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General Yáñez pidió detener la violencia tras muerte de carabinero de Quillón

Mauricio Ulloa

Fue cerca de las 17.00 horas del lunes que ya se había confirmado que el carabinero asesinado en Collipulli, el sargento primero, Francisco Benavides, era de la comuna de Quillón, y la noticia de inmediato llegó al alcalde de esa comuna, Miguel Peña.

El jefe comunal explicó que últimamente Quillón ha sido el destino de muchas personas, entre ellos uniformados y exuniformados, quienes la escogen como lugar de residencia, y pensó que se trataba de alguien que llegó hace poco. “De todas formas puse de inmediato a disposición de Carabineros el estadio, para que pudieran venir a buscar en helicóptero a la esposa”, relata.

“Y cuando la vi, casi se me partió el alma. Me di cuenta de que los conocía, que era apoderada del curso. Una joven a la que hasta entonces siempre vi alegre, sonriendo, ayudando… y verla así, ahora, es algo que parte el alma”, dijo momentos después.

“Con él compartí también porque siempre lo vi ayudando, organizando cosas para el colegio de los niños. Ahí me di cuenta que el que murió no solo fue un carabinero, fue el papá de tres niños, fue una persona muy buena y un buen vecino”, dijo.

El sargento Benavides ese día estaba libre, pero por la contingencia que surgió en esa comuna de La Araucanía, se vio en la necesidad de ir a trabajar. Fue mientras, junto a otros funcionarios, comenzó a despejar la ruta que había sido obstaculizada con barricadas, que recibió un certero balazo en el pecho. Y cayó al suelo.

Justo el día en que estaba libre, en un mes en que ya comenzaba a preparar sus papeles, sus trámites para acogerse a retiro en noviembre. Vecinos suyos, de la localidad de Huacamalá, a 15 minutos del Quillón urbano, comentaron que ya estaba agotado de trabajar en la zona de conflicto mapuche.

“Se quería volver a Ñuble. Por eso cada vez que venía, pasaba a saludar a los funcionarios de la Tenencia, conversaba con ellos, y les decía que si alguien quería un trueque para irse a la zona, que le avisaran”, comentó Victoria Silva, amiga de la familia.

Nancy Jarpa, otra vecina de Huacamalá, añadió que “él se había hecho su casa en el sector, con sus propias manos. Me acuerdo que su papá lo iba a ayudar, y estaban felices allá. Los niñitos yo los veía pasar todos los días cuando iban al paradero a esperar el bus para irse al colegio. No eran gente acomodada, no eran gente de privilegios, son personas de esfuerzo, gente sencilla, cariñosa y educada que no se merecían esto”.

Cecilia, otra vecina del sector sostuvo que “acá en Chile hay gente que está muy engañada. Creen tener la verdad y hablan con propiedad de tantas cosas que no son ciertas. Es cosa de mirar cómo está de llena esta plaza (la de Quillón) para darse cuenta que los chilenos no odian a los Carabineros, para darse cuenta que hay gente que los quiere y los valora. La crisis de ellos no es por baja aprobación popular, sino porque perdieron el respaldo del Gobierno, de los tribunales, de los fiscales y de la prensa”.

Y esos cientos de personas hicieron una guardia que desafió a frío desde las 14.00 horas, hasta las 19.17 minutos, cuando la sirena de Bomberos anunció el ingreso a la comuna de la escolta que acompañaba los restos del sargento Benavides y los de su familia.

El papel de la Fiscalía

Minutos antes había llegado a la comuna el director general de Carabineros, Ricardo Yáñez, a quien se le preguntó precisamente por lo que esperaba de la labor que esperaba del Ministerio Público en esta investigación.

“Todo el sistema procesal, todo el sistema que actúa en la persecución penal tiene que dedicarse a buscar a los responsables y condenarlos como corresponde”, planteó, para luego añadir que “hemos mandado a nuestra mejor gente, al personal más especializado nuestro, en Santiago. Cuando se trabaja con convicción y con decisión, se logran resultados y no vamos a descansar ni un solo minuto hasta que logremos encontrar a los responsables”.

Además envió un mensaje a la comunidad, llamándola a detener la violencia.

“El país no puede seguir dividiéndose, no puede seguir en este pie de violencia, por el contrario, tenemos que unirnos más que nunca para hacer de este país un país seguro, un país próspero para nuestros hijos, para las nuevas generaciones”, advirtió.

El general Yáñez manifestó que este no solo era un duelo para la institución o para la comuna, sino que un duelo para el país. “Los carabineros somos de todos los chilenos y no de un sector en particular”, precisó.

Los funerales serán el jueves en la comuna de Quillón

Luego del responso que se ofreció a las 19.30 horas de ayer en la Parroquia Inmaculada Concepción, de Quillón, los restos del sargento Benavides fueron trasladados a la sede vecinal de Huacamalá, por solicitud de su familia.

De esta manera, se confirmaba también que los funerales del mártir policial se realizarán el día jueves (mañana) en Quillón.

Respecto a la trayectoria funcionaria del sargento Benavides, comenzó el 16 de mayo de 1998 e hizo el curso de formación de carabineros en el grupo de Concepción, y actualmente, pertenecía a la 2ª Comisaría de Control Orden Público de Pailahueque.

Durante su carrera institucional también prestó servicios en la 5ª Comisaría de Conchalí, en la Subcomisaría Villa Moderna perteneciente a la 9ª Comisaría de la comuna de Independencia y, también en la 2da. Comisaría COP Pailahueque.

Estaba casado con Carolina Estay, con quien tuvo tres hijos: Leticia, Abraham y Francisca, de 14, 15 y 16 años, respectivamente.

El 1 de diciembre del 2018, asciende a Sargento 1º.

El 2 de enero de 2016 fue trasladado a la 2ª Comisaría de Control Orden Público de Pailahueque, unidad donde se desempeñó hasta hoy, tras acudir a un procedimiento donde fue emboscado y asesinado de un balazo.

Felipe Ahumada

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