso. Desde ahí he seguido trabajando como arquitecto de manera independiente en consultorías para proyectos de planificación territorial, y de planes reguladores, además de diseños de arquitectura”, contó.

Su alta votación y la de su lista, sin duda, sorprendieron al mundo político local.

“Para mí también fue una sorpresa la cantidad de votos obtenidos, no así, la posibilidad de ser elegido. Nosotros sabíamos que éramos una candidatura bien competitiva, pues al momento de buscar patrocinios para inscribir la candidatura como independiente fuimos la candidatura con más patrocinios, cerca de 1.500 personas firmaron para que me pudiera presentar. Nosotros teníamos ese antecedente concreto, siempre pensamos que podíamos aspirar como mínimo a 5 mil votos, y junto a un grupo de seis disputar la posibilidad de ser elegidos”, afirmó.

– ¿A qué crees que se debe esta alta votación?

– Evidentemente, llegar a más de 16 mil votos es algo extraordinario, que habla muy bien de nuestro trabajo y de que los temas que represento son muy sensibles para la gente: el medio ambiente, el agua, es algo muy sentido para la población de Ñuble y también el hecho que fuera una figura por fuera de los partidos políticos y más cercana a las organizaciones sociales. Hubo una validación de mi trayectoria, que a lo mejor no era conocida, pero que el boca a boca y las redes sociales fueron transmitiendo. Años defendiendo a las comunidades, a los territorios sin intereses particulares, eso generó una validación importante que culminó con los resultados del 16 de mayo.

– ¿Cómo nació el interés por ser candidato a constituyente?

– El hecho de llevar años peleando contra leyes e instituciones que en definitiva, no tienen una mirada en pro del bien común, fue una de mis principales motivaciones para ser candidato a la Constituyente. En San Fabián llevamos al menos ocho años luchando contra el Estado por la construcción del embalse Punilla y otras represas en que el Estado ha actuado como facilitador de las empresas y de los grupos económicos que impulsan proyectos extractivistas, más que como cuidador de las comunidades y defensor del medio ambiente, del patrimonio natural, ecológico y cultural que existe en cada uno de los rincones de nuestra región y el país. Es un modelo que se instauró con la Constitución de 1980, por eso, cuando vimos la posibilidad real de cambiar la Constitución, decidimos participar como organización y Movimiento en Defensa del Río Ñuble, que junto a otras asociaciones medioambientales tratamos de armar una lista que compitiera por fuera de los partidos políticos, que a nuestro ver, son cómplices de este modelo. Así se crea Fuerza Social de Ñuble, y asumo yo el rol de candidato, con un objetivo 100% social y colectivo, no hay intenciones personales particulares ni políticas. Es más, ser candidato me generó y me genera algún grado de conflicto en cuanto a la exposición y a la posibilidad de caer en el mismo rol de los políticos, que están tan desprestigiados. Fue algo complejo, pero que asumimos, pues había un bien mayor en juego.

– ¿Qué sensación tienes de los actuales políticos locales, de las autoridades, de los parlamentarios?

– Hay una crítica generalizada, más allá de individualizarlos. En términos generales -hay excepciones- hay una desvalidación de los políticos y de los partidos porque han sido cómplices del modelo y del sistema. Aquí evidentemente nuestra sociedad chilena actual se forja en dictadura con la Constitución de 1980, hecha para los grupos de poder, y de vuelta a la democracia la verdad es que si bien mejoró la situación, no hubo un cambio al modelo. Debió haberse planteado en ese momento un cambio de Constitución, con participación de la gente, y no seguir insertos en esa sociedad construida y planificada con el objetivo de beneficiar a unos pocos. Estamos de acuerdo con que no era fácil y tampoco es fácil, si no hubiera colapsado el sistema, no se hubiera generado el plebiscito para cambiar la Constitución. Pero también hay un montón de casos en que los partidos opositores a la derecha o a la dictadura han sido quienes se acomodaron al modelo y generaron una especie de tributo hacia él. De ahí la deslegitimación, porque no se tuvo la fuerza suficiente para pelear, hubo un acomodamiento, y eso la gente lo vio, lo sabe y te lo hace saber. Nosotros queremos hacer las cosas de manera distinta, desde un colectivo, entendiendo que uno solo es un representante de la gente, y no alguien que está en un lugar lejano. Estamos trabajando para que la discusión constitucional pueda, a lo menos desde acá, sociabilizarse y generar procesos de participación ciudadana, algo que llevaremos a las primeras reuniones de la convención, cuando se discuta el reglamento. Queremos que se establezcan herramientas concretas de participación ciudadana no solo para Ñuble, sino en todo el país.

– ¿Propondrán que la convención sesione en regiones? ¿Impulsarías una sesión en la cordillera de Ñuble?

