El veloz ex delantero de Ñublense, forjado en la cantera del Rojo, forjado en el Juniors y ex hijo de la Población Santa Elvira, Ignacio Ibáñez, vive alejado de su natal Chillán la cuarentena preventiva por el coronavirus.
El atacante, que no pudo renovar en el plantel que dirige Jaime García, pues no llegó a acuerdo con la dirigencia local, está radicado en Calama tras fichar por Cobreloa.
“Nacho”, desde el norte del país, en entrevista con el programa “En la Línea” de Radio Nuevo de Calama, confesó que intenta sobrellevar el encierro alejado de sus afectos, tratando de implementar el plan de trabajo físico que le encomendaron junto a su amigo y también exÑublense, Lucas Triviño, quien también fichó en el cuadro de los “Zorros del Desierto”.
“Aquí estamos tratando de adaptarnos, siguiendo las pautas del preparador físico, buscando la manera de adaptarnos igual a lo que está pasando en el país. Es complicado, fome, no es lo mismo entrenar en el complejo con los compañeros, pero hay que mantenerse físicamente, esperando que lo que está pasando vaya mejorando por el bien del país” confesó Ibáñez.
El joven está de acuerdo con las medidas. “Todos tenemos familia y hay que pensar en la salud de ellos antes que todo, se tienen que tomar medidas drásticas y luego para tener la ilusión de que el fútbol podrá volver más rápido porque de eso vivimos. Se tienen que tomar decisiones, esto se está propagando muy rápido. Nosotros dependemos del fútbol, la idea es que esto vaya disminuyendo”, analiza el rápido atacante que debutó de la mano de Pablo Abraham el año 2014 en la tienda chillaneja.
Aislados en Calama
Ignacio Ibáñez no es el único ex “diablo rojo” en el norte de Chile. Comparte aislamiento con su ex compañero en la tienda de Chillán, Lucas Triviño, quien también fue dirigido por Abraham en la escuadra de Ñublense.
“Estamos solos acá con mi compañero, tenemos nuestro hijo allá en Chillán, pero no sé si estoy tan tranquilo acá, porque Chillán es una de las partes donde más rápido se propagó el virus. Estamos entrenando aparte acá, pero los pensamientos están allá, tratando de hablar todos los días con la familia, diciéndole que hagan caso, que esto no es una broma, para que no pase a mayores, lo peor que me puede pasar es que alguien de mi familia se enferme estando yo acá lejos en Calama sin poder hacer nada. Espero que esto pase por la familia, la distancia y lo futbolístico que es por lo que uno vino, esperando que esto pase”, revela el joven futbolista.
Actividad suspendida
Ibáñez cree que la medida de suspender el fútbol chileno de manera indefinida se justifica por la pandemia que está amenazando la vida de los habitantes del país.
“Está bien lo que está pasando, porque hay que cuidar el país. Siento que en el tema de la cuarentena hay que tratar de entrenar aislado para mantenernos físicamente. El tema de gobierno creo que ha sido lento en sus decisiones, Chile se ha infectado rápido en poco tiempo y creo que debe ser más rápido en la toma de decisiones”, sentenció el “Nacho”, quien entrena aislado de su natal Chillán en Calama y con la mente puesta en el bienestar de su familia en medio de una cuarentena que no tiene plazo final cercano.
