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Prevén leve mejoría de precios de la uva en inicio de la vendimia

Cristian Cáceres

Pese a los esfuerzos por fortalecer la asociatividad de los viñateros y la negociación de contratos de compra de grandes volúmenes de uva vinífera, el mercado no parece estar dispuesto a mejorar sustancialmente los precios esta temporada en el Valle del Itata, donde acaba de comenzar la vendimia.

Si bien las empresas asociativas agrupadas en la megacooperativa de segundo piso conformada con el apoyo de Indap reconocen avances en cuanto a la seguridad del pago a tiempo de los contratos y valoran el poder negociador frente a los poderes compradores de la zona central, a los que ahora venden directamente, sin intermediaros, en la práctica, los precios ofrecidos no son muy superiores a los obtenidos el año pasado y tampoco son muy distintos a los que ofrecen las grandes viñas.

Asimismo, algunas organizaciones de viñateros critican la falta de transparencia en el mercado, que se expresa en la demora en informar los precios en los centros de acopio, así como también apuntan al rol de Odepa, que según sostienen, no publica de manera oportuna los precios de la uva y el vino, particularmente los que están pagando los grandes poderes compradores como Concha y Toro, Santa Rita y San Pedro.

También persiste la preocupación por la demora en la apertura de los centros de acopio, la mayoría de los cuales comenzarán a recibir uva Moscatel recién a partir de mañana lunes, puesto que a medida que los días pasan, la uva se deshidrata y pierde peso, con el consiguiente perjuicio en el pago a los productores.

Esta semana abrió el centro de acopio de la cooperativa Coovicen, de Quillón, recibiendo la uva Corinto (Chasselas), que madura primero -antes que la Moscatel-, pagando $120 por kilo; y también lo hizo el acopio de Viñas de Guarilihue SpA, con el mismo precio piso. En tanto, desde el Indap informaron que entre el 15 y el 25 de marzo abrirán los demás centros de acopio apoyados por Indap, para recibir uva blanca y tinta.

Optimismo en Indap

Luis Flores, jefe de comercialización de Indap Ñuble, recordó que hasta el año pasado, las empresas asociativas apoyadas por la entidad gubernamental trabajaban de manera independiente, pero el 27 de enero de este año se constituyó la cooperativa de segundo piso (la más grande la región) conformada por seis empresas, que concentra la gestión comercial de la venta de uva y vino.

La “megacooperativa” está integrada por Coovicen (Quillón), Centinelas del Itata (Ránquil), Moscin (Coelemu), Ecoparras (Portezuelo), Cuvas de Ninhue (Ninhue) y Viñedos de Quinchamalí (Chillán). Para esta temporada, se estima que en conjunto comercialicen más de 12 millones de kilos de uva, 2 millones más que el año pasado, un aumento que Flores atribuye a varios factores, entre ellos, “porque los mismos viñedos que vendieron el año pasado aumentaron su rendimiento, por razones climáticas -las lluvias de fines de enero-; y porque los buenos resultados del año pasado motivaron a otros viñateros a sumarse. Hay que destacar que nosotros pagamos el mayor precio la temporada anterior y porque damos confianza”.

Detalló que, si bien los socios de las seis empresas asociativas suman cerca de 150, el año pasado recibieron las uvas de unos mil productores de la zona y para este año se espera recibir la producción de 1.200-1.500 viñateros.

Flores comentó que de acuerdo a los contratos que negoció la megacooperativa con tres viñas de la zona central, apoyados por Indap, permiten ofrecer un precio piso de $120 por kilo para la uva Moscatel, destacando que es superior a los $100 que se ofrecieron al inicio de la temporada 2020, que concluyó con $120 en la mayoría de los contratos, e incluso en algunos se llegó a $130.

De esta forma, el profesional planteó que durante la presente temporada se podría cerrar con valores entre $130-$150 en el caso de la uva blanca. “El precio final lo marca el mercado, según la demanda. Si las bodegas encuentran que está llegando poca uva, van a subir el precio. Pero lo bueno es que nosotros estamos partiendo con un muy buen precio, $120 es el precio más alto con el que hemos partido desde 2019, éste es el tercer año en que gestionamos los acopios de Itata”.

Explicó que desde el año pasado la uva Moscatel está siendo más cotizada que la País, por lo que el valor de la uva tinta debiera ser inferior en esta temporada, el año pasado la diferencia fue de $10. “Todo depende del stock, cuando las bodegas tienen poco stock de blancas, empiezan a comprar y pagan bien, y eso ha ocurrido el año pasado y el actual, porque también hay mayor demanda de uva blanca en el mundo”, sentenció.

Consultado por el efecto de las lluvias de fines de enero, Flores explicó que tuvieron un impacto negativo principalmente en la uva de mesa en la zona central, pero no en la uva vinífera, “porque en esa fecha la uva vinífera todavía estaba verde, no madura”. En ese sentido, explicó que los efectos se observarán, por un lado, en un aumento de 20% en la producción de uva vinífera, con una pérdida marginal (menos del 2%) de uvas con enfermedades fungosas, lo que está relacionado con el mal manejo de la planta.

Sin embargo, en relación con los precios, el funcionario de Indap expuso que “lo que controla el precio, en general, es la uva de mesa del Norte, porque la competencia que tienen nuestras uvas País y Moscatel es la uva de mesa. Los precios de la uva Cabernet, Chardonnay, Sauvignon Blanc y de las cepas francesas en general, no son referencia para nosotros, porque son más caras, ya que rondan los $250”.

“Nuestra uva Moscatel y País no reemplaza a las cepas francesas, no se usa para mejorarlas. Con el vino nuestro se hace vino de menor calidad, que no va con denominación de origen necesariamente, por lo tanto, no podemos aspirar a precios mayores”, argumentó.

