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Menos centralismo y presidencialismo: las lecciones del Covid-19

En plena pandemia, y con un Estado presidencialista y extremadamente centralizado, la figura de los alcaldes ha emergido como una voz fiscalizadora y representativa de las comunidades.

Sin embargo, este “llamado” de los jefes comunales también los ha llevado a cometer errores, como lo ocurrido la madrugada del miércoles en Quirihue y Coelemu, donde sus alcaldes bloquearon la ruta e impidieron el ingreso de adultos mayores derivados desde Chillán para efectuar cuarentena por Covid-19. El gobierno se querelló en contra de Richard Irribarra y Alejandro Pedreros por Ley de Seguridad del Estado, y ambos serán formalizados.

Pero las diferencias entre jefes comunales y autoridad regional comenzaron mucho antes. Una vez declarado el primer contagio en la Región de Ñuble, los alcaldes fueron quienes exigieron con mayor insistencia la implementación de una cuarentena total en el territorio. Incluso, las decretaron en sus comunas, sin validez legal.

En un principio, tanto el ministro de Salud, Jaime Mañalich; como el intendente, Martín Arrau, descartaron la medida por considerarla “desproporcionada” en ese momento.

Sin embargo, las estadísticas de contagios, con el correr de los días, le dieron a la razón a los alcaldes, decretándose primero el cordón sanitario, y luego la cuarentena total en la intercomuna Chillán-Chillán Viejo.

Pese a que las medidas eran esperadas, nuevamente hubo un foco de conflicto: la delimitación del área dejó a varios sectores de ambas comunas fuera del cordón, lo que generó molestia entre las comunidades. Sus autoridades locales, en tanto, acusaron falta de participación a la hora de tomar medidas que afectaban directamente a sus localidades.

El desencuentro más reciente entre alcaldes y autoridad regional se produjo el viernes, cuando el intendente, Martín Arrau, dio a conocer los avances de la segunda sesión de la mesa regional Covid-19, integrada por diferentes actores locales. En representación de los alcaldes, solo estuvo el jefe comunal de Chillán, Sergio Zarzar.

“Es impresentable que en la mesa social Covid-19 solo estuviera el alcalde de Chillán y se nos dijera que él representaba a la región completa. Creo que es una falta de respeto a los 20 alcaldes restantes, que tenemos opinión y sabemos lo que está pasando en nuestras comunas. Siento que el actual Gobierno Regional está trabajando con los amigos, con los políticamente aliados, y hace falta una mirada más amplia, en la que todos podamos avanzar en conjunto. Hablan de unidad, pero no la practican en los hechos”, sostuvo el alcalde de Chillán Viejo y presidente de los alcaldes de Ñuble, Felipe Aylwin.

Al respecto, el intendente, Martín Arrau, defendió la presencia del alcalde de Chillán en la reunión de la mesa, “Porque es el que tiene más casos y más médicos, entre otros factores”, y no descartó que se sumen más actores.

“Falta coordinación y confianza”

El debate entre pugna de competencias entre las autoridades centrales y locales no es nuevo en nuestro país.

Se intensificó hace un tiempo, con la discusión y posterior aprobación en el Congreso de la ley que permitió la elección directa de los gobernadores regionales (actuales intendentes), que precisamente por efectos del Covid-19 se pospuso para abril de 2021; y la ley de fortalecimiento de las regiones, más conocida como “Traspaso de Competencias”.

Diversos sectores levantaron la necesidad de contar con un Estado menos centralizado y con autoridades locales más empoderadas, discusión que se retomó cuando se anunció el inicio del itinerario constitucional.

Para el académico de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la U. de Concepción, Alfonso Henríquez, “En comparación con las autoridades centrales, las autoridades regionales y comunales tienen un mejor conocimiento de la realidad de sus respectivos territorios, de forma que resulta razonable pensar que su voz debe ser escuchada, y que debemos avanzar hacia un Estado menos centralizado. Sin embargo, también debemos ser cuidadosos. En efecto, entregar a los alcaldes mas atribuciones, que les permitan por ejemplo, gestionar de forma mas autónoma este tipo de crisis, debe ir de la mano con la prohibición relativa a que puedan limitar el ejercicio de los derechos fundamentales por medio de actos administrativos, o imponer condiciones mas gravosas para su disfrute, del que establezcan la Constitución y las leyes”, advirtió.

