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Intendencia se fija una semana para evaluar efectos de la restricción vehicular

Muchos ni siquiera estaban al tanto del inicio de la medida de restricción vehicular implementada por la Intendencia y el Ejército en Chillán, Chillán Viejo y San Carlos, como forma de reducir la movilidad de las personas para intentar disminuir la propagación del coronavirus en Ñuble.

El propio intendente de Ñuble, Martín Arrau, lo constató. “Estuvimos en terreno en la mañana, y acompañé a los funcionarios en todos los puntos de control que se dispusieron en la ciudad, y la verdad es que varios autos que estaban con los dígitos restringidos estaban en circulación, porque sus conductores dijeron que no sabían lo de la restricción”.

La consecuencia de lo anterior es que para la Intendencia, Carabineros y el Ejército aseguran que, para que esta medida prospere en su objetivo, “hay que mejorar en muchos aspectos, y uno de ellos es acentuar en los canales de comunicación. Sabemos que la implementación de una medida no se cumple de la noche a la mañana y estamos conscientes de que necesitaremos de unos cinco o seis días para poder recién hacer una evaluación concreta de los resultados”.

De todas formas, Arrau dijo haber quedado conforme con lo observado en la marcha blanca de ayer, porque en efecto, se advirtió un flujo vehicular con un porcentaje menor al regular.

“Y además nos sacamos una preocupación de encima, que era el ver a muchas personas ocupando la locomoción colectiva a consecuencia de la restricción vehicular, pero la verdad es que vimos durante toda la mañana micros con no más de cuatro o cinco pasajeros, lo que nos deja satisfechos, aunque sabemos que en esto pudo haber influido la lluvia. Por eso digo que se necesita cerca de una semana para hacer una evaluación precisa”, comentó la autoridad regional.

En este punto, los conductores de colectivos y micros le dan la razón al intendente. Por ahora.

Mario Jaramillo, chofer de la Línea 6, dijo que “hoy tuvimos menos pasajeros que de costumbre, no sé si será por la lluvia o porque ya están más asustado con lo del contagio, pero hace días que la cantidad de pasajeros ha venido bajando”.

En tanto, el chofer de la línea de colectivos Siglo XXI, Rodrigo Gutiérrez, coincidió en que “anda menos gente en las calles y también hay menos pasajeros, pero es normal que cuando llueve como hoy, haya menos pasajeros. A la gente no le gusta salir de sus casas en estos días”.

Opiniones divididas

Donde no hay consenso es en la ponderación de la medida por parte de los chillanejos. Ni tampoco hay solo personas a favor y en contra.

“Yo creo que la medida está bien, pero hay que mejorar algunas cosas”, insiste el funcionario de la Línea Siglo XXI.

“Nosotros llevamos a la gente muy cerca, porque somos vehículos menores, entonces tanto nosotros como los pasajeros queremos poder hacer nuestros recorridos lo más rápido posible. Y si bien hoy anda la mitad de autos que en un día normal, lo que hace falta son pistas exclusivas para la locomoción colectiva, como en otras ciudades, porque si no, va a seguir pasando que los autos particulares y los colectivos tratan de ocupar las mismas pistas y eso genera unos tacos enormes”.

En esa misma línea, Óscar Solís, conductor de camiones de refrigeración insiste en que “es una buena medida, pero hay que mejorar lo de las vías. Hay que poner señaléticas claras que indiquen pistas exclusivas para locomoción colectiva y autos particulares, ojalá en toda la ciudad, y no solo en el centro, para evitar congestión vehicular, porque eso también es peligroso por ejemplo, para la gente que va arriba de un colectivo o de las micros”.

Agrega que “en el centro también la gente debe darse cuenta cuáles son las partes de la calzada en donde puede caminar, y donde no. A veces uno va manejando en el centro y de repente se cruzan los peatones a mitad de cuadra y así es más difícil manejar”.

Para quien la restricción no es ayuda de modo alguno es para el chillanvejano Juan Pablo Elgueta.

“Creo que esta medida no aplica en una ciudad como Chillán, porque la restricción puede ayudar a que haya menos autos en el centro, no menos gente, porque la gente que tiene que venir, va a venir igual. Mañana me toca restricción a mí, y no sé todavía qué voy a hacer. Donde yo vivo, no hay locomoción. Creo que se tiene que replantear esta medida, tal vez dejarla una vez por semana, pero no más que eso”.

Durante todo el día de hoy, Carabineros se dedicó solo a realizar campañas educativas, en especial con quienes estando bajo restricción, llegaron hasta el centro en sus autos.

Sin embargo, se confirmó que a partir de mañana comenzarán a infraccionar a quienes no cumplan con la restricción.

“Todo es experimental”

Para Luis Contreras, ingeniero en Tránsito y asesor de empresas de locomoción pública de diversas ciudades de Chile, es imposible poder evaluar o anticipar resultados de una medida como la tomada en Chillán.

“Lo que pasa es que no hay estudios anteriores que nos permita deducir si la restricción vehicular sirva o no para aminorar la afluencia de personas al centro, en una situación de pandemia, que tiene factores nuevos para ser medidos, y que hacen que las personas actúen de maneras totalmente distinta a la que se observa cuando hay restricciones, por ejemplo, con fines de descontaminación o de descongestión vial”, sostuvo.

El experto advirtió que “de todas maneras esta restricción debe ir acompañada de un plan de mejoras en la locomoción pública, por ejemplo, que se fiscalice con eficacia que no haya más gente que la recomendable en los horarios punta, dentro de una micro, o que estas se desinfecten constantemente, de lo contrario, la restricción generará el efecto contrario al deseado”.

Precisó que “en Ñuble el aporte estatal al transporte público ha sido nulo, y ahora con la pandemia ha bajado la cantidad de pasajeros, y no sería extraño que en un futuro no muy lejano, las empresas sencillamente dejen de funcionar y Ñuble se va a quedar con escasez de locomoción colectiva”.

Señaléticas vinílicas

Desde la noche del martes que en algunas calles del centro se instalaron nuevas señaléticas de lona vinílica con el símbolo de “no estacionar ni detenerse”, las que debieron ser validadas legalmente por la Seremi de Transportes.

“Es un tema provisorio, y se pusieron en los costados de las calzadas que se habilitaron para que la gente pudiera caminar con mayor distanciamiento”, precisó el alcalde Sergio Zarzar.

Foto: Cristian Cáceres

Felipe Ahumada

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