Desde el 2010 al 2018, el promedio de denuncias por abigeato era de 350 casos en la Región de Ñuble, lo que bajó en cerca de 100 causas en el año 2019. Esto es un 30% menos.
Y en lo que va del 2020 hay 17 casos denuncias, lo que representa una baja aún más drástica, si se entiende que a esta misma altura del año 2019 iban más 40 hechos de abigetos estampados en la policía.
El fiscal Álvaro Hermosilla, jefe de la unidad de análisis especiales, Foco, del Ministerio Público Regional, dice que “además, hay tener en consideración que muchas de esas denuncias corresponden a transporte irreegular de ganado, más que robo de animales, engrosando las estadísticas”.
Sin embargo, y con todo lo positivo que puede desprenderse de las cifras anteriores, algunos hechos puntuales ocurridos recientemente en la región abren un flanco de preocupación mayor en las autoridades.
Al parecer, habría bandas especializadas, con personas de alta experiencia trabajando en mataderos, altamente organizados logísticamente, quienes estarían dando dramáticos golpes delictuales a los ganaderos, pero con un elemento incluso peor y más grave: disparando a los propietarios, como fue un caso ocurrido en la madrugada del miércoles en el sector de Rucapequén, donde 8 vacas fueron ultimadas con proyectiles en la frente y despostadas ahí mismo, con precisos cortes.
En la huída, los delincuentes dispararon al cuidador, quien había hecho dos tiros al aire. Providencialmente, no hubo heridos.
Pese a esto, tanto el fiscal Hermosilla como el encargado de Seguridad Pública Regional, Alan Ibáñez, admitieron que había “preocupación por la violencia demostrada” y que “nunca antes habíamos recibido denuncias de esta naturaleza”.
Mayor compromiso
Se debe aclarar dos puntos en este contexto. La familia dueña de los animales muertos en Rucapequén se quejó porque Carabineros llegó con las balizas encendidas al lugar, “cuando nosotros le pedimos, por favor, que no lo hicieran, ya que sabíamos donde estaban las personas y no queríamos que se arrancaran”, dijo Diego Neira, uno de los agricultores afectados.
Ocurre que “Carabineros, por protocolo, no puede no encender las balizas, esto está normado y no se puede cambiar”, aclara Ibáñez.
Por otro lado, pese a que ya hay bandas con armas de fuego involucradas en el abigeato, “no podemos pedirle a otras unidades de Carabineros que participen de estos operativos, que no sea la SIP de abigeato, quienes tienen la capacitación y experticia para trabajar en la materia”, explica Hermosilla.
Alan Ibáñez adelanta que a raíz de estas balaceras se buscará hacer nuevos protocolos en las mesas de trabajo con las municipalidades, Carabineros, PDI y la Fiscalía, para evitar nuevos enfrentamientos,
Mientras que el fiscal Hermosilla dice que “tenemos que estar pendientes de este fenómeno, porque acá hubo utilización de armas especiales, hubo cortes especiales y mataron 8 vacunos, cuando lo normal en estos casos es que el robo no supere más de dos a tres animales”.
Otra arista a investigar es el destino de esta carne. “Es casi imposible llevar tantos kilos de carne fuera de una cadena de frío sin que se tenga claro dónde se entregarán, por lo que también estamos indagando en los compradores”, explica Hermosilla.
Finalmente, para el abogado Gary Parra, especialista en delitos contra animales, “en Ñuble lo que se observa es un bajo compromiso por parte de las autoridades. Por ejemplo, nunca hay querellas presentadas por los alcaldes, sólo vemos a los afectados haciendo algo y una policía con una fiscalía que están sobrepasadas”.
Foto: Mauricio Ulloa