Henríquez recordó que un ejemplo muy gráfico del poder que actualmente tiene en Chile la autoridad central, fue lo ocurrido en el Congreso con la polémica ley que prorrogaba la validez de los permisos de circulación.

“La discusión a la que dio lugar la ley relativa a los permisos de circulación es muy gráfica, puesto que muestra los problemas a los que conduce un régimen tan presidencialista como el que tenemos en Chile. En un sistema de este tipo, el control de la actividad legislativa, recae esencialmente en el Presidente, lo cual se demuestra, por ejemplo, en que éste ocupa en nuestro ordenamiento la posición de colegislador, y en que tiene la atribución exclusiva para presentar proyectos de ley en ciertas materias, como las que suponen gasto público. Avanzar hacia un régimen semipresidencial, u otra fórmula del mismo tipo, es esencial no solo para establecer un mayor equilibrio entre el poder Ejecutivo y el Congreso, sino que para permitir que el trabajo legislativo no se enfrente al tipo de trabas institucionales que hemos visto durante estos días, cuyo único efecto es impedir que los problemas reales de la gente puedan ser abordados con rapidez y eficacia”, aseveró.

Según la politóloga y académica de la UdeC, Jeanne Simon, “En momentos de crisis, hay ventajas y desventajas con un Estado centralizado. Yo diría que lo que falta es mayor coordinación entre el nivel central y el nivel local.

Hay una falta de confianza y de conocimiento del nivel central en relación a los múltiples territorios del país”, planteó.

A juicio de Jeanne Simon, “El nivel local necesita mayor autonomía para tomar decisiones, pero en coordinación con el nivel central. Fue así también después del terremoto y tsunami, las autoridades locales, provinciales y regionales no tenían ni las atribuciones ni los recursos para responder de manera efectiva. Es importante tener una visión nacional”.

Respecto de los supuestos intereses electorales que estarían motivando a los alcaldes a enfrentarse a la autoridad central -ya que esto les traería réditos con los ciudadanos de sus comunas-; la politóloga de la UdeC precisó que “Estos siempre existirán, pero me parece que en el caso del bloqueo a la ruta de los alcaldes de Itata, esto se debe a la sensación de poco apoyo de las autoridades centrales. Perciben que les están enviando un problema, cuando ya tienen suficientes necesidades propias. Me parece que es un problema de confianza”, afirmó.

En general, dijo, “Me parece que necesitamos un Estado más robusto, con mayor capacidad de acción, pero también necesitamos autoridades que actúen con conocimiento y consecuencia. En momentos de crisis vemos los problemas de gestión que surgen cuando las personas en los cargos no son idóneas. Lo que necesitamos es fortalecer la coordinación intersectorial, pero no sé si el cambio a un sistema parlamentario resolverá estos problemas. Claramente, sí debemos avanzar hacia un Estado más descentralizado, pero coordinado y comunicado”.

“Tan descentralizado como sea posible”

La Fundación Chile Descentralizado viene promoviendo hace años empoderar a las regiones y a sus autoridades locales.

“Debemos avanzar hacia ese escenario, y espero que esta dramática pandemia de una vez nos haga entender que son las autoridades locales y regionales, más cercanas y sensibles a la realidad de sus comunidades, las que generalmente reaccionan de un modo más pertinente y oportuno”, manifestó el presidente de la organización, Heinrich von Baer.

“El terremoto y tsunami del 27-F nos enseñó que el centralismo mata, porque las decisiones de las autoridades centrales son tardías y descontextualizadas de la realidad local. Así lo demostró también la reciente crisis social y política, y ahora, la crisis sanitaria del Covid-19”, agregó.

Según Von Baer, “No se trata de descentralizar por descentralizar. Según sea la naturaleza y complejidad de cada situación, las decisiones deben radicarse en aquel nivel donde se ejercen igual o mejor. Como lo expresa una sabia máxima suiza: ‘Tan descentralizado como sea posible, tan centralizado como sea necesario’. Otra razón para perseverar en el derecho de elegir a nuestros gobernadores regionales y aportar propuestas de desarrollo para construir entre todos ‘Regiones Inteligentes’”.

Para el presidente de Chile Descentralizado, urge avanzar hacia un Estado “Menos presidencialista, y más equilibrado y colaborativo entre el nivel local, regional y nacional, con más participación efectiva de la sociedad civil y ciudadanía en los asuntos que afectan su calidad de vida y oportunidades de desarrollo”.

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