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Ñublensinos en países desarrollados viven la pandemia con menos vacunación y más libertades

Daniela Sanhueza

Desde hace más de 13 meses el mundo sufre los efectos del Covid-19, con millones de contagiados y fallecidos.

Sin embargo, la vacunación avanza a en Chile y a escala global, más rápido en los países desarrollados, que registran un avanzado proceso de inoculación y evidencian los primeros efectos positivos de la estrategia.

A nivel nacional el proceso de inmunización tiene al 50% de la población objetivo con la primera dosis, no obstante aún Chile no experimenta un descenso de casos.

Esto ha sido diferente en algunos países del llamado “primer mundo”, donde ya se ha registrado un descenso tanto en el número de casos como de muertes, y también comienzan a recuperar ciertas libertades que estaban restringidas para contener la pandemia.

Ñublensinos que viven en estas naciones fueron contactados por La Discusión y relatan la situación actual de la crisis sanitaria y las medidas sanitarias vigentes.

Estados Unidos

Desde hace cinco años Francisca Cisterna reside en el estado de Arizona, en Estados Unidos, cuyo país ha flexibilizado de cierta manera las medidas sanitarias por el Covid-19.

La profesora de Inglés, oriunda de la comuna de San Carlos, recuerda que cuando comenzó la pandemia se redujo el horario de atención en supermercados y comercios, y pese a que las cuarentenas no eran obligatorias, las personas por precaución solo salían de sus hogares para realizar compras esenciales. El uso de mascarilla y alcohol gel también fueron insumos de protección necesarios.

“Ahora la pandemia se vive más relajada, la mayoría de la gente ya no toma muchas medidas sanitarias. Hace un mes, aquí en Arizona, el gobernador levantó la orden del uso obligatorio de mascarilla, ya la puedes usar si quieres o no. Algunos negocios siguen pidiendo mascarilla obligatoria para entrar, pero en general, la gente está más relajada. Nunca se nos impuso nada, ni cuarentena ni permisos para salir, nada de eso”, explica Francisca, de 30 años.

Aclara que la mascarilla solo ha sido necesaria para ingresar a espacios cerrados, sin embargo, para estar al aire libre o lugares abiertos, como la calle o parques, no es esencial llevarla puesta.

“En Chile usan los termómetros para entrar a algún supermercado y los limpiapiés, pero acá donde vivo eso no se usa, solo mascarilla, jabón líquido y algunos usan guantes”, agrega la sancarlina, y hace hincapié en que “para los americanos la libertad es lo más importante. Yo les cuento todo lo que está pasando en Chile con las medidas y ellos ni pueden creer por lo que están pasando los chilenos”.

Las escuelas están en pleno funcionamiento, con sistemas online y presencial. Además, destaca que “todo está abierto, hasta el cine, pero no en su máxima capacidad”.

Estados Unidos comenzó en diciembre el proceso de vacunación contra el Covid-19, con dosis creadas por los laboratorios Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson. Esta última fue suspendida recientemente por efectos secundarios evidenciados en las personas.

“Cuando comenzó el coronavirus en Estados Unidos hubo muchas muertes, pero ahora como todos se pueden vacunar han bajado las cifras de contagios. Se pueden vacunar personas desde los 16 años hacia arriba. Aún no me he vacunado, no soy anti vacunas pero prefiero esperar un poco”, subraya Francisca.

Suiza

A mediados de diciembre Suiza inició la campaña de inmunización contra el SARS-CoV-2. A la fecha el 70% de las personas mayores de 75 años están vacunadas, mientras que la cobertura en las personas de 65 años y más alcanza un 60%.

“Hay ‘vacunódromos’ en donde la gente va con una cita previamente tomada por teléfono o internet. Las vacunas usadas son en su gran mayoría Pfizer y Moderna”, explica Hugo Landerer, de 43 años, chillanejo radicado en Ginebra, y quien destaca que a diferencia del año pasado, cuando los contagios llegaron a 20 mil durante la segunda ola, hoy los casos se mantienen estables con una media entre 2.000 y 2.500. En tanto, las muertes ascienden a 10.500.

Desde el mes de septiembre están cerrados los bares y restaurantes, y a partir del lunes 19 de abril abrirán pero para atender solamente en terrazas, con un aforo máximo de cuatro personas por mesa.

Detalla que se privilegia el teletrabajo y las escuelas funcionan con normalidad desde junio del año anterior. “El inicio de año escolar, que empezó en septiembre, fue y es hasta ahora normal. De haber cuatro o más escolares contagiados el curso se cierra durante una semana. Si son más casos en diferentes cursos, el colegio se puede cerrar, sin embargo, hasta ahora no ha pasado, lo que demuestra en parte que los colegios no son focos de contaminación”, sostiene.

