Fue a mediados de 2018 que ingresó a la PDI una denuncia casi sin precedentes en Chillán. En la oficina de la Brigada Investigadora de Delitos Económicos (Bridec), un hombre de mediana edad llevó su teléfono celular, en el que aún tenía guardados los mensajes y pantallazos a modo de evidencia, para hacer patente que estaba siendo objeto de un singular tipo de extorsión.
“Se contactó con una persona por Facebook, establecieron una amistad y posteriormente fue extorsionado porque la persona con quien compartía conversaciones eróticas y fotografías, sería supuestamente una menor”, explicó el jefe de la Bridec, subprefecto Roberto Castro.
Castro precisa que “esta persona fue contactada por el supuesto padre de la menor, quien lo comienza a extorsionar, amenazándolo con publicar las fotografías si no hacía un pago previo, de 800 mil pesos”.
Este, como muchos otros delitos, fue imitado por delincuentes locales tras ver que se repetían con frecuencia en otras regiones del país, y aunque según la PDI, hace cerca de dos años que no se había vuelto a denunciar, hoy la Fiscalía Regional de Chillán ha debido comenzar a investigar su ocurrencia con una unidad especializada en análisis criminal. Y esto, porque el fenómeno se está volviendo a constatar en Ñuble.
Una de las razones podría atribuirse al explosivo aumento de delitos que comenzaron a cometerse por Internet, como consecuencia de las restricciones de movilidad que supone el Estado de Emergencia decretado por el Ministerio de Salud a raíz del coronavirus, y el consecuente aumento de patrullajes, menor presencia de personas en las calles, especialmente de noche, el cierre de pubs y discotecas y hasta de reuniones sociales.
Entendiendo que hay más personas “vitrineando” por Internet que en las calles, la delincuencia “también se ha vuelto más electrónica, más de Internet y con bandas organizadas, por sobre esa figura del asaltante solitario que era lo más común hasta entonces”, precisa el fiscal Álvaro Hermosilla, jefe de la Unidad de Análisis de la Fiscalía Regional de Chillán.
Para el Ministerio Público, en consecuencia, hoy ya existe con claridad plena e innegable, un perfil distinto, más complejo y sofisticado del delincuente en la comuna, lo que para ellos supone un desafío y la necesidad de ir adelantándose a sus actos, muchas veces, usando estas mismas herramientas: Internet y las redes sociales.
El tiempo es dinero
Las extorsiones que resultan de los contactos de servicios sexuales o las galanterías con personas desconocidas por redes sociales, no han sido muy visibilizadas en la región, “porque no han tenido la atención que se requiere por parte de la comunidad, principalmente porque se trata de delitos que están siendo cometidos a través de los medios electrónicos, por lo tanto, casi de manera secreta”, advierte Hermosilla.
El temor a ser descubiertos, la vergüenza o los riesgos familiares a que se exponen las víctimas son factores que juegan a favor de los chantajistas.
Y conforme a lo que ha advertido la Fiscalía, generalmente se repiten los modos de operar.
Generalmente empieza luego que algún cliente hace contacto con alguien que ofrece servicios sexuales por la web, o con alguna persona con la que iniciaron un ciber romance.
“Posteriormente comienzan a enviarse diferentes mensajes de contenido sexual, que es como una etapa de coqueteo que se extiende por varios minutos, pero lo que al final sucede, es que estos mensajes los guarda o los graba un supervisor, quien se contacta con el cliente y le dice que debe pagarles por ese tiempo de conversaciones, ya que también es parte del trabajo, y que si no lo hace, subirán los diálogos a las redes sociales, a modo de funa”, detalla.
Y esos diálogos, fotos o videos quedarán para siempre en poder de este supervisor.
“Esta forma de engaño se ha dado con más fuerza en otras regiones del país, por ejemplo, en El Maule, la Fiscalía ya tiene un foco levantado, nosotros acá estamos recién empezando, pero ya hemos encontrado denuncias de esa naturaleza”, precisa Hermosilla, quien advierte que “hasta el momento, nos hemos dado cuenta que quienes están tras estos modos de estafas y extorsiones, son chilenos”.
Prestación de servicios
Conforme a las investigaciones realizadas por la unidad de análisis criminal de la Fiscalía Regional de Ñuble, hoy es cada vez menos frecuente encontrase con delincuentes de aspecto desaseado, o personas con dificultades para hablar.
“Si bien, en muy pocos casos se ha detenido por este tipo de delitos, u otros como robos con violencia o intimidación a personas con estudios superiores, también es una realidad que sí presentan un nivel de conocimientos específicos, lo que tampoco era común hasta unos años”, apunta Hermosilla.
Esta preocupación por no despertar sospechas por una mala imagen es solo uno de los principios de las empresas modernas, que han sido absorbidas por los nuevos grupos delictuales de Ñuble.
El contar con redes de contactos y desarrollarse en una especialidad puntual de cada delito, también es parte de la nueva forma de operar en la región.
