Señor Director:
Después de las extensas cuarentenas surge la necesidad imperiosa de salir de casa, ver más gente, reunirse con la familia, los amigos. Volvemos a las calles llenas, filas para entrar a tiendas y el regreso de la congestión vehicular.
El desconfinamiento va en el sentido correcto, pero debe ser gradual y flexible. No hay que olvidar que aún no se cumple ni un año desde que conocimos la existencia de este virus -que vino para quedarse-, ni tampoco sabemos si es endémico o estacional, por lo que es muy necesario seguir en alerta.
Los países europeos que van más adelante en su proceso de reapertura, están viviendo nuevos brotes, muchos asociados a las anheladas reuniones familiares, después de tanto tiempo de separación. Les será muy duro volver atrás, volver al confinamiento y perder las libertades reconquistadas y si nosotros creemos que esto terminó, nos pasará lo mismo.
Una vez más, las personas debemos apelar al sentido común y a la solidaridad para seguir cuidándonos. Debemos ser parte de la solución de una manera disciplinada y responsable, pues lo único que sabemos de este virus es que sabemos muy poco. Solo la vacuna puede cambiar estos escenarios, pero para eso falta tiempo aún,
Nada es igual que hace seis meses. Hoy la vida debe incluir -como conductas permanentes- el distanciamiento social, el lavado frecuente de manos y el uso adecuado de las mascarillas. Se echan de menos las sonrisas, pero más se echan de menos los familiares y amigos que se han ido por culpa del Covid-19.
Liliana Jadue, Vicedecana Carreras de la Salud, Facultad de Medicina UDD
