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Instalan malla en la cárcel y “pelotazos” se redujeron en casi en un 100%

En prisión preventiva quedó el pasado 22 de julio José Francisco Contreras Carrasco, un joven a quien detuvo Carabineros del OS7 luego de sorprenderlo lanzando un “pelotazo”, como le llaman a los paquetes con drogas que se arrojan desde la vía pública al interior de la cárcel.

Su nombre quizás, pase a la historia por haber sido el último intento, ya que esta semana los trabajos por cercar la totalidad del perímetro del patio carcelario, cielo incluido, finalizaron.

La obra tuvo un costo cercano a los $300 millones y desde el 3 de enero comenzó a ser instalada por la Constructora Río Grande Limitada, “y la verdad es que la semana pasada la fuimos a visitar con el intendente, pero pedimos que fijaran unas juntas, que estaban separadas por no más de seis centímetros, pero ahora, ya solo falta que se den los vistos buenos para que se entregue oficialmente”, explicó la seremi de Justicia, Jacqueline Guíñez.

La malla fue una solicitud de los propios gendarmes, quienes hasta entonces, incautaban cerca de mil lanzamientos al año, lo que muchas veces les significaba peleas, agresiones y amenazas de muerte por parte de los internos.

Incluso antes de que finalizaran las faenas, el presidente de la Asociación Nacional de Funcionarios Penitenciarios (Anfup) Ñuble, suboficial Cristian Montecinos, aseguró que “esto mejoró totalmente, y aunque todavía se veían personas lanzando drogas, estas quedaban en la parte superior de la malla, no caen”.

De esta manera, tanto la Anfup como la seremi de Justicia, coinciden en que los lanzamientos se redujeron casi en un 100%.

A cerrar los otros caminos

La seremi plantea que los “pelotazos” eran la principal vía de ingreso de estupefacientes, armas y fármacos a la cárcel, “pero lamentablemente, no son la única y debemos seguir trabajando entre todos para cerrar los otros caminos”.

La abogada apunta al caso de los dos gendarmes (el sargento segundo Sergio Parra Hormazábal y el gendarme primero Claudio Sepúlveda González) detenidos y puestos en prisión preventiva tras descubrirse que formaban parte de una red de microtráfico que tenía como punto final a la población penal.

“Sabemos que luego comenzarán a buscar otros medios para poder ingresar droga, pero por el momento se siguen tomando precauciones, como la decisión de sacar a los reos al patio por módulos, y no a todos juntos como se hacía antes, lo que además evitará contagios de Covid entre reos de distintos módulos, en caso de declararse un caso positivo”, precisó.

La obra podría entregarse la semana entrante.

Felipe Ahumada

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