Señor Director:
El famoso embudo de innovación- donde llegan muchas y diversas ideas que más tarde son filtradas para impulsar a las mejores- no se ve muy atractivo para la construcción de una nueva Carta Magna; pero si hablamos de la posibilidad de cocreación entre pares improbables, sí que lo es.
En primer lugar, la innovación abierta es un proceso colaborativo a través del cual un grupo de personas y/o instituciones buscan resolver un desafío común entre conexiones improbables y diversidad de opiniones.
Segundo, parafraseando a Humberto Maturana, la innovación es una transformación que surge al reflexionar sobre lo que queremos conservar. Un ejercicio clave para este nuevo comienzo no trata de eliminar lo negativo, sino definir cuál es nuestro punto de partida, qué es lo que hemos hecho bien y queremos conservar.
Tercero, en la innovación abierta el proceso es igual o más importante que el resultado. Cuarto y quizás lo más polémico que he constatado en más de 200 procesos de innovación con empresas, gobiernos y ONG en Latinoamérica, es que no todos pueden innovar. Se requiere pensar distinto para no repetir los mismos resultados.
Matías Rojas
Co-fundador de Socialab
