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Deuda en aislación

La eficiencia energética puede ayudar mucho al objetivo de disminuir la contaminación de Chillán. Los expertos coinciden en que es un factor clave para mantener el nivel de confort térmico con un consumo menor de energía, que en el caso de la ciudad proviene principalmente de la quema de biomasa. De hecho, se ha acreditado con evidencia empírica que la medida más eficiente para dar solución al problema de la contaminación por combustión de leña es invertir en el reacondicionamiento térmico de las viviendas. Al eliminar las pérdidas de calor, y así el consumo de energía para calefaccionar, no solo disminuyen los niveles de emisión de contaminantes, sino también se asegura que el efecto perdure en el tiempo.

Una mejor aislación térmica de las viviendas permite disminuir hasta en un 65% las emisiones en comparación con una reducción de 25% en el caso de la leña seca, que pese a esa condición igual contamina por combustión incompleta, dado que la gente suele manipular “el tiro” de la estufa para que dure más.

También se ha fundamentado el mayor costo-eficiencia de invertir en aislación térmica y no gastar en leña. Estudios concluyen que aumentando los estándares de eficiencia energética a niveles Ocde, se podría ahorrar hasta un 85% en consumo de combustible.

En teoría, el Estado así lo ha entendido y el anterior Gobierno acertó en su enfoque de implementar, a través del Ministerio de Vivienda, una política de mejoramiento térmico que busca intervenir en Chillán y Chillán Viejo un total de 20 mil propiedades, en un plazo de 10 años.

El problema es que este programa se quedó solo en las buenas intenciones, y a diferencia de lo que ocurrió con el recambio de calefactores -que cuenta con $4 mil millones provenientes del FNDR- no ha recibido un respaldo financiero que le permita ser un real aporte al Plan de Descontaminación Atmosférica (PDA) de Chillán-Chillán Viejo, vigente desde 2016. En tres años no se otorgaron más de 1.500 subsidios para aislación de viviendas y en la actual administración, pese a que la ayuda se ha focalizado en algunos condominios (Claudio Arrau 2, Santa Blanca, Plaza Estación de Chillán y Enrique Knothe de Chillán Viejo), se está aún muy lejos de los niveles de cumplimiento que se requieren para impactar positivamente en las metas de reducción de la contaminación del aire.

Pero no toda la responsabilidad le cabe al sector público y, por lo mismo, es necesario impulsar un cambio de actitud también en la demanda. Si se realiza un esfuerzo por construir una casa o edificio mejorado en términos energéticos, esto debe ser valorado por el comprador. De lo contrario, no se produce ningún incentivo para concretar construcciones más eficientes, donde se consume menos leña, permitiendo, incluso, cambiarse a fuentes de energía más limpias, dada la menor necesidad de calefacción.

La ecuación es simple, pero su aplicación en el PDA local -a la vista de lo que se puede constatar- está resultando demasiado compleja y requiere, con urgencia, ser revisada y mejorada.

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