La votación en el congreso que permitió la aprobación del retiro del 10% de los fondos desde las AFP constituye, para el senador de la UDI por Ñuble, Víctor Pérez, solo un hecho anecdótico que viene a coronar un proceso mucho más complejo para la política chilena.
Una serie de cambios y ajustes que comenzó a evidenciarse con fuerza tras el estallido social de octubre pasado, y que según el parlamentario, hoy tienen al país carente de un centro político que asegure estabilidad.
“La votación del retiro es un dato de la crisis política que afecta a distintos sectores, a algunos con mayor fuerza que a otros. No hay duda que el efecto político es una profunda división y debilitamiento de Chile Vamos como coalición de gobierno, eso es evidente; y en segundo lugar, la absoluta desaparición del centro político que siempre moderaba y articulaba acuerdos y políticas que hoy no existe. Las voces moderadas hoy están fuera del congreso, al interior de él no existen. La izquierda republicana también está absorbida por el Frente Amplio, por las redes sociales y por las amenazas, y el ejemplo más evidente es el del senador Ricardo Lagos Weber, que al anunciar una determinada indicación, fue amenazado, funado y violentado verbalmente, lo que hizo que finalmente desistiera. Eso es una demostración evidente de que quienes pueden levantar una voz moderada pueden ser atacados brutalmente, y eso es extremadamente preocupante para la política chilena.
– ¿Concuerda con aquellas voces que hablan de un parlamentarismo de facto?
– Yo lo planteé, esto tiene efectos políticos. Hace tres o cuatro meses, el mismo senador que habló de la retroexcavadora planteó el parlamentarismo de facto, que significa eludir las facultades presidenciales a través de resquicios como las reformas constitucionales. Eso, que puede generar alegría en un determinado momento, puede provocar serios problemas, porque cuando uno transgrede las reglas, puede sentirse cómodo, pero cuando el otro lo hace, puede sentirse avasallado. Si el día de mañana, el Ejecutivo transgrede las normas del congreso, a nadie le gustaría, y eso hay que tenerlo presente.
– ¿Cómo se rearma el gobierno en estos momentos? ¿Es partidario de un cambio de gabinete?
– El gobierno sufrió una derrota brutal, porque no solamente perdió su postura, sino que además se generó una división muy sustantiva de la coalición. Claramente, el gobierno manejó muy mal la situación y los partidos también, aquí todos tenemos responsabilidades. Teniendo en cuenta que quedan 16 ó 17 meses de gobierno, indudablemente el liderazgo presidencial está en cuestión y debe rearmarse, reformulrse, y eso lo tiene que hacer generando una estrategia clara para el resto del mandato, recobrar credibilidad ante la opinión pública, y eso debe hacerlo con un equipo distinto para que verdaderamente esa estrategia tenga un grado de viabilidad. Creo que es algo fundamental, porque no debemos olvidar que aquí hay actores que quieren alterar el período presidencial a partir del estallido de octubre. Se llegó al acuerdo constitucional, pero hubo sectores que acusaron al Presidente y que buscan interrumpir un período democrático, y si el gobierno no retoma un liderazgo claro, estará sobre la mesa y puede generar más dificultades que soluciones.
– ¿Hay algún nombre específico que a ud. le gustaría ver en el gabinete?
– Más que nombres, yo quiero ver estrategias, objetivos y propósitos. Estamos a menos de cien días de un plebiscito y de un proceso constituyente, y eso exige definiciones.
– ¿Lo han sondeado a ud. para integrar el gabinete?
– No, y creo que podría jugar un rol mucho más importante en el Senado y en la UDI. No me veo en el gobierno.
– ¿Qué ocurrirá en la UDI? ¿Cómo evalúa la gestión de Jacqueline van Rysselberghe durante esta crisis?
– No hay duda que en esta crisis todos tenemos responsabilidades, incluidos los partidos. Ella ha liderado en un momento muy difícil, y hasta la votación de la Cámara en primer trámite del proyecto del 10%, el partido tuvo un comportamiento homogéneo. El quiebre posterior no es atribuible a la presidenta, porque si analizamos quiénes son los diputados disidentes, ninguno ha tenido un rol relevante ni destacado, ni en la bancada ni en el partido. Sin duda, hay un problema, nunca diputados le habían generado un daño a la UDI ni habían permitido que una política del PC y del Frente Amplio triunfara. Hay que resolver esta crisis, y como la elección de la UDI es en diciembre, debiéramos tener la capacidad de presentar una propuesta unitaria para enfrentar los próximos años.
– ¿Cómo se perfila la candidatura presidencial de Joaquín Lavín? Porque él se manifestó a favor del retiro del 10%…
– Siempre Joaquín Lavín ha tenido márgenes de acción diferentes. No hay duda que eso debe seguir así, pero teniendo presente que no puede sumarse a temas que claramente dañan a la UDI, porque ahí nos quedamos sin la base de apoyo para una carrera presidencial. Espero que Joaquín entienda eso y se sume a las propuestas de unidad que habrá al interior del partido.
Chillán y San Carlos
– ¿Está la UDI trabajando de cara a las municipales en Ñuble?
– El límite a la reelección nos abrió responsabilidades que no pensábamos, como Chillán y San Carlos. Sergio Zarzar y Hugo Gebríe eran los candidatos, en cambio hoy, al no poder reelegirse, no hay candidatos obvios, y por lo tanto, la UDI tiene el legítimo derecho de proponer alternativas que tendrán que ser resueltas vía primarias donde no haya acuerdos. En ese sentido, estamos mirando mucho Chillán y San Carlos.
-¿Y la Gobernación Regional?
– También está abierta, hoy no veo candidatos claros en ningún sector, por lo que claramente jugaremos nuestra opción democráticamente en primarias.
– En lo personal, ¿Cómo vislumbra su futuro político? Algunos lo dan como candidato a alcalde de Los Ángeles…
– Yo no quiero ser más candidato a nada. Fui seis veces candidato, y no seré candidato a nada más. Seguiré en la UDI con una tarea política en el territorio de Ñuble, pero no veo por qué la política tiene que ejercerse a través de algún cargo. Es mucho más amplia, a mí me gusta mucho la formación de jóvenes, y en eso seguiré intensamente trabajando.
