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Pronostican menos lluvias para mayo-julio

Un nuevo boletín con el pronóstico de tendencias climáticas de la Dirección Meteorológica de Chile prevé que en los próximos meses continuará el escenario de escasez de precipitaciones respecto a un año normal.

De acuerdo a lo planteado por los meteorólogos José Vicencio y Diego Campos en el boletín de pronóstico estacional, hay una alta posibilidad de registrar un nuevo año seco, aunque no hay certeza de que se repita una situación tan dramática como la de 2019.

De esta forma, las proyecciones para mayo, junio y julio plantean un déficit de lluvias en la zona central y sur de Chile. Esto significa que en Chillán lloverán menos de 500 milímetros de agua, que es el piso del rango normal de precipitación acumulada para el periodo.

Actualmente, Chillán acumula 73 milímetros de agua caída, lo que representa un déficit de 63,5% respecto a un año normal a igual fecha, pero también es inferior a los 89 milímetros que habían precipitado a esta misma fecha del año pasado.

Crisis de reservas

Según el académico de la Universidad de Concepción, José Luis Arumí, esto tiene un efecto en la disponibilidad hídrica para la temporada de riego, ya que el déficit también significa que habrá menos nieve en la cordillera, principal reservorio de agua dulce para la primavera y el verano, pero también advirtió que se genera una situación compleja para las reservas en los acuíferos subterráneos, que enfrentan un efecto acumulativo de menores recargas en los últimos años.

Arumí sostuvo que se confirma que este 2020 será un año más seco que lo normal, y aclaró que independiente de que llueva más o menos que en 2019, lo que preocupa es que esto tiene un efecto acumulativo: “la cuenca es como un estanque donde se acumulan reservas, entonces, si se gastan las reservas y no hay ingresos, nos encontramos con severos problemas”, dijo en alusión a la nieve acumulada en la cordillera y a los acuíferos subterráneos.

“Las aguas subterráneas son una revolución silenciosa, porque la tecnología nos ha permitido utilizarlas porque es más barato (…) y eso significa que las usamos cada vez más; y llegamos a los problemas de Petorca o lo que pasó en Copiapó, y aquí en Ñuble los niveles siguen bajando”, advirtió.

No obstante, el investigador sostuvo que la esperanza está puesta en que se observen al menos dos temporales grandes que generen recarga de aguas subterráneas y que generen nieve, aun en un año seco. “Hemos tenido la suerte que ha habido un poco de nieve ahora y que se pueda mantener, pero necesitamos que haya más”, comentó.

En esa línea, planteó que los agricultores debieran tomar los mismos resguardos que se tomaron el año pasado, como sembrar menos. “En algunos ámbitos se pueden tomar algunas decisiones, por ejemplo, con cultivos anuales, pero con frutales no se puede”, y manifestó que esta tendencia está frenando inversiones agrícolas.

Frente a este escenario, Arumí lamentó que no haya una preocupación más evidente por parte del Gobierno y criticó que no exista una instancia de coordinación a nivel regional que incorpore la visión académica.

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