Añadió que las uvas de cepas tradicionales del Itata compiten con la uva de mesa, porque las grandes viñas usan esta última para vinificar. “Y resulta que la uva de mesa vale $80 por kilo, más el flete, que no es mucho, porque las plantaciones de O’Higgins están cerca de las bodegas del Maule, salvo las de más al Norte, que con el flete llegan al Maule a un precio similar al que se paga en Itata. Entonces, en años malos para la uva de mesa, como el actual, en que hay un mayor stock porque grandes volúmenes no se pudieron exportar, termina compitiendo con la uva de Itata a valores inferiores. Y eso es porque lamentablemente hoy se puede vinificar con uva de mesa, que incluyendo el flete, puede llegar a $110 al Maule”.

Detalló que esta temporada están negociando básicamente con las mismas bodegas que compraron el año pasado, que están entre las más grandes de Chile: RRWine, Patacón y Viña Santa Carolina. “Esas empresas son las más confiables, pagan a tiempo, pagan el 100% de la uva, lo que es muy importante, porque en el Valle del Itata nos encontramos con productores que el año pasado vendieron a intermediarios y que todavía no les pagan, a diferencia de aquellos que vendieron a los centros de acopio de las empresas asociativas apoyadas por Indap”.

Nosotros firmamos contrato con estas bodegas, lo que nadie más hace en Itata. Cuando los productores le venden a los intermediarios no hay contrato de por medio y no hay seguridad de pago. De esa forma, quienes no venden a los acopios se arriesgan a venderle a los intermediarios, que son inescrupulosos, que pagan menos, incluso hay algunos que pagan $60-$80 por kilo porque llevan gente para cosecharla; así también hay varios casos de no pago”, afirmó.

“Descolgados”

Miguel Ramírez, presidente de la empresa asociativa Viñas de Guarilihue SpA, que reúne a 70 socios de Coelemu, contó que este jueves abrió el acopio en marcha blanca, para comenzar en plenitud a recibir uvas a partir de mañana lunes. “Hicimos contratos y publicamos los precios con una semana de anticipación, tal como establece la normativa del SAG, como una forma de presionar un poco a la industria para que informaran sus precios. Lamentablemente, no todos los acopios cumplen esa norma”, expresó.

Aunque Viñas de Guarilihue SpA nació con el apoyo del Indap, el año pasado se marginó del grupo de empresas asociativas que comercializan asesorados por Indap. “Nosotros nos descolgamos porque nos sentimos abandonados, ya que no nos ayudaron en lo que necesitábamos”, recordó Ramírez, en alusión al conflicto que protagonizó el anterior directorio de la sociedad cuando no se rindieron adecuadamente los recursos traspasados por Indap para la implementación de una bodega de vinificación, lo que derivó en una deuda que les ha pesado por años y que los tuvo al borde de la quiebra y en la recriminación contra el Indap por no haber fiscalizado oportunamente.

“Este año trabajamos de manera independiente, e hicimos contrato con la Lourdes Bulk Wine -del grupo Morandé-; y RR Wine”, sostuvo el dirigente, quien criticó que la asociación al alero del Indap “no nos permitió lograr mejores precios, que era el objetivo, por lo tanto, preferimos hacerlo de forma independiente y nos evitamos problemas. A nosotros nos interesa acercarnos un poco al costo de producción, de $160 por kilo, y la verdad es que estamos lejos de eso, y así no nos sirve de nada la asociatividad”.

“El año pasado obtuvimos un precio final de $120 por la uva Moscatel y por la País. Mientras que para esta temporada el precio de apertura es de $120 por la uva blanca”, agregó.

Si bien reconoció que hasta el momento no han logrado un precio mejor que el de las empresas socias de la megacooperativa, Ramírez expuso que al “descolgarse” tienen mayor libertad para negociar en lo que califica como una apuesta de largo plazo: “no vamos a lograr mejores precios de un año para otro, pero aspiramos a conseguirlo más adelante. Al salirnos del alero de Indap se nos abre un abanico de opciones para negociar”, aseveró, y destacó que gracias a esa libertad pudieron publicar los precios antes que los acopios de la megacooperativa.

El año pasado, Viñas de Guarilihue comercializó 1,3 millón de kilos de unos 200 productores, y según el dirigente, este año esperan superar esa cifra.

Consultado por las expectativas de precios para la presente vendimia, el dirigente recordó que “antes de las lluvias había expectativas serias de que el precio piso iba a comenzar en $150 por kilo, porque había una escasez de uva blanca que se observó al finalizar la cosecha el año pasado, pero después de la lluvia se produjo el daño de la uva de mesa, que va toda a vinificación, y que entiendo que se está transando incluso a $50 por kilo. Las grandes viñas están llenando sus bodegas con esa uva y eso presiona a la baja los precios”.

Así las cosas, apostó que “la uva blanca esta temporada debería llegar a $130-$150, considerando la escasez que vimos el año pasado; pero eso es una suposición, porque se sabe que al final, el precio lo deciden otros, me refiero a las tres grandes viñas que controlan el mercado”. De igual forma, indicó que para la uva tinta tampoco se esperan mejores precios, con una estimación de $100 para la uva País y sin precio aún para la Cinsault.

Finalmente, coincidió con Flores respecto al efecto positivo de las lluvias en la uva de la zona, al aumentar los rendimientos por el mayor peso del grano, pero advirtió que ese resultado se puede aprovechar si la cosecha se hiciera en el corto plazo, pero si la vendimia se realiza después del 20 de marzo, todo lo ganado se perderá por deshidratación que supone una merma de 20%-30%, “lo que finalmente le conviene a las grandes viñas, que van a obtener más grados, que sirve para subirle grados a la mezcla con el vino de uva de mesa”.

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