Landerer considera que el manejo de la pandemia en Chile “no ha sido malo”, sin embargo, enumera tres puntos claves que han sido difíciles de controlar y que marcan una notable diferencia respecto a la situación de la pandemia en Suiza.

“Mucha gente en Chile tiene que trabajar al día para poder sustentarse económicamente, lo que significa poder salir y movilizarse, lo que acrecienta el contagio”, precisa.

Un segundo factor está asociado con la falta de compromiso para cumplir las normas sanitarias establecidas. “Una cierta irresponsabilidad de una parte de la población en que no respetan ni las reuniones familiares, el distanciamiento físico y cero caso a las barreras para limitar los contagios. Acá en Suiza la gente es respetuosa y responsable, y en eso se nota la diferencia”.

Y por último, considera que “hay demasiada información en Chile de parte del Gobierno y está mal enfocada, lo que produce que la gente se pierde y no sabe o se cansa de leer la información. Acá, por ejemplo, sabemos que todos los miércoles o viernes hay un informe de las autoridades federales para saber cuáles serán las autorizaciones o restricciones para la semana siguiente (apertura de museo, permisos, restaurants, etc) eso hace que haya un ‘orden’ y que las personas sepan los pasos que se seguirán dando. En Chile la información cambia todos los días y la transmisión de las autoridades puede parecer contraproducente”.

Olten

Desde Olten, otra ciudad de Suiza, la chillaneja Vivian Figueroa indica que las personas cumplen las medidas sanitarias establecidas, ya que las multas tienen un costo muy elevado, por lo mismo afirma que no existen fiestas clandestinas, como ocurre regularmente en Chile.

La joven de 27 años trabaja como asistente y supervisora en un centro para jóvenes con capacidades diferentes, por lo que tuvo acceso a la vacuna.

“Pude acceder a la vacuna, aunque no soy prioridad, pero los jóvenes que están en el centro tienen la prioridad y como trabajamos ahí podíamos acceder a la vacuna, pero no es obligatoria, como sí lo es en Alemania, donde las personas que trabajan en estos centros de cuidados tienen que tener la vacuna”, dice.

Vivian admite que la pandemia por Covid-19 ha cambiado su cotidianidad, la que espera retomar de manera progresiva en la medida que se permita. “La pandemia ha afectado demasiado mi vida diaria porque era una persona que salía del trabajo, iba a tomarme un café afuera o iba a algún restaurante. Lo que más ha afectado es la vida social y que no se pueda viajar con la misma libertad de antes”, detalla.

Nueva Zelanda

Desde marzo del año pasado el chillanejo Pablo Somos se encuentra en Nueva Zelanda, trabajando en la industria del vino.

El relacionador público y publicista destaca que el manejo de la pandemia ha sido sobresaliente y eficiente, por lo que, a su juicio los casi 5 millones de habitantes del archipiélago no han vivido una crisis sanitaria como sucede en otras partes del mundo.

NZ fue una de las primeras naciones que tomó las medidas más estrictas de confinamiento para controlar el Covid-19.

El cierre de fronteras y una estricta cuarentena, de un mes, han sido claves para mantener a raya y bajo control al virus, destaca el profesional.

En la economía “hubo una baja claramente, porque gran parte del ingreso del país es por el turismo, y si bien se ha visto muy afectado, de a poco se está retomando de forma interna y pronto en burbuja con Australia y algunas islas. Pero la economía, en general, es bastante estable y más bien buena desde nuestros ojos”, sostiene.

Respecto a la situación actual comenta que “no hay ningún tipo de restricción en el país, hay conciertos, eventos masivos todo absolutamente normal. Lo único que ha cambiado son las fronteras, completamente cerradas. Pero lo demás, si no hay virus, no hay necesidad de restricciones”.

El joven espera acceder a la vacuna contra el coronavirus, porque tiene pensado seguir recorriendo el mundo y también regresar a Chile.

“Me gustaría ir a Chile pero las limitaciones del país son las me dificultan los planes. Acá no hay limitaciones sanitarias. (…)No se sabe cuándo comienza la vacunación masiva, por ahora solo se comenta que comienza en junio. Sí me vacunaré, con el tiempo se convertirá en un pasaporte para los que amamos viajar. (…)”, expresa.

Pablo tiene un punto de vista crítico respecto del manejo de la pandemia en Chile.