– Por supuesto. Habrá que ver cuál será el mejor método, sesionar en regiones suena bien, pero más que sesionar, esto se trata de integrar a la gente en la toma de decisiones, más allá que nos vayamos moviendo por el país. Debemos hacer partícipes a los ciudadanos, más allá del espacio en que estemos, aunque evidentemente es distinto sesionar en Santiago que en la cordillera de San Fabián. Solo el contexto geográfico permite ver otras cosas. Lo vamos a proponer, la idea es democratizar y descentralizar, hacer la Constitución entre todos.

– ¿Cómo piensan ordenarse como Lista del Pueblo a la hora de plantear sus propuestas? Porque hay algunos constituyentes electos de este sector que ya han manifestado que no dialogarán con la derecha. ¿Con qué disposición vas tú a la Constituyente?

– Nosotros primero somos Fuerza Social de Ñuble y después nos asociamos a la Lista del Pueblo, y la entendemos como una plataforma comunicacional, por una parte, y también organizativa que nos vincula con otras organizaciones similares a la nuestra en otros territorios del país. Así lo vemos, convergemos luchadores socio ambientales, activistas que lucharon en las calles para que se diera este cambio, y en ese sentido, existe un respeto profundo hacia la diversidad, se entiende que no militamos en ningún partido, y por lo tanto, no tenemos la expertise para enfrentarnos a los medios de comunicación que nos invaden con preguntas, en algunos casos, capciosas también. Desde mi propuesta, más allá de cerrar espacios, esto tiene más que ver con llevar a la convención las ideas que uno trae de manera clara, y categórica, pues están validadas por un proceso democrático que le entregó esa fortaleza a la posición que uno representa, hablo del agua, de la democracia directa, de la vivienda, de los derechos sociales garantizados, de desprivatizar. Siento que la fortaleza y la disposición deben estar en seguir argumentando, en tener una postura clara en torno a esos puntos, más que en enfrascarse en discusiones personales. En ese sentido no me pierdo, éste es un tema de ideas, de cambio social, más allá que de enfrentamientos personales con figuras políticas.

Más poder a la gente

– ¿Cuál es tu idea de sistema político para Chile? ¿Debe acabarse el hiper presidencialismo?

– Debe acabarse el hiper presidencialismo, incluso hay puntos concordantes con gente que piensa muy distinto a nosotros, desde la misma derecha, y esperamos que así sea, porque ha sido un problema. Basta ver que tenemos desde hace dos años a un Presidente con un 6% de aprobación tomando decisiones que en definitiva no representan a nadie, un ejemplo más que claro para cambiar este sistema. Entre nuestras principales propuestas está la de potenciar la democracia directa, no entregarle el total poder de las decisiones ni al Presidente ni al Parlamento, sino que este poder de decisión baje a la gente común y corriente, con muchas más herramientas democráticas, como plebiscitos, referéndum, posibilidad de revocar leyes y mandatos de autoridades cuando no se cumple con las promesas de campaña y se legisla de manera distinta a lo que se ofreció. Creo mucho en la autonomía de las regiones, hay que buscar un modelo administrativo, no es llegar y copiar. Creo que el federalismo quizás no es la mejor opción, pues somos un país con poca población, pero sí se debería reevaluar el número de regiones que tenemos y evitar la burocracia. Son discusiones interesantes que deberemos dar, en que el punto central es descentralizar el poder y darle más participación a las personas.

– ¿Eres partidario de un congreso unicameral?

– Absolutamente, me parece innecesaria una segunda cámara, y también la tercera en que se ha transformado el Tribunal Constitucional. Los senadores pasan ocho años en un puesto de poder, un período muy extenso, por lo que creo, se debiera acabar con el Senado.

– Cuando se hablar de cambiar el modelo, ¿Debiéramos tender hacia una Estado de Bienestar? ¿Qué características debiera tener?

– Me imagino un Estado enfocado en las personas y no en el capital, mucho más regulatorio del mercado, donde se acaben los delitos de cuello y corbata, donde se establezca como prioridad el bien común y se genere una sociedad justa, que permita creer que todos tenemos posibilidades de crecer y desarrollarnos con bienestar, con un medio ambiente sano, con ciudades amigables. Es un sueño, evidentemente no es fácil, pero creo que se puede ir cambiando este modelo de a poco. Tenemos ciudades contaminadas porque no hay una legislación ni interés real en que el bienestar humano y de salud sea el primordial. Veo con optimismo este proceso, las empresas tendrán que acomodarse a este nuevo modelo y tomar conciencia, y al final del día, habrá una conciencia generalizada de que todos debemos adaptarnos a este modelo que queremos construir.

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