“Entonces si necesitan a alguien experto en el uso de oxicorte, que sea hábil conduciendo, que tenga experiencia robando cierto tipo de vehículos considerados ideales para cometer un tipo puntual de ilícitos, o en la desactivación de cámaras, lo contactan y le pagan por sus servicios”, detalló.
Y con el caso de las armas, es exactamente lo mismo.
En la Fiscalía Local ya tienen antecedentes de la existencia de personas que cuentan con armas y las arriendan o las facilitan a estos grupos para que cometan sus asaltos. De esa manera, ellos evitan que, en algún eventual allanamiento, les encuentren armas en su domicilio o en su poder.
De lo contrario, y luego de la modificación a la Ley de Armas, en 2017, la pena que arriesga el detenido sería mucho mayor.
Como ejemplo citan una serie de robos que se cometieron en los últimos meses, especialmente a locales comerciales y tiendas ubicadas en barrios o en la carretera, donde “tras revisar los videos, nos damos cuenta que las armas se repiten, pese a no ser las mismas personas”, destaca Hermosilla.
Con cuchillo ya no vale
Las policías, a nivel nacional, han detectado que existe una tendencia entre el mundo del hampa de generar mayor estatus y respeto entre pares a través de exhibirse a sí mismos portando armas de fuego, lo que se hace incluso a través de las mismas redes sociales.
Esa moda, que ha dejado en un rango inferior al asaltante con cuchillo, se está manifestando con fuerza en Ñuble y una manera de establecerlo es con las estadísticas de la Fiscalía.
El Ministerio Público estableció que pese a que se detecta una baja de delitos violentos en la región, al comparar los tramos existentes entre enero y septiembre de 2019 y 2020, “la utilización de armas de fuego en estos aumentó en más de un 40%”, precisa el fiscal Hermosilla.
En detalle, mientras en 2019 hubo 34 denuncias por robo con arma de fuego, en 2020, fueron 59.
Se presume que estas armas se obtienen a través de robos a particulares, especialmente en sectores rurales.
Y una vez más, se advierte la utilización de estrategias especiales por parte de estas bandas para conseguirlas.
El lunes de la semana pasada se realizó en el Tribunal Oral en lo Penal de Chillán un juicio en contra una banda que se hizo pasar por funcionarios de la PDI para ingresar a domicilios particulares en la comuna de Quirihue en los que habían detectado que tenían escopetas.
Confeccionaron cortavientos azules con las siglas “PDI” en la espalda y consiguieron placas plásticas.
Utilizando armas de fogueo, carpetas de color azul y radios, simularon operativos con orden judicial y tras requerir a los dueños de casa, se las llevaron argumentando que las estaban incautando por no estar regularizadas.
En uno de esos operativos simulados, los integrantes de la banda cometieron un error burdo. Maniataron a los dueños de casa asegurándoles que era para hacer el registro del domicilio, pero al no contar con esposas, los amarraron de pies y manos con cintas plásticas autoajustables, y los afectados entendieron que se trataba de un robo, por lo que una vez desatados llamaron de inmediato a Carabineros.
La mayoría de estos focos investigativos apuntan a organizaciones compuestas por personas de Ñuble, y en otros casos por personas que registran domicilio en Concepción.
“Considero que para la gente de Concepción, Chillán presenta más ventajas comparativas respecto a la delincuencia, como por ejemplo, más ingenuidad, propia de ciudades tranquilas y bucólicas, y mucho más en zonas rurales donde derechamente hay personas más crédulas, lo que es aprovechado por los penquistas. Por lo demás, Concepción está más copado de cámaras de seguridad que Chillán”, observa Hermosilla.
Foco de videojuegos
El fiscal Álvaro Serrano, también parte de la unidad de análisis criminal de la Fiscalía Regional de Ñuble, está a cargo de un foco investigativo relacionado con organizaciones que se dedican a estafar a personas que buscan vender o comprar videojuegos.
Ya hay más de 10 denuncias contra un mismo usuario que se identifica con un nombre falso y que, presumiblemente, se trataría de un grupo de más de dos personas quienes operan a través de ellas.
La dinámica es, lógicamente, promocionar juegos, contactar interesados, pedir depósitos anticipados y luego desaparecer.
Cuando el vendedor es de Chillán, los delincuentes le muestran un recibo por el sobre depositado en cajas vecinas, lo que importa una retención del dinero por un par de días, para luego encontrarse con un sobre vacío.
Desde la Intendencia, el coordinador de Seguridad Pública, Alan Ibáñez, dijo que “sabemos que el delincuente siempre busca el anonimato y nuevas formas de engaño, como en estos delitos que se cometen ya no en la calle, sino que en la web. Sin embargo, la recomendación sigue siendo la misma: el autocuidado. No caigamos en ofertas demasiado tentadoras, no entreguemos claves ni hagamos depósitos a personas que no conocemos y seamos conscientes del riesgo que corremos al entregar información íntima o privada a personas que se intentan relacionar con nosotros a través de redes sociales”.
