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Más y mejores calles para una urbe que crece junto al desarrollo inmobiliario

El Chillán de fines del 1900 o principios del siglo 20, está en las antípodas del actual. Los cambios, en especial tras el terremoto de 1939 dibujaron otra ciudad que no es el reflejo de aquella urbe decimonónica con calles de tierra u otros materiales. Al contrario, es diferente y por muchos motivos.

El Presidente de la Cámara de Comercio de Chillán Alejandro Lama, relata que “sin duda, los cambios son notables y además influye fuertemente el terremoto de 1939 en que se destruye gran parte de la ciudad, esto significa edificios nuevos a partir de 1940 y una fisonomía nueva de ciudad”.

La ciudad ha crecido enormemente y ha dado paso a arterias pavimentadas que están sujetas a modificaciones para lograr que satisfagan las necesidades de una ciudad con más de 50.000 vehículos recorriéndolas de manera incesante.

La necesidad de nuevas y mejores calles y avenidas, contenidas en el Plan Maestro de 2012, que está en desarrollo y que se apresta a iniciar obras en los próximos dos años, no se entendería sin visualizar la metaformosis ocurrida en la urbe.

Un estudio universitario de 2014 entrega luces de la transformación vivida por la ciudad desde el año 1906 hasta el 2014 y recrea una historia de permanente desarrollo inmobiliario.

El informe Dinámica Habitacional en Chillán, Chile (1906-2013), de Claudia Espinoza Lizama (UBB), da cuenta que “la ciudad a comienzos del siglo XX se extiende sobre la base del damero clásico, sin mayores alteraciones, para luego ir tomando una forma diferente en torno a un “anillo central”, caracterizado por la presencia de múltiples conjuntos habitacionales, lo que origina una difícil conectividad interna y con el área central. Se desarrollan dos áreas urbanas de manera independiente, por un lado Chillán ‘Nuevo’ y, por otro lado, se mantiene Chillán Viejo con su trama fundacional ortogonal, que orientó el crecimiento de esta zona de la ciudad.

Producto de la instalación de las primeras poblaciones obreras, tales como la Población Wicker, Simón Bolívar, Valenzuela Silva y Mardones, hacia 1930 la ciudad se extiende camino a Coihueco, cruza la línea férrea hacia el sector de Ultraestación y se conecta con el camino viejo (actual Chillán Viejo), con el nacimiento de poblaciones tales como: Lafuente, Chillancito, Santa Rosa, Santa Elvira, Medina y Balmaceda, Villa Alegre, Zañartu, Recinto, Villa Buenos Aires y Avenida O’Higgins.

Luego del terremoto de 1939, plantea el estudio, se dicta una Ordenanza Local de Urbanización, que establecía límites urbanos, zonificación, superficie y altura máxima de los edificios, la ciudad de Chillán. Desde entonces comienza a experimentar un crecimiento más bien horizontal, dando inicio a una nueva etapa expansiva, proceso que marcó la ocupación espacial generando un estilo de desarrollo en el quepredomina la horizontalidad hacia áreas de crecimiento periféricos.

En el documento, se pone de manifiesto que “la expansión urbana experimentada por Chillán y Chillán Viejo desde 1978 al año 2000, ha sido la más alta de su historia. En este periodo de 22 años, se ocuparon 932 hectáreas de suelos agrícolas”.

Posteriormente, señalan arquitectos locales, la ciudad continuó con un proceso acelerado de crecimiento, donde la red vial no fue un tema prioritario de tal forma que hay zonas hacia Las Mariposas o Parque Lantaño que carecen de buena accesibilidad.

En este sentido, el Plan Maestro de Transportes del Minvu busca entregar a la urbe avenidas amplias, modernas y que permitan un flujo vehicular mucho más expedito.

Las inversiones para modernizar avenidas clave como Alonso de Ercilla, Huambalí, Diagonal Las Termas, Paul Harris, Vicente Méndez entre otras, están en desarrollo.

El presidente del Colegio de Arquitectos, Pedro Ramos, agregó que la generación de nuevas avenidas de circunvalación mejorará notablemente la red vial de la ciudad abriendo múltiples posibilidades para los automovilistas.

Para el arquitecto, “El proyecto de Circunvalación o Anillos Viales es un concepto que ya estaba considerado en el Plan Regulador Comunal anterior de 1989 y cobra relevancia en el nuevo Instrumento de Planificación Territorial que lo reemplaza desde 2016, actualmente vigente. En este sentido reviste gran importancia para el avance y mejora de la estructura urbana, permite elevar el estándar y solución a los problemas de congestión vehicular en su conjunto, y que a diario se vivencia al interior de la ciudad, con la falta de alternativas y la imposibilidad de contar con vías alternativas apropiadasal desarrollo que experimenta la urbe”.

Para Ramos, la urbe tiene una dinámica de crecimiento tanto vertical como horizontal que necesitará calles, avenidas y arterias modernas.

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