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El Rojo viajó en vano a Valparaíso en medio de la crisis del fútbol

El fútbol chileno está en un túnel sin salida.

Ayer debió retomarse la actividad, pero cuando se iba a jugar el segundo tiempo del duelo entre Iquique y La Calera en La Florida, barristas de la Garra Blanca irrumpieron lanzando proyectiles, lo que gatilló la suspensión del partido.

A esas alturas, el plantel de Ñublense, arribaba a Valparaíso, con la ilusión de jugar hoy a las 11.30 con Wanderers en el estadio Elías Figueroa, tras la autorización de la Gobernación, a pesar que los barristas de los Panzers amenazaban con boicotear el choque.

La tensión crecía en la ANFP, y lo que nació como rumor, se transformó en realidad por la tarde, cuando se confirmó la suspensión de la fecha.

Los diablos rojos viajaron en vano a la Quinta Región, almorzaron y emprendieron el viaje de retorno a Chillán, arrastrando la impotencia y la frustración porque saben que, ahora, el Torneo Nacional es muy difícil que finalice, pues ni los más optimistas se atreven a apostar por el cierre del campeonato. Y en la ANFP lo saben.

“Desgraciadamente no logró jugarse esta fecha completa, porque se interrumpió un partido y el otro (U. Española y Cobresal), se jugó completo, pero es penoso. Vemos que la delincuencia se apodera del fútbol. La postura de la gente es aceptable y la apoyamos, pero nosotros solo queremos trabajar y no existen presiones políticas. Como sindicato queremos velar por nosotros y la gente que lo necesita en el fútbol porque gana poco y vive al día. Estamos siendo ocupado políticamente, aunque se entiende el rol social del fútbol, pero tenemos que trabajar también”, reflexionó el portero Miguel Jiménez, en diálogo con La Discusión, cuando regresaba con sus compañeros a Chillán.

“Está complicado”

El lateral zurdo, Fernando Lazcano, que arrastra un desgarro miofacial y no viajó, mostró su frustración y reconoce que no se ve una salda. “Está complicado. Vimos lo que pasó en el partido Calera e Iquique, donde había poca gente, imagínate en un partido Ñublense, Wanderers, con 9 mil personas. Si el partido que tiene una convocatoria baja no se puede asegurar, es muy difícil que se juegue. Yo sé que hay presiones del CDF y los clubes quieren jugar para tener con qué financiarse, pero está el tema social que está más vivo que nunca con muchos focos de violencia que no para. Está complicado seguir la actividad y no veo solución. Veo poco factible que se siga jugando. Estamos en un punto muerto”, sentenció. “Si se vulneró la seguridad en un partido menor, casi sin público, qué se puede esperar para lo que viene. Es muy difícil poder terminar el torneo”, sostuvo el meta de Iquique, Sebastián Pérez.

El Sifup ya se abrió a la posibilidad de parar definitivamente el fútbol.

“No es prematuro pensar que no se juegue más, es una posibilidad después de lo que pasó en La Florida. ¿De dónde van a traer más contingente? ¿van a traer policías de otro país?. Hoy (ayer) se demostró que estamos superados”, lanzó el presidente de la entidad, Gamadiel García, después de reunirse con el plantel de Colo Colo en el Monumental.

El timonel de la ANFP Sebastián Moreno, sabe que el balompié criollo está atrapado.

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