Señor Director:
Respecto a los dichos del saliente gobernador de la provincia del Diguillín, Roger Cisternas, en su nota sobre el plan piloto de la nueva Ley Migratoria, debo afirmar que da cuenta de una estrecha y pobre comprensión de la problemática migratoria, no solo en la provincia y en la región, sino a nivel nacional. Al señalar, que “ellos se tendrán que adaptar a la normativa y a la sociedad chilena, a nuestras costumbres y nuestros modos de vida; y no al revés”, está despreciando el valor de la diversidad cultural y proponiendo, de facto, una política violenta de asimilación y aculturación. Por lo visto, el señor Cisternas desconoce completamente las categorías antropológicas de interculturalidad, multiculturalidad, las cuales implican, de base, el respeto y la comprensión mutua en el intercambio que propician los procesos migratorios. Podría deducir, además, que los interlocutores (“ellos”, remitiendo a “lo otro”) a los que se dirigen tienen color y procedencia específica, dudosamente sus palabras se dirigen a migrantes norteamericanos o europeos.
Es de esperar que la nueva gobernación considere las temáticas socioculturales desde abordajes profundos e informados, y no desde la opinión personal de turno.
Ángela Rivera Martínez
Socióloga y doctoranda en Antropología Social