“Puros parches, que cierran una semana que la otra no, una comuna en cuarentena la otra no, horrible. Si hubiesen cerrado todo en un principio y de golpe las fronteras y una dura cuarentena, cuando el virus aún no se ponía buena onda, quizás no hubiese sido necesario que montón de personas perdieran sus empleos o que el país esté como esté. Entiendo a la gente que debe salir a buscar el pan, si el gobierno no ayuda como en estos países la gente no tiene otra opción”, opina.

Alemania

Desde Alemania, la periodista Daniela Sanhueza cuenta que la pandemia se encuentra en un nivel crítico y que el país sufre una tercera ola. El jueves pasado se confirmaron 29.426 casos de coronavirus, la cifra diaria más alta desde el 8 de enero. “El 90% de los casos son de la variante británica y la mayoría de las personas hospitalizadas en Cuidados Intensivos tienen entre 15 y 49 años. (…) Los hospitales están a punto del colapso”, detalla.

La joven relata que desde el 1 de noviembre el país se encuentra con “lockdown” y que pese a ello no han logrado frenar el avance de la enfermedad.

“Solo ha estado abierto supermercados y farmacias. Toda la gente que puede trabajar de la casa lo tiene que hacer. Los colegios estuvieron cerrados hasta la primera semana de enero, volvieron abrir con todos los niños y ahora desde hace mes que ya no están funcionando. Solo pueden asistir los hijos de quienes son trabajadores esenciales o gente que realmente no tiene con quien dejar a sus hijos”, indica.

Si bien hay alemanes que están cansados con las restricciones, otros piden una cuarentena total.

“La única diferencia, que acá en la cuarentena las personas siempre pueden salir todo el tiempo que quieran a comprar o hacer deporte. No tienes que pedir permiso. Y ahora, hace dos semanas en Berlín implementaron un toque de queda, después de las 21.30 horas la gente no tiene que estar en la calle o puedes estar solo o con tu pareja caminando solo si vienes del trabajo. Mucha gente está a favor de hacer un lockdown realmente total, de dos a cuatro semanas, que cierre todo”, describe.

Cuenta que allá solo puede usar la máscara FPP2 y que en la calle pueden transitar grupos de hasta cinco personas, pero que provengan de hasta dos casas diferentes. “Con los días bonitos los parques se han llenado, igual ha llegado la policía a separar”, añade.

Daniela recalca que el proceso de vacunación ha sido lento y que espera acceder pronto a las dosis contra el virus, ya que, más adelante, a quienes no las tengan les podrían negar el ingreso a recintos comerciales y culturales.

“Alemania casi ha sido el hazmerreír con su burocracia. Hace una semana revisé las cifras y se han vacunado las mismas personas que en Chile, que eran 4 millones de personas, y Alemania es un país de 82 millones de personas. Me he enterado por personas que sus “médicos de cabecera” les han dicho que tienen vacunas en sus centros y que casi no tienen tanta demanda”, señala.

Inglaterra

José Miguel Vicario es arqueólogo y se encuentra hace cuatro meses en Inglaterra, donde los contagios en el presente han disminuido considerablemente, gracias a los confinamientos y las restricciones para el comercio no esencial.

Cuando llegó a Londres el 14 diciembre, recuerda, que alcanzó a estar tres días sin “lockdown” y luego cerró todo el comercio no esencial.

“Acá no te prohíben salir de tu casa, no tienes que sacar un permiso para moverte hacia algún lugar, por ejemplo; ir a hacer ejercicio, ir al supermercado, caminar por los parques, etc. Solo te recomiendan que te quedes en casa para evitar contagios”, dice.

En la actualidad, el joven de 31 años relata que como la situación epidemiológica ha mejorado, los niños volvieron a los colegios a partir del 8 marzo y que el 12 de abril abrió el comercio no esencial como mall, pubs y restaurantes. “Estos últimos, solo los que cuentan con mesas afuera, ya que está prohibido aún habilitar espacios cerrados para comer o tomar. La mejor opción para muchos es tomar algo en un parque o quizás hasta en la misma calle. La policía no fiscaliza mucho. Sin embargo, ahora último ha aumentado la fiscalización en los parques principalmente, porque la gente está molesta con tanto ‘lockdown’ y se da cuenta que los contagios han bajado, entonces se arman jodas con mucha gente”, advierte.

Agrega que a partir del 29 de marzo las personas pueden salir fuera de Londres, pero solo por el día.

Respecto al proceso de inoculación, enfatiza que se ha avanzado en forma eficiente y que en este momento están convocando al grupo etario de sobre 45 años.

“Han avanzado rápido, pero hay mucha gente que quiere vacunarse, pero por edad no puede acceder todavía a la vacuna, así como también hay gente que por edad puede acceder a la vacuna, pero no va”, comenta.

Texto: Antonieta Meleán-Susana Núñez

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