Señor Director:
El domingo 25 de octubre fue una jornada histórica. De manera contundente las chilenas y chilenos se pronunciaron en favor de redactar una nueva Constitución a través de un órgano conformado 100% por personas elegidas popularmente. Con ello, continúa un proceso constituyente que la ciudadanía abrió tras masivas movilizaciones.
Lo que sigue en este proceso plantea varios desafíos. El 11 de abril de 2021 se deben elegir a las personas que redactarán la Constitución, elección donde las diversas fuerzas a favor de cambios estructurales –sean de partidos o independientes– deben lograr ponerse de acuerdo para obtener una mayoría similar a la conseguida en el plebiscito. Ello requiere de voluntad política, capacidad de diálogo y claridad en los contenidos que se quieren plasmar en el texto constitucional.
Junto con lo anterior, se debe tener la capacidad de no quedarse únicamente en convocar para los momentos electorales, sino que en todo este proceso se necesita un pueblo activo, que se movilice, que opine y proponga, generando una constante retroalimentación entre Convencionales Constituyentes con los territorios que las y los eligen, de manera de que al finalizar este proceso la ciudadanía sienta y haga propia la nueva Constitución.
El resultado de este proceso no está garantizado, por lo que para que el gran triunfo conseguido el 25 de octubre no sea algo efímero urge tener unidad y contenidos para que la Constitución sea expresión de una nueva política y no la repetición de aquella que fue incapaz de dar respuestas a las necesidades de Chile y su gente.
Gonzalo Guajardo Gavilán
Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales, Universidad de